A mí me gustaba un chico de mi curso: Ray. Algo raro, porque yo no era mucho de chicos, era a la que menos le gustaba el amor. Cuando a mis amigas se les ocurría planear sus citas perfectas, yo siempre decía que para mí sería ver una peli de miedo comiendo palomitas y bebiendo refrescos, algo que mis amigas no veían normal ya que para ellas lo ideal sería ir a la plaza del pueblo y que lloviera, así sus chicos ideales y ellas se pudieran besar bajo la lluvia y todo quedara muy perfecto...
PERFECCIÓN. Esa palabra la odio. Es como si nadie pudiera hacer lo que quisiese sin ser juzgado por gente que a simple vista no tiene ni un grano.
El caso es que mis amigas decían que tenía muchas posibilidades porque aseguraban que se parecía mucho a mí. Yo no creía que las tuviera porque hasta hace unas semanas nuestro grupo de siempre ya tenía en la cabeza que a él le gustaba Margot. Algo que a mí no me importaba ya que yo no quería nada con nadie.
- ¿Quieres que hable con él para saber quien le gusta?- preguntó Megan.
- ¡Sííííí! Así sabemos si eres tú, Charlie.- añadió Charlotte.
- Como quieras, Megan. Pero yo ya he dicho que no quiero relaciones ahora.- aseguré.
Lo que me pasó una tarde, ya lo contaré más adelante pero me cambió la idea que tenía en la cabeza, y no me gustó nada...
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Memorias de una adolescente.
Novela Juveniluna vida que va sobre ruedas se desmorona gracias a un estúpido amor de instituto