La exagerada limusina que Ashton había alquilado para la entrada a la fiesta de su estúpida fraternidad, había aparcado frente a la casa en la que vivían él y los demás chicos sin cerebro de la universidad.
Esa noche no estaba de buen humor, me había peleado con él antes de acudir a su fiesta, por el simple echo de que yo no quería venir.
Yo era una de esas chicas que preferían estar solas, encerradas a oscuras en su cuarto toda la noche, escuchando a bandas argumentando sus ideologías anarquistas a través de sus enérgicas canciones.
No era de esas universitarias, que estaban ahí porque sus padres eran ricos, que acudían a todas las fiestas para demostrar que eran extravagantes, especiales y divertidas, y que se ponían ropa provocativa, no porque les gustara vestir así, sino para llamar la atención de los primitivos deportistas que organizaban la porquería de fiesta.
No tenía nada en contra de que mi novio fuera a la fiesta, era su fiesta al fin y al cabo, y a él le gustaba acudir a ese tipo de cosas, pero no había ninguna necesidad de chantajearme emociónalmente para que le acompañara a un sitio en el que me sentía más que incómoda.
Como suponía que haría desde que salimos de mi piso, en el que vivo con mi mejor amiga, Danielle, nada más salir de la costosa y dichosa limusina, corrió directo a la fiesta y a despotricar con sus amigos sobre lo que habíamos echo las últimas horas.
A veces ni yo misma entendía por qué seguía con él, otras veces simplemente me parecía más sencillo que tener que dar explicaciones de por qué hemos cortado, y en ese punto de nuestra relación no temía hacerle daño porque sabía que él pensaba exactamente lo mismo, si es que pensaba.
Acerté en lo de tener que entrar sola, mezclarme entre la gente e intentar pasar desapercibida hasta que la fiesta acabase, solo que eso último no salió exactamente como yo planeaba.
Mientras mi supuesto novio se abstenía de ponerme los cuernos cuando veía a todas esas llamativas chicas filtrear con sus amigos, un estudiante no dejaba de mirarme, y en un momento llamó mi atención el porte tan peculiar que tenía, parecía mucho más maduro y educado que todas las personas que había en la casa juntas, incluída que yo misma.
Me miró directamente a los ojos y me pilló observándolo, no tenía nada que reprocharme puesto que fue él quien empezó a fijarse en mi de arriba a abajo, pero aún así me avergoncé y agaché la mirada, pero tan sólo un segundo después el vaso de ponche que sostenía en la mano amenazó con derramarse sobre una de mis camisetas favoritas. Una ágil mano se aventuró a atrapar el vaso sigilosamente y sin dejar que ni un poco del contenido saliera fuera de su envase. Esa mano me tendió el vaso y yo lo cogí para vertir el ponche, que no me gustaba en absoluto, a donde provenía y tirar el vaso de cartón encima de la mesa en la que estaba la bebida y la comida.-¿Sí no te gusta el ponche?, ¿por qué bebés?, ¿intentas hacerte la interesante?-preguntó con un tono de voz seductor y elegante a la vez.
-¿Por qué?, ¿Ha funcionado contigo?-todavía tenía la pregunta de cómo había llegado tan rápido hacia mí, pero la iba a dejar pasar, después de su arrogante pregunta, no quería darle la satisfacción de hacerle saber que me había sorprendido algo de él, aunque en realidad me estaba sorprendiendo todo.
-Era una pregunta sencilla, no quería ofenderte...tranquila, eres diferente a las demás.
-Yo no soy diferente, ellas son todas iguales, y para tu información, para saber que algo no te gusta, primero tienes que probarlo...-una sonrisa traviesa se formó en su cara.
-Era imposible que te gustara el ponche, tienes demasiada clase para una bebida tan vulgar, tu pegas más con un buen champán de calidad-su voz era constante todo el tiempo, relajada, suave, y hablaba lento, como si no pudiera seguir el ritmo de sus palabras, pero todo ello formaba un tono seductor.
