-Narra Nicky-
Pi...pi...pi...
Le dí un golpe al maldito despertador para poder dormir cinco minutos más antes de que mi madre venga gritando a mi habitación porque llego tarde a clase.
M:¡NICKY LEVANTATE YA!- veis, soy adivina...
N: Ya... ya voy- dije con un bostezo
M: Te recuerdo que esta semana es la penúltima antes de las vacaciones de verano y la tienes llena de exámenes
N: ¿Y?
M: Que tienes un examen a primera hora y si llegas tarde no te lo harán, suspenderás y...
N: Si, si, mamá... a buenas horas te empiezas a preocupar por mí..
P: ¿Qué es lo que ocurre?
Perfecto, ahora llega mi hermana
N&M: NADA!- gritamos ambas a la vez
P: -Está bien...¿vas a ir andando al instituto conmigo o irás con Hannah?
N: Hoy haré el honor de acompañarte- dije burlona.
Ambas bajamos, cogimos una manzana y el desayuno de media mañana. Sí, lo sé, somos tal para cual, normal de pequeñas parecía que solo nos teníamos la una a la otra.
-Llegamos a clase-
Las clases transcurrieron normales, hice dos exámenes, ya me quedan menos para terminar este curso... Al final del día mi hermana se fue a casa... o eso creo, y yo me quedé a comer a casa de mi mejor amiga Hannah ya que luego iríamos a clase de música juntas.
En la clase estábamos con una partitura nueva, pero eso no era la única novedad, había un chico al final de la clase que no lo había visto en mi vida, bueno ya lo iré conociendo. Espero...
-Narra Phoenix-
Me encontraba sentada en una larga mesa, el mantel que cubría la irregular superficie de madera tenía extraños bordados y estaba manchado de grandes charcos de té, el tablero no presentaba una forma determinada. La silla apresaba mi trasero sin dejarme una salida de escape, apenas podía respirar. Intentaba, desesperada, que ninguna de las tazas voladoras me golpeara en la cabeza aunque resultaba un trabajo difícil teniendo en cuenta mi gran habilidad para atraer objetos a mi cuerpo, si.....¡parecía un imán humano! Justamente cuando uno de los recipientes se acercaba a mi rostro, sonó el fastidioso “oing, oing” que indicaba la hora de levantarse. Jo, yo quería saber que pasaría a continuación... ¿me habría dado el golpe o lo conseguiría evitar? Ya no podré conocer el final.
Con un suave leñazo contra la pared envié al reloj a una mejor vida, a veces para ser una canija daba fuerte. Tendría que comprar uno nuevo, pobre vampicherdo (se lo había puesto después de ver mi primera película de vampiros a los diez años, además, era un cerdo), le tenía cariño.
A paso perezoso fui dejando mi querido colchón. ¡Dios! Amaba dormir y tener que ir al instituto tan temprano resultaba un verdadero fastidio, ojalá creasen una clase llamada pijamalogía en donde tendríamos que probar que pijama era el más cómodo para conciliar el sueño. El instituto era el culpable de la muerte de mi puerco-alarma.
Mientras me preparaba, escuché un leve murmullo que iba incrementando a medida que pasaba el tiempo, seguramente se trataba de mi madre echándole la bronca a Nick. Mi hermana y ella no conseguían ponerse en buenos términos aunque lo intentasen, en el fondo se quieren.... probablemente.
Me acerqué a la habitación que se encontraba al final del pasillo, con la intención de saber que ocurría ahora.
-¿Qué es lo que ocurre?-pregunté.
-¡Nada!-genial, una vez que se ponen de acuerdo y es para gritarme. Ohhh mañana rezaré para que os encontréis con unos mapaches verdes muy rabiosos, a ver si se cumple el deseo.
-Está bien...¿vas a ir andando al instituto conmigo o irás con Hannah?- normalmente se iba con Hannah, su mejor amiga, pero de todas maneras lo preguntaba por si acaso.
-Hoy haré el honor de acompañarte- engreída, pensé divertida.
Sin contestar salí de la habitación en busca de mi desayuno. Hoy tomaría una reluciente manzana, he decidido comer más sano y esta mañana será el comienzo....vale, no me lo creo ni yo.
En la encimera de la cocina nuestra madre nos había dejado preparado la comida para lamedia-mañana, nunca comíamos la de la cafetería porque era simplemente plástico para cabras. La guardé en el bolsillo delantero de mi mochila, ya estaba lista para el instituto. Al parecer, Nicky también.
Caminamos en silencio hasta llegar a la escuela, Nicol llevaba puesto los auriculares por lo que tuve que ir callada todo el rato. Odio no hablar, soy como una cacatúa.
Al entrar, cada una se fue en una dirección diferente.
Andaba tranquila por los pasillos intentando divisar a la mono-araña de June, era una gran amiga a pesar de ser una gruñona. La encontré en la puerta del baño saltando como si tuviera hormigas en las bragas, no pude evitar que una sonrisa apareciera lentamente en mi rostro debido al pensamiento.
-¡Nix! Vamos a llegar tarde por tu culpa- ya, claro, si no fueras tan escurridiza tal vez te hubiera encontrado antes...
-No estabas en la puerta así que he tenido que buscarte, ¡la culpa es tuya!
-Calla, tarta de fresa y ponte en movimiento de un maldita vez- uhh, alguien se ha levantado con el pie izquierdo. Me encanta cuando se mosquea, parece que en cualquier momento le saldrá humo por las orejas y escupirá fuego, es tan divertido.
-Valep- dije mientras reía.
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Por fin sonó el bendito timbre que marcaba el final de las clases, oh dulce libertad cuanto te adoro. Recogí mis cosas lo más rápido que pude para poder largarme de una vez, lo mejor es que no tengo que esperar a Nick porque le toca clase de canto así que se ha ido a comer a la casa de Hannah. Mamá trabaja hasta tarde lo que significa que nadie me molestará a la hora de la siesta. ¡Ya te puedes ir preparando querido sofá, que ya voy!
