CAPITULO 1

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Nos encontramos en un mundo dominado por la guerra, la destrucción, la crueldad y la barbarie. Por un lado, los magos, cuyos poderes sobrepasan lo natural, hay magos capaces de controlar el agua, el viento, la energía celestial, incluso unos pocos controlan una magia de dioses. Pero la magia más poderosa y menos común es la que emplea un "dragon salayer", magia para matar dragones.

Los dragones, son el enemigo por derrotar, monstruos sin sentimientos incapaces de controlar sus ansias de destrucción. Su poder supera en mucho a los magos, más allá del poder físico y mental, su poder mágico es cien veces mayor. Por eso la única forma de derrotar a un dragón es usar magia de "dragon salayer". O eso creían.

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Año X490, (400 años antes de nuestra historia)

En ese mundo devastado por la guerra infinita entre dragones y magos, surgió un mago capaz de derrotar dragones sin usar la magia de "dragon salayer", su nombre era Zeref, el mago oscuro, quien había creado demonios, con un poder capaz de igualar al de un dragón, pero no era suficiente, el mago oscuro, desesperado, bajo hasta las profundidades del mismo infierno para despertar al más poderoso de los demonios y el arma definitiva que incluso el rey de los dragones temía, pues una vez tuvo la mala suerte de enfrentarlo y no acabo de una pieza, ese demonio fue capaz de arrebatar un brazo al que se suponía el ser más fuerte de todos cuantos vivian. Ese demonio se llamaba END.

Zeref intentó convencerlo de que luchará a su lado, pero END no veía beneficio posible en la lucha, lo único que deseaba era un cuerpo lo suficientemente poderoso para poder poseerlo y escapar del infierno, pero ni siquiera Zeref, el poderoso mago oscuro, era digno de él.

Por lo tanto, volvió al castillo y se sentó en su trono, había mandado llamar a todos los hombres mayores de 18 años con poder mágico, END le había dado un libro a Zeref, aquel que pueda leerlo sería digno de su poder y por lo tanto tendría la posibilidad de, no solo acabar con todos los dragones para siempre, sino acabar con todas las guerras del mundo, pues ningún poder se comparaba al suyo. Muchos lo intentaban, pero ninguno reaccionaba y Zeref abandono esa posibilidad, desesperado por la impotencia Zeref recurrió a una magia negra que acabó consumiendo su misma alma.

La guerra continuó durante 300 años pero un día, llegaron noticias al reino de Fiore gobernado por la familia Heartfilia, los dragones, que tenían todo de cara para ganar la guerra, habían sufrido una guerra interna que había conllevado su autodestrucción aunque aún quedaban algunos, entre ellos el antiguo rey de los dragones que intentaban reunir sus fuerzas de nuevo mientras los magos, junto a los humanos habían centrado sus esfuerzos en construir una muralla mágica de la que no se podía ni salir ni entrar, por aire o tierra, sin permiso de la familia real. Con el tiempo los dragones dejaron de atacar la muralla y conforme a más avanzaba el tiempo, las leyendas e historias sobre lo que había más allá de la muralla se hicieron famosas en todo el continente.

Año X792 Fiore

Hoy en día el trono lo sigue ocupando los Heartfilia, Jude es el rey, Layla es la reina y Lucy, la princesa que está a punto de cumplir los 18 años.

-Buenos días cariño, es hora de levantarse- Decía la reina en la habitación de su hija

-Buenos días mamá- Contestó la princesa con los ojos entre abiertos y con una expresión de cansancio- ¿Que tal está papá hoy?-

-Mucho mejor que ayer, pero menos que mañana, ya lo sabes cielo-

Lucy solo sonreía ante esa frase que su madre repetía sin descansar cada vez que preguntaba por la enfermedad de su padre, pero sabía que se acababa el tiempo, aunque sus padres no querían arruinar su fiesta de cumpleaños que tendría lugar dentro de una semana por la noche con un baile popular en el castillo

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