MéTODOS

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MÉTODOS

-¿Qué tal la misión?- Sasuke estaba frente a la puerta de la chica y aún le sostenía la mano.

-Ha sido bastante simple- su actitud parecía sospechosa, pero estaba decidida a darle el beneficio de la duda.

-He estado pensando, Sakura, y creo que sería conveniente que dejaras tu entrenamiento médico- la ninja dio un paso para atrás, estaba confundida.

-¿Por qué?- una sonrisa de incredulidad estaba en su cara.

-No creo que sea un entrenamiento muy útil. Además podríamos pasar más tiempo juntos-

-¿No es muy útil?, creo que no entiendo muy bien. Este entrenamiento es para mí y yo lo considero necesario- intentaba mantener la calma.

-Creo que es un desperdicio de tiempo-

-Es mi tiempo el que desperdicio-

-Deberías enfocarte en mejorar tus habilidades-

-Gracias por el consejo, pero creo que seguiré con mis planes- Estaba frustrada con ese hombre.

-Como quieras- Sakura sonrió tan falsamente como pudo y lo dejó ahí.

Subió a su habitación, se acostó contra su almohada y gritó tan fuerte como pudo. Su voz era ahogada y cuando se cansó de gritar mordió la tela y felpa que cubrían aquel cojín, aún así no era suficiente, terminó por destripar la felpa y encontró un alivio momentáneo. Estaba frustrada, más que eso, estaba más cerca de ser un energúmeno que una persona; estaba desesperada, conocía a la perfección la solución a su estado de ánimo, y sin embargo, algo le impedía hablar con Sasuke, esperaba un milagro, por otro lado estaba su sensei, ¿por qué había intentado molestarlo aceptando las atenciones de su compañero y actual pareja, desde cuándo le importaba demostrar algo que con trabajos existía?, ¡patético!

Se sentó en su cama y vio el desastre que acaba de hacer, el relleno de la almohada esparcido por toda la habitación y el peor de los males era que ahora no tenía en qué recostar la cabeza por las noches. Estaba a punto de romper en llanto, pero comenzó a reír y no había sido voluntario, no había nada gracioso en su situación, pero ahí estaba ella riendo a carcajadas como una autentica lunática.

Cuando su crisis hubo pasado y recuperó la cordura decidió salir a resolver su situación. Intentó llenarse de valor para no arrepentirse, la actitud tan interesada en ella se había desvanecido con la sugerencia tan egoísta que había pronunciado, cómo se había atrevido a ser tan mezquino.

Salió a la calle y respiró el aire frio que azotaba las calles, el día estaba de lo más nublado. No le gustaba ese clima, no tardaría en llover y no había mucho que hacer cuando eso pasaba, quedarse en casa esperando a que al cielo se le ocurriera abrirse y al sol aparecer. Aceleró el paso luchando contra el fuerte viento que deseaba llevarla en sentido contrario, no tardó en darse cuenta que hubiera sido mejor llevarse dejar por el insistente viento, parecía haberla querido prevenir de lo que estaba frente a ella.

Sasuke estaba a pocos metros y acariciaba el rostro de Ino, estaba ligeramente inclinado hacia ella, su amiga un poco sonrojada no daba un solo paso hacia atrás. Un sentimiento de traición la hizo retroceder un paso, no era una escena demasiado íntima para armar un escándalo pero no había nada de inocencia ni compañerismo allí.

Levantó el rostro, con la barbilla en alto, pisó fuerte y camino fingiendo toda la seguridad que, unos segundos antes, había perdido. Caminó paso a paso, ignoró el llamado de su amiga que intentó atraerla, apresuró el paso y los dejó atrás. Dejó atrás los dos años juntos, la relación que siempre deseó, los sueños que alguna vez embargó y el futuro que más de una ocasión creyó tener en la mano. Era el fin de todo.

CUESTIÓN DE TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora