Capítulo V

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Abrí los ojos, el reloj encima de la televisión marcaban las 3 de la mañana, y mi brazo se sentía levemente dormido, al mirar a mi lado una sensación de paz invade mi corazón al ver a la hermosa chica de cabellos aguamarina, dormida plácidamente a mi lado, sin embargo la preocupación comenzó a formar parte de mi cuando recordé todo lo que hace años había pasado, cada vez que nuestros labios se habían unido, la muerte la había reclamado y convirtiéndola en cenizas simplemente desaparecía de mi lado.

Pese a ello, en esta ocasión ella no se miraba muerta en lo absoluto, la calidez en sus mejillas y el sube baja de su pecho me indica que está viva, ¿Porque? ¿Porque no había sido apartada de mi lado? las dudas se arremolinan en mi cabeza, me siento totalmente confundida, no logro entender que es lo que está pasando, respiro profundo y vuelvo a mirar a Michiru, demonios lo mejor seria llevarla a dormir al cuarto y seguir pensando en la sala que es lo que haría.

Con la mayor delicadeza con la que soy capaz de manejar mis emociones, la tomo entre mis brazos, el tenerla tan cerca de mi, poder admirar la belleza que Michiru portaba, me generaba un poco de esperanza, camino hacia el cuarto, caminando suavemente para evitar despertarla, y la acomodo en la cama, antes de salir de la habitación depósito otro casto beso en sus labios, y para mi sorpresa, sigue sin desaparecer, una débil sonrisa se escapa de mis labios mientras regreso a la sala.

¿Acaso la maldición había terminado?¿...o quizá era porque Michiru no estaba despierta al momento  de besarla?, me comienzo a cuestionar mientras sirvo una taza de café y doy el primer sorbo, dejando que la calidez de la bebida me haga encontrar la respuesta correcta, mi mirada se desvía hacia la puerta y es cuando me doy cuenta de la presencia de Michiru, quien se mantiene recostada sobre el marco de la puerta, manteniendo una mirada ausente.

_Haruka..._ su voz pese a ser la misma que horas antes había escuchado, sonaba ligeramente distinta, un poco más madura, además las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas, fue entonces cuando comenzó a correr, yo aun en estado de shock, solo pude abrir mis brazos para recibirla, ella se abrazo a mi hundiendo su cabeza en mi pecho, mientras sus pequeñas y delicadas manos se aferraban a mi espalda.

_Michiru..._ susurró depositando un beso en su frente y la lleve tomada de la mano hasta el desgastado sillón de la sala.

_¿Cómo es esto posible?_ dices con tu melodiosa voz algo afligida _ yo...recuerdo todo, cada momento cada beso, cada palabra pronunciada por tus labios, a pesar de saber que hace unas pocas horas me quede dormida a tu lado, siento que han pasado años desde la última vez que nos vimos, y más aún, ¿Porque sigo aqui? 

_Me gustaría ser capaz de contestar a eso_la sostuve más fuertemente entre mis brazos_ pero realmente yo tampoco se que esta pasando.

_ Sabes tengo miedo, Haruka, pues tengo unas enormes ganas de besarte, pero quizá si lo hago, tenga que apartarme de tu lado _ la voz de Michiru mientras se acomodaba para quedar frente a mi me hizo estremecerme ligeramente _ sin embargo, a veces se deben tomar decisiones arriesgadas.

Fue entonces que poniéndose de puntillas y cambiando la posición de sus brazos me beso, ese beso cargado de una sensación única, que hizo que solo pudiera estrecharla aún más entre mis brazos, tratando de prolongar aquella sensación en caso de que el infierno viniera por nosotras.

_Sigo aqui _ murmura Michiru mientras se aleja unos centímetros de mi.

Yo me limito a tomarla entre mis brazos para cargarla y dar un pequeño giro con ella, por ese instante una felicidad abrumadora se apodera de mi cuerpo, una felicidad que hace mucho no sentía, vuelvo a besarla, ahora de una manera más apasionada, dejando que el éxtasis se apodere de nosotras.






El futuro me condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora