1. El salto.

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Respiré profundamente y exhalé haciendo que todo mi interior se revolviera. Mis ojos se entrecerraban por lo secos que los sentía.

En un paso todo terminará.

El viento se filtró por mi desordenado cabello. Cerré los ojos y tomé una bocanada de aire. Pensé en todo lo que había sufrido.

Me imaginé como hubiera sido vivir una vida normal.

En una casita al lado del campo.

Sería el hijo de una enfermera del pueblo y de un empresario amargado, pero aún así amaba a su família.

Tendría dos amigos o uno y estaríamos juntos en el equipo de fútbol. Seríamos amigos des de pequeños y tendríamos una conexión fraternal...

Finalmente estaría ella, la apuesta chica que camina con gente falsa, del equipo de animadoras, y no deja de lanzarme miradas.
Pero a mi me gusta esa chica. La que no destaca, pero tiene una gran personalidad única. Se pasa el día leyendo libros en los descansos y solo tiene un amigo con el que comparte una extraña afición a las películas del siglo pasado.

Todo eso y mucho más...en otra vida.

Mantuve mis ojos cerrados con fuerza y di un paso al vacío. Mi pierna izquierda seguía en la tierra, pero el viento ya me balanceaba hacia el precipicio.

Estaba en un décimo piso, y aún así todavía sentía las ruedas de los coches girando y la gente habitando las calles. Escuché el cantar de unos pajaritos y la brisa me dejó llevar inclinando todo mi peso sobre la pierna derecha que flotaba en el viento.

Mi corazón empezó a latir estrepitosamente y la sudor no tardó en cernirse sobre todo mi cuerpo. Me sentía ligero, pero pesado por culpa de la fuerza de la gravedad.

Me sentí libre por unos segundos. Intenté reírme pero me empecé a ahogar. Como si una bola de pelo se hubiese atascado en mi garganta. Abrí los ojos difícilmente y vi la poca distancia que me quedaba para caer a tierra. O más bien a un coche. Un coche verde luminoso que cada vez parecía más grande.

Mis secos ojos derritieron lágrimas por los laterales de mi cara y finalmente me quedé sin aire. El viento que tanto buscaba, la libertad, fueron solo unos segundos.

He muerto...pero sigo conciente...El aire me ha asfixiado. Pero, así, no he sentido como volvía al suelo. Deja de pensar ya...Luc...

Abrí los ojos asustado y fruncí el ceño. Por que? Por que no estoy muerto?!

Me senté en la cama en la que estaba estirado y suspiré agobiado. Ahora dónde estoy?

Miré mi alrededor y analicé la habitación. Había un escritorio, un armario y un televisor. En la pared encima del escritorio habían fotos enganchadas con notitas. Me acerqué y vi que en todas las fotos salía la misma chica. Es guapa...y además parece de mi edad...espera...

Salí de la habitación desesperado y abrí la primera puerta que vi en el pasillo. Por suerte encontré lo que buscava, el lavabo. Me acerqué al espejo asustado y me vi. No era yo. Era la chica de las fotos. Mierda!

Me caí hacia atrás dentro de la bañera aterrorizado. No puede ser real, soy una chica. Me miré el cuerpo y me sonrojé nervioso. Joder.

"Maggie? Estas bien?" escuché a alguien detrás de la puerta. Me levanté nervioso y abrí la puerta inquieto. Vi a una preciosa mujer mirándome preocupada.

"Si..." dije tímidamente. La mujer sonrió y me besó la frente.

"La comida ya está lista, has dormido más de lo normal para ser sábado" se rió antes de irse por el pasillo y bajar las escaleras. Estoy soñando? Qué es esto?

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