-Si es una nueva forma de ligar, quiero que seas consciente de que es un asco-estaba cansada de esos patanes que solo intentan ligar contigo-Además, tengo novio.
-Si a tu novio le importaras en lo más mínimo, no te dejaría sola en una fiesta tan grande-eso había echo que mi orgullo estallara dentro de mí.
-No hace falta que este aquí, todos son conscientes de que si me tocan, Ashton hará que paguen por ello...-dije fría y cortante.
-¿Cómo?-la pregunta me inquietó.
-Les daría una paliza-dije muy segura de que ni siquiera le importaría en realidad.
-Yo les quitaría la vida y haría que te suplicaran el perdón con su último y patético aliento-dijo muy convencido de lo que hablaba, me estaba empezando a extrañar un poco su comportamiento.
-¿Por qué matarías?, ¿por tu orgullo?
-Cariño, yo no soy tu novio, yo mataría por tu orgullo, no por el mío-nadie me había dicho algo así, y es la típica frase que todas dicen, pero no pretendo ser mejor, soy mediocre, y estoy contenta en mi posición del montón.
-Ya nos veremos-le dije, el me volvió a sonreír de forma pícara y no dejó de observar como me alejaba entre la multitud.
No habían pasado ni dos minutos desde que decidí desaparecer de su vista, cuando llegó a mi cabeza, su atractivo, diferencia, y su forma de hablar.
No pensé en lo que estaba haciendo, no estaba enamorada, pero no era virgen y me merecía una noche de pasión.
Mis pies corrían hacia donde habíamos estado hacía nada, a pesar de que mi mente exigía que pararan.
Llegué hasta su posición, el esperaba pateando con su bota de cuero contra el suelo y sosteniendo las manos atadas a su espalda, como si supiera que iba a volver.
"¿Qué es lo que estas haciendo Rebecca Cooper?, ¡Esto no está bien!,¡Para Becca!", me gritaba a mi misma, pero ya era tarde.
Me lancé a su cuello, lo cogí con fuerza de la cara y le planté un largo y apasionado beso, el puso las manos en mis caderas y con fuerza me levantó, nadie vio como me llevaba escaleras arriba.
Entramos al cuerpo de Alan, uno de los chicos de la fraternidad, era el momento para pensar en Ash, estaba siendo egoísta con él, pero repasé mentalmente todas las veces que me había sido infiel a lo largo de estos dos años, yo no era de esas chicas que ponían los cuernos, y antes de desabrocharme el pantalón reflexioné seriamente en lo que estaba apunto de suceder, y en que después no habría marcha atrás.-¿Pasa algo?
-Tengo novio, no se como te llamas, ni quien eres...
-Si le eres infiel porque no se fija en ti, no tiene detalles, no es capaz de escucharte, ser atento contigo y amarte como te mereces, sigue siendo una infidelidad, pero te ha obligado a cometerla.
En cuento a lo otro...me llamo Evan...y soy un estudiante de la universidad a la que vas...Me hizo pensar con lo que dijo, y me hizo reír con lo último, así que me lancé a sus brazos como una desesperada.
Yo estaba sentada sobre él, pero tras desnudarnos, me pusó bajo su cuerpo y tomó el control, las caricias, la pasión y el placer, se juntaban para convertirlo en un sexo salvaje y liberador.En su espalda tenía tatuado un desdibujado símbolo de infinito, nunca un infinito me había parecido tan profundo y lleno de significado.

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Now Is Forever
VampireHISTORIA 100% ORIGINAL. TODOS LOS DERECHOS QUEDAN RESERVADOS. NO SE ADMITEN NI COPIAS, NI VERSIONES, NI ADAPTACIONES. GÉNERO: FANTASÍA TEMÁTICA: VAMPIROS SINOPSIS: Becca Cooper cae bajo el encanto de un atractivo joven, aparentemente de su edad, en...