Accidentes normales

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Vaya día de mierda. Las cosas no podían ir de mejor forma, estaba de un humor terrible y cualquiera que se acercaba terminaba siendo insultado sin siquiera haber dicho algo malo.

Katsuki estaba tan molesto, no había razón exacta para estarlo, pero el simple hecho de enfadarse resultaba fácil. Principalmente Deku había sido la razón de su más grande fastidio.

¿Había querido hablar con él como si nada? Chasqueó la lengua colerizado. Ahora cualquiera se creía capaz de acercársele y dirigirle la palabra como si fuesen amigos o si tuviesen mucha confianza, pero él no era amistoso ni mucho menos.

Iba perdido en sus pensamientos, tan perdido que no pudo darse el tiempo de esquivar a la persona que iba frente suyo, corriendo a toda velocidad.

Inevitablemente se estrellaron, pero él al ejercer resistencia, cayó encima sin saber que...

— La puta madre... —espetó tratando de abrir los ojos.

Uraraka era tan estúpida.

No sabía cómo pero no podía sentir su cuerpo, estaba entumecido. Aunque poco a poco fue despabilándose, logró mover sus manos para tratar de quitarsela de encima pero no precisamente la había apartado.

Se sintió sumamente extraño lo que estaba tocando, era algo redondo y grande y... se sentía tan bien.

Eran más grandes de lo que había pensado.

— Mmmmm... Baku...gou...

¡Espera! ¿Pero que mierda estaba haciendo? Abrió los ojos totalmente sorprendido y ardiendo en vergüenza. Apartó una de sus manos de donde la tenía, completamente estupefacto y aprovechando para empujar a Uraraka.

— ¡Cállate! ¡No digas nada!

Ella estaba completamente sonrojada y anonadada, jamás pudo olvidar lo que había sentido al haberla tocado de esa forma y por eso mismo se sentía estúpido y algo desorientado, se sentía un depravado.

— P-pero tú...

— FÍJATE POR DONDE VAS IDIOTA -chilló enrojecido—. ¿ERES ESTÚPIDA O QUÉ?

Antes de que ella pudiese responder, Bakugou se había largado, estaba tan tenso.

[...]

— ¿Te sientes bien Ochako-chan? —preguntó un preocupado Deku, no dejando de observar a su amiga, la cual se encontraba pensativa.

— ¡T-todo está muy bien!

Claro. Todo estaba bien, a menos que todos supieran que Bakugou y ella tuvieron un encuentro muy comprometedor.

Pero... había sido un accidente, nada más. Intentó animarse pensando en aquello, porque eso es lo que había sucedido realmente, un simple accidente.

Volvió a sonreír.

Pero al verlo ingresar al aula su sonrisa se congeló, estaba nerviosa.

Sus miradas se cruzaron y ambos se sonrojaron. Él tomó asiento delante de ella, sin dirigirle la palabra.

[...]

Cuando todos terminaron sus actividades Iida y Deku invitaron a Ochako a comer y divertirse un rato, pero ella desistió de la idea y les prometió salir después, necesitaba un poco de tranquilidad.

Inevitablemente se encontró en el camino a Katsuki.

— Ni se te ocurra pensar que me interesas o idioteces así —habló el rubio mostrando cierto enfado.

— Lo sé perfectamente —ella sonrió un poco, de todos modos se estaban hablando y aquello era bueno.

Pasaron minutos en los que iban caminando sin decir ni una sola palabra.

— Quiero que seamos amigos —dijo ella repentinamente.

Katsuki la miró, ladeo la boca de mal humor, le molestaba la libertad que ella se tomaba para hablarle y lo peor es que como si nada hubiese estado mal.

— ¿Para qué? —cuestionó irritado—. No me interesa.

— Me pareces una persona agradable.

Si alguien del salón escuchaba aquello probablemente se cuestionaría el estado mental de Ochako, estaba arriesgándose a que le patearan el trasero.

— Que te den.

Y ella siguió caminando a su lado, al menos no se apartaba de ella y esa era una buena señal.

¿Amigos? NUNCA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora