OCD ; knj + ksj

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Desde que me había sometido a diferentes sesiones para ver qué ocurría con mis pensamientos, con mi forma de hablar o mis hábitos, repetidos hábitos, muy repetidos ¡Hábitos! ¡Muchos hábitos!

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Me diagnosticaron OCD, o sólo TOC, a los recién cumplidos 15 años. Significa trastorno obsesivo compulsivo. Muy compulsivo, muy compulsivo, compulsivo... Y entonces entendía porqué desde 5 o 6 años atrás, se rehacían tantas imágenes en mi cabeza, o porqué ataba mis agujetas reiteradas veces, o porqué seguía peinando mi pelo del lado derecho y después del izquierdo o porqué cuando lloraba, el pañuelo me sobaba tanto la piel que mis mejillas terminaban irritadas y mis ojos más hinchados, o porqué seguía dando ejemplos cuando me haya dado entender ¡¿O por qué lo hago ahora!?

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Aunque pude estudiar en escuelas normales con gente normal y común y corriente y sólo normales, sabía que yo era esa única persona que aunque ocasionalmente se escabullía entre tanta multitud ordinaria, por alguna manera destacaba. Destacaba el hecho de ser el raro que arregla la posición de sus lápices más de 38 veces en menos de 10 minutos, destacaba el hecho de tomar un sorbo de agua después de masticar durante 19 segundos y un sorbo y otra vez masticar en 19 segundos, y otro sorbo de agua, y 19 segundos y más sorbos hasta acabar con la fuente de mi almuerzo que debía ser redonda como los círculos en la puerta de mi baño o ese hermoso estampado en mis calcetines de los viernes de invierno.

Muchas personas se cansan tan rápido de ver lo mismo y lo mismo y ¡Lo mismo! entonces no tenía tantos amigos, a veces algunos más, casi siempre muy pocos...

Recuerdo que me acostumbraba a hacer los trabajos grupales yo solo para que quede perfecta la simetría de los caminitos en las maquetas, o la caligrafía en las letras para algun papelógrafo.

Antes de cumplir 17 años, me obsequiaron una colección de algunos o muchos o pocos o par de cubos rubiks, puedo decir que es el mejor regalo que jamás he recibido. Ayudaba a que esos ruidos por mi cabeza cesaran de vez en cuando, y también a mantenerme tranquilo cuando iba de compras con mi madre, en lugar de poner los precios de cada artículo en el lugar correcto.

Cuando aprendí a armarlos ¡Llegué a resolver el 5×5 en menos de 2 minutos! Llegué a resolver el cubo 5×5 en menos de 2 minutos. Llegué a resolver el 5×5 en menos de 2 minutos ¿Alguien más puede hacerlo?

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En fin, últimamente no he tenido la mejora que me prometen mis tratamientos, a pesar de que cada vez más sean más intensos. Aunque, bueno, éste trastorno de ansiedad no tiene cura, más bien mejora, pero, igual... Asisto a terapias físicas en el hospital y particulares, también cumplo con mis medicamentos a las 03:24:57 de la tarde, todos los días. Aunque en la noche me tome 3 pastillas a las 09:48:30, no creo que sigan haciendo efecto ni que solucione rubiks, ni que vea videos de gatos graciosos, ni que tenga mi botella con agua y brillitos color durazno en el estante del piso de abajo, al lado del comedor, al lado de donde como, en el comedor, al lado.

Necesito ir a la farmacia cada semana para tomar la terapia del viejo amigo de mamá Kim, el señor Kim. Es gracioso que tengan el mismo apellido, y así también el uno al otro. Han sido tan cercanos desde la infancia: estuvo ahí cuando no aceptaron a mamá em la universidad que deseaba, estuvo ahí cuando sufrió en el embarazo y en mi nacimiento, estuvo ahí el día de su graduación, estuvo ahí cuando me diagnosticaron el trastorno y siempre estará ahí cada que mi madre lo necesite y él la necesite. Ella estuvo ahí cuando cuando él perdió múltiples veces su trabajo, estuvo ahí cuando él iniciaría en su negocio y graduado como farmacéutico, ella también estuvo ahí cuando la droguería (tienda de medicamentos) estaba en crecimiento, estuvo ahí en el divorcio de la madre de su hijo, ella estuvo ahí en la reciente muerte de su ultima nombrada ex-esposa y seguirá ahí para él, igual que él para ella. Los mejores amigos del mundo no necesitan problemas para probar su relación, sólo se necesitan el uno al otro.

Dejando de lado aquella linda historia, dejando de lado la historia, dejando de lado, dejando de lado esa historia, linda historia...

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La semana pasada me he ofrecido a ayudar al señor Kim en la farmacia, pues había despedido a su antigüo cajero. Me rechazó; pero claro, como siempre amigable.

Mantengo todo en perfecto orden, cuento perfecto artículos y dinero, entiendo perfecto cualquier receta, leo perfecto cualquier nombre de medicina, mantengo la higiene del lugar perfecta...

¡Todo podría ser más perfecto... Si solo pudiera ocupar ese puesto!

Cuando estaba apunto de terminar de arreglar los botes de talco en el estante 5B del pasillo 3, dispuesto a irme pronto, un tintineo que anunciaba la llegada de alguien al establecimiento, me sacó más de mis cabales.

Garabatos sin sentido siempre han rondado por mi cabeza, sólo había ruido, ahora principalmente el de aquella campanilla: una y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez más se repetían sin cesar, igual que los pensamientos de mí arreglando todo, o los más estresantes de la gente corrompiendo aquel orden por mí dispuesto.

Pero cuando me giré a ver quién era, las cosas ocurrieron sin prisa. Como si por primera vez he visto en cámara lenta, ahora el juntar de sus pestañas cerrando sus ojos, o la manera de sus labios al sonreír y saludando alegre al señor Kim.

Los ticks, los acertijos sin respuestas, los estruendos y la bulla, los recuerdos sin razón, las copias de cada imagen que he soportado sin pausa de repeticiones... Por primera vez en mi angustia, desaparecieron.

Ahora sólo en mi mente había una única reproducción del grabado de sus brazos delicados y aún así marcados, de su altura menor que la mía notable desde lejos, de su peculiar aroma a vainilla, de sus oscuras hebras y oscuras cejas...

Sólo se escuchaban sus pasos, el abrazo y el "Hola, papá" de aquel parece que reencuentro.

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Esperen un momento.

¿¡El señor Kim tiene un hijo!?