La copa se removía en su mano de manera circular y lenta, como si el tono carmesí del vino tinto necesitara dar un par de vueltas en aquella copa.
Bebió un poco y después la dejo en la mesa. Hace tres años se encontraba en esa soledad profunda, donde simplemente necesitaba con urgencia los brazos de Camila rodeando su cuello y las palabras tranquilas que le dedicaban una ofrenda para apaciguar sus propias inestabilidades.
Camila se encontraba entre los brazos de Lauren, sus ojos resplandecían llenos de ilusión y felicidad; ambas se encontraban recostadas en el sillón azul, la pelinegra llevaba puestos sus lentes descanso, en su mano izquierda sostenía un libro "el pianista del gueto de varsovia" y en su mano derecha tomaba la mano de Camila, acariciándola con sumo cuidado y depositando de vez en cuando un beso sobre ella.
-Lern- llamo en un suspiro.
-Hum- respondió sin despegar su vista de la lectura.
-¿Todo va a estar bien?-
Lauren miro fijamente hacia enfrente y apretando delicadamente la mano de su novia, suspiro -No...- titubeo un poco la respuesta -No lo se-
-¿Sabes?- no importaría si estuviera bien o mal, solo quiero sentir la calidez de tu cuerpo junto al mío-
Como si fueran pequeñas mareas en su cabeza, los recuerdos de un pasado maravilloso le retumbaba en la cabeza, cual martillo atormentando todos sus deseos.
Lauren estaba tocando una melodía para Camila a guitarra, la latina estaba recostada en el regazo de su amada mientras prestaba atención a la voz y al ritmo de la canción. Ambas podrían pasarse días en aquella posición, ninguna armaría un escándalo si simplemente se quedaban así, ambas disfrutaban de la compañía de la otra; cuando termino la canción, dejo la guitarra de lado y acomodó la cabeza de su amada entre sus muslos, ambas se miraron en complicidad y Jauregui simplemente paso sus dedos sobre el cabello salio de Camz. El mundo podía quedarse en completo silencio, pero sus ojos, sus miradas hablaban por si solas, se acercaron delicadamente una a la otra, hasta que las manos de Camila terminaron tras el cuello de la mayor, sus labios se rozaron en un casto para después hacerlo mas profundo.
La busco en la mirada, la busco en el carmesí del vino, la busco y la busco. Una morena se acerco a ella, parecía una chica muy sensual, el ondulado de su cabello combinaba a la perfección con aquellos labios carnosos, sus ojos profundamente negros hacían traspasar el alma de cualquier persona.
-¿Puedo?- pidió sentarse junto a ella.
Lauren sonrió de lado, cedió en un movimiento de cabeza delicado y volvió su vista a la copa.
-Alguien tiene problemas- dijo coqueta -¿Puedo ayudar?- su voz insinuaba tantas cosas de las cuales la pelinegra estaba completamente dispuesta a aceptar.
La morena no espero el beso tan apasionado que le dio, y solo logro responder hasta que la chica mordió delicadamente su labio inferior.
Y también la busco en los brazos de otra chica.
-No, no te vayas- pidió mientras sostenía la cintura de la chica por detrás -Quédate...-
-Camz- murmuro con un hilo de voz -Es lo...-
-Solo por hoy- se acurruco en su espalda -Mañana, mañana no nos volveremos a ver-
Cedió, no por el hecho de que las palabras de Camila sonaran como una suplica, sino porque realmente quería hacerlo. Dio media vuelta y la sujeto con fuerza, sus brazos viajaron a la cadera de la joven y la sostuvo con fuerza -Todo va...- intento hablar, pero su amada solo coloco su dedo índice entre los labios.
-Ambas sabemos lo que sentimos, pero también que nos vamos a aventar al vació cuando cruces esa puerta-
Y sin decir nada mas, la puerta semi abierta del departamento de Camila se cerro.
Ladeó su cabeza y alejo a la mujer de ella.
-Pero...- dejo un billete sobre la barra y se fue lejos de aquel bar.
Se fue hacia su departamento, dejando su chaqueta en el diván negro y tiro las llaves en la mesa central de la sala, con paso firme haciendo sonar el tacón de sus zapatos oscuros se acerco a un cajón de la alacena, uno que casi nunca abría, saco de el un marco de mármol que estaba volteado, se fue hacia la sala nuevamente y encendió el estéreo que tenía, la primera canción que sonó fue "Perfect- Ed Sheeran" la favorita de su amada.
Se detuvo a la mitad del pasillo y con sumo cuidado le dio la vuelta al marco...
¿No sabia amar? ¿nunca se había enamorado? ¿jamás tuvo a alguien que valiera la pena?
Ante esas preguntas su única respuesta era esa fotografía enmarcada de Camila y ella abrazadas.
Un grito de dolor escapo de su garganta, tan agudo y tan desgarrador que simplemente la dejo sin fuerzas, sus piernas flaquearon y la dejaron de sostener, haciendo que cayera de rodillas y comenzara a llorar desconsoladamente.
La había amado, lo había hecho como jamás en su existencia lo había sentido ante otra persona, pero el destino había sido tan jodidamente cruel que en su camino le puso la elección de vivir entre su amada y lo que ahora llamaba su peor pesadilla.
Un mal trato, algo que jodio su vida y que simplemente la dejo en aquella soledad; tomo con firmeza el cuadro y lo estrujo contra su pecho. Nunca pudo remplazar a Camila y aunque muchas veces quiso arrancarse ese amor, no pudo, ambas estaban hechas para amarse.
Un destello en su frente se hizo presente, sonrió con amargura, se levanto con sumo cuidado y con su cabeza agachada dejo caer el cuadro.
-Debo hacer mi trabajo- dio media vuelta y la oscuridad se hizo presente en aquella habitación.
El cristal del retrato de Lauren y Camila se estrello justo a la mitad, tal y como ambas chicas habían terminado, Lauren por un lado y Camila por el otro, a veces se juega una ruleta en el destino, a veces todo podía ir bien y otras veces simplemente se acaban. Para ellas, no había vuelto a haber un Lauren y Camila, solamente un par de nombres separados o en los momentos de desesperación al tratar de olvidarse mutuamente, sus nombres se juntaban con otras personas. Pero jamas, jamas habían podido ser felices como cuando estaban juntas.
Continuara...
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La Elección: Vive o Muere, CAMREN [EDITADA]
РазноеLauren Jauregui, es la representante de la muerte, ella se encarga en decidir quien vive y quién muere; cualquier chica cae rendida a sus pies, pero su maldición nunca le permitirá amar. Camila Cabello, es la lujuria y él pecado, se encarga de conq...