2. Cambio.

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MAGGIE

Me desperté con dolor en el cuello por haber dormido en una mala posición.

"Buenos días" dijo Lucas luciendo como yo. Se notaba que no era yo por la forma en la que hablaba y como gesticulaba. Era un poco más bruto.

"Qué hora es?" pregunté bostezando.

"Son las siete, he comprado comida en el McAuto" dijo dándome una bolsa. Suspiré.

"No tengo hambre y a lomejor no puedo comer" dije cansada. "Estamos ya en Nueva York?" pregunté.

"Sí, estamos delante del hospital público, debo estar ahí..." dijo nervioso. Dios, si está muerto...no quiero que se muera. Pobrecito.

Bajamos del coche y entramos por las puertas corredizas. Él se acercó a recepción y preguntó por su nombre. Alguien que se tiró de un edificio.

"Se encuentra en coma, en...la habitación 108" dijo aburrida. En coma?! Después de tirarse des de un décimo?!

"V-vale, gracias" dijo confuso. Le seguí hasta las escaleras y vi que no había nadie.

"Estás vivo!" dije emocionada. "Ahora sólo tienes que entrar a tu cuerpo" dije aliviada.

"A lo mejor se trata de otra persona...no han reconocido el nombre. No me sorprende" se rió amargamente.

Llegamos a la habitación y entramos sigilosamente. Habían dos camillas. A la vista se veía a un viejo. Lucas corrió a ver quién estaba tras la cortina separatoria. Suspiró aliviado y se rió.

"Aquí estoy" sonrió por unos instantes y luego se miró serio. Me acerqué y vi a un chico súper guapo dormido. Estaba en coma y parecía que sólo le habían dado una pequeña paliza.

"Pareces mejor de lo que pensaba...que estarías" dije sorprendida.

"Tienes razón, pero como representa que entre de vuelta?" preguntó confundido. Mierda, es verdad.

"Bueno, intenta acercarte o tumbarte sobre ti" dije ansiosa. "Quiero mi cuerpo de vuelta!" dije exasperada.

Lucas se acercó todo lo que pudo perplejo. Nada sucedía. Joder.

Me acerqué yo y puse mi mano sobre la frente del cuerpo de Lucas. Empecé a sentir como mi mano se desvanecia y me dividia. Joder!

Abrí los ojos aturdida y me levanté alterada. Me vi a mí mirándome sorprendida.

"Mierda!" grité asustada al verme las manos. "Ahora yo...soy tú!" gruñí nerviosa. Lucas se rió.

"Ahora esto sí qué es un problema..." suspiró. "Que hacemos?" preguntó.

"Yo...no te pienso dejar solo ni un momento, no dejaré que profanes mi cueerpo!" gruñí enfadada. Él sonrió prepotente.

"Ahora estamos iguales" dijo mirándome las partes bajas. Bajé la mirada y grité al sentir algo pesado. Ugh, por favor, tiene que ser una pesadilla.

"Bueno, almenos ahora me pueden ver" dije animada. "Hemos progresado" sonreí.

"Deberíamos encontrarme, digo...encontrarte ropa, seguramente se ve todo mi culo" se rió.

Salimos corriendo mientras algunos doctores nos gritaban al ver un paciente a la fuga y entramos en el coche. Me puse al volante y conducí hasta que encontré el parking de un restaurante. Al lado habían tiendas baratas de ropa. Aparqué y saqué dinero de mi bolso.

"Comprame algo de ropa" mandé. Lucas me miró incrédulo, cogió el dinero y bajó del coche.

Volvió con ropa y me emocioné. "Vale, ayúdame a cambiarme, me voy a vendar los ojos con...esto!" dije sacando un pañuelo de la guantera. Me tapé los ojos y sentí como unas pequeñas manos me ayudaban a quitarme la camiseta. Joder, esto es raro. Me siento rarísima...

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