Se enciende el corazón

7 1 0
                                    

La hora de trabajo había terminado, Anais se reunió con Diego en la cafeteria tal como habían acordado.

-Hola! - Dijo Diego muy entusiasmado - ven, vamos a sentarnos en esa mesa cerca de la ventana.

-Esta bien - Dijo Anais con una gran sonrisa.

Cual no fue su sorpresa al percatarse de que Andrés, la estaba mirando fijamente, justo al lado de la mesa en la cual se iban a sentar. Anais no supo como reaccionar, se quedo quieta por unos segundos.

- ¿Qué sucede? - Le preguntó Diego muy confundido.

-N-Nada jaja, pensé que se me habia quedado algo en la oficina.

-Ah, pues avancemos entonces.

Andrés la saludó desde lejos, ella obviamente hizo lo mismo. 

-¿Quién es él? Nos ha estado mirando fijamente.

-Es un compañero de trabajo, no le prestes atención...

En ese momento Andrés se levanta y se sienta al lado de Anais.

-Hola chicos ¿Están disfrutando el Café? - Dijo con una sonrisa muy falsa.

-Pues fijate que si, y mucho - Respondió Diego siguiendo el juego.

Otra vez Anais notó que el ambiente se volvía tenso. En ese momento Andrés la agarra del brazo y le dice a Diego con un tono muy serio:

-No te acerques más a Anais, ella es mi novia, sé muy bien cuales son tus intenciones. 

Después de decir estas palabras se marcha con Anais sin siquiera escuchar la respuesta de Diego.  Otra vez se repitió la misma escena. Anais trató de hacer que Andrés la soltara, pero fué en vano.

-¡Oye basta! ¡Suéltame! ¿¿Tu novia?? ¿¿Desde cuándo??

Andrés la afirma de los hombros.

-¿No sabes quién es él verdad? estoy seguro que te dejaste llevar por sus encantos baratos ¡Todo el mundo sabe que él es un canalla, que anda de chica en chica! ¡se nota lo ilusa que eres! Imagina 

-¿Qué? ¿Quién te crees para decir eso? me da igual si es un canalla, un mujeriego, ¡tú no eres dueño de mi vida! ¡Ni siquiera me conoces como para meterte en mi vida! Ahora Suel-

Anais no pudo decir otra palabra más, el beso inesperado de Andrés no la dejó reaccionar, quería apartarlo, pero Andrés no lo permitía, pasaron unos segundos y Andrés la soltó y se apartó.

-No sabes lo loco que estoy por ti, me gustas a morir, no puedo soportar verte con otro hombre, se que nos conocemos hace poco, pero yo te he estado observando desde antes, te admiraba por ser una mujer trabajadora, y muy linda, deseaba conocerte, y cuando lo hice no pude haber estado más encantado, comprenderé si ya no me quieres ver, o si no te gusto en absoluto, pero yo no me rendiré.

Anais supo que Andrés estaba siendo sincero, pudo verlo en su mirada, una mirada que no había visto antes, su orgullo y su pasado le decían que no confiara otra vez, que no podía caer, pero su corazón le decía lo contrario, no podía evitarlo, a ella realmente le gustaba Andrés.

-Yo, no.. no sé que decirte... si acepto estar contigo, tal vez te aburra y te largues con otra tipa, tal vez solo te marches un día sin decir nada, yo no quiero eso..

-No sé como han sido tus amores pasados, pero creeme, soy muy diferente a ellos, jamás te haría daño, jamás me aburriría de ti, jamás te dejaría.

-Lo siento, pero ya he caído muchas veces en esas palabras, lo siento... pero yo no puedo estar contigo, es mejor que te vayas, olvidemos todo... te lo pido por favor. 

Andrés devastado la mira casi con lágrimas en los ojos, se da cuenta de la situación, se da media vuelta y poco a poco se aleja de ella.

-Que he hecho