"Todo tiene su comienzo,
todo tiene su fin.
Es mejor aprender esa lección,
abrir los ojos y no dejarte caer."
-Día 1-
Descanse las piernas de tanto correr. Me pare cansada dejándole caer a la hierba. Era agradable su frescura en mi cansado cuerpo.
Realmente era agotador perseguir a Sonic. Aunque ya debería estar acostumbrada. Tantos años igual. Suspire muy pesadamente, mire hacia un lado y quede callada. Sonic ya estaría muchos metros lejos de donde ahora me encontraba yo. Pensaba que ya habría otro momento.
Era un erizo ocupado. Que esperar de un Héroes como el. Siempre ocupado en esas cosas de Héroes.
Pero solo hacia mentirme y mentirme. Ya me notaba un tanto cansada de esa situación.
El sol también parecía cansado. Perezoso se escondía tras las montañas y colinas dispuesto a descansar.
-Amy... deja tus quebraderos de cabeza- me replique a mi misma sentándome y dando suaves pero sonoras palmadas en mis mejillas- Sonic te ama, estoy segura de ello. Solo debes esperar el momento adecuado. Nada mas... -De nuevo sentía que me mentía a mi misma pero, decir aquello me hacia sonreír.
Camine con tranquilidad por aquel prado. Me dirigía a casa de Cream. Siempre me gustaba pasar a hacerle una visita. Era divertido y agradable poder hablar con ella.
Además últimamente había comenzado a practicar ricas recetas de cocina. Y siempre era agradable probar algunas galletas, bizcocho o magdalenas que esta preparaba.
-Buenos días Señorita Amy. Por favor pase- Hablo de modo amable la joven conetija de largas Orejas. Cream siempre permanecía con su expresión angelical y sus buenos modales. Era una niña adorable.
-Muy buenas Cream... ¿Que tal el día?- Pregunte mientras tomaba asiento en uno de los mullidos sillones de su salón. Cheese dormía sobre un cojín. Sobre otro de los sillones.
-Oh, muy productivo. Hoy prepare galletas de Miel... ¿Te gustaría probarlas?-Pregunto mientras traiga una gran bandeja de la cocina repleta de deliciosas galletas.
-Vaya... huelen deliciosas Cream. Pronto seras mas que una gran cocinera- Sonreí mientras tomaba una de las galletas y la comía con gusto.
Fue entonces cuando, sin saber porque, las ganas de llorar me inundaron. Las lágrimas, sin miedo salieron. Estaba ya sin mas, llorando. Cream, perpleja me miro.
-¿Esta bien señorita Amy?- Preguntó.
-Yo... ya ni se...- Conteste sollozando.- Trato de animarme, pero... creo que ya solo son mentiras a mi misma por no querer ver lo evidente... Sonic no me ama-.
Cream callo y me miro. La pequeña conejita no sabia como silenciar esas lágrimas.