Cazador de Demonios

¿Quien eres?

Tras de aquel largo viaje rumbo a mi casa una vez que había llegado, tenia en mis manos unas cuantas bolsas puesto a que había pasado por el mercado para comprar algo que comer esa noche.
No vivo solo, mi pequeña hermana y mi perro vive junto a mi, pero soy el único que puede ver espíritus.
Aquella mujer me siguió todo el camino de regreso, una vez en mi casa la chica comenzó a explorar todo, no podía negar que me molestaba su presencia, tenia miedo de que le pueda hacer algo a mi hermana.

- yo pensé que al fin había conseguido alguien con quien estar... que mala suerte tengo- dijo la chica estando atras de el.

-{esto es de en serio, esta mujer debe de ser torpe o sufrió algún golpe en su cabeza cuando era apenas un bebé...}-

Suspiro de manera pesada, manteniendo su mirada a la hoya mientras revolvía de aquella prepararon con una cuchara de madera, solo esperaba que no de le vuelva hábito a la morena quedarse en mi casa, seria algo grave que aquellos demonios se aparecieran en mi casa.

Una niña de cabellos castaños claros y ojos color miel se hacía presente en la cocina, ésta tenia un cuaderno en su mano derecha y en la otra un crallon, esta tenia una sonrisa amplia formada en sus labios se podían ver unos hoyuelos que se hacían en sus mejillas por aquella sonrisa, la menor le extendería el cuaderno al chico para mostrarle un dibujo de "Él" cocinando.

-¡Mira hermanito este eres tú!-

La niña demostraba tanta felicidad, sus ojos brillaban levemente demostrando que ella estaba muy orgullosa de su dibujo, esta mostraba y detallaba claramente como el otro estaba cocinando, siempre dibujaba se dice a si misma que será una gran dibujante, ya con 9 años de edad parece tener su vida planeada completamente.

Miraba su dibujo de manera detallada, para luego acercarme a ella, posando mis manos en sus costados por debajo de su axilas alzando la para hacer que llegue a mi altura, seguido a eso rozaba nuestras narices dándole una sonrisa calma, sintiéndome tan tranquilo, feliz y lleno de ternura por el dibujo que ella me dedicaba.

-Es un hermoso dibujo Rose, me encanta, sin dudas algunas llegaras a ser una gran artista.-

dije orgulloso de ella, para luego bajarla nuevamente dejando que apoye sus pies en el suelo, seguido a eso entrelace mis dedos con sus cabellos acariciando era tan frondoso y sedoso que daba cierto placer el tocarlo.

-oh tienes una hermanita, que lindo, habitualmente los humanos suelen tener estas clases de lazos, me pregunto si su madre también será tan apegada- Diría la morocha con cierto tono de curiosidad.

-{Cuando estaba con vida... si lo era la mejor madre de todas}- Pensaba soltando un suspiro melancólico.

-¡Hermanito! ¡¿ya esta la comida?!- Está miraba la hoya esperanzada a que él diga que si.

-Aun no Rose, tendrás que esperar un poco mas para comer, ve a dibujar yo te avisare cuando este ¿si?-

La menor afirmó con su cabeza para irse nuevamente a la sala para seguir con sus dibujos mientras veía tele; Todo marchaba bien o parcialmente bien, la presencia de la morochas siguió durante toda la noche.

Ya pasaron las horas, habían cenado, Rose se ducho y fue a dormir, él haría lo mismo, se fue a duchar, luego de eso fue a ver su teléfono, chequeando sus redes sociales, revisando sus chats sin novedad alguna, nadie le hablaría, la depresión comenzó a invadir su noche junto a la soledad, estaría recostado boca arriba en su cama, con un brazo por sobre su rostro cubriendo sus ojos, este abrió y cerró su mano, para luego apartar el brazo y ver a la morocha la cual estaba sentada en la ventana de su habitación.

-Oye... si puedo verte y oírte... me llamo Gabriel- Comento con una voz suave.

-Jajaja me lo suponía... luego de pensarlo... ¿como podías contestarme si no me veías ni oías?- Volteo su rostro y giro levemente su torso para poder ver al chico, dándole una suave sonrisa -Un placer Gabriel, Soy Marilyn y soy una cazadora de demonios...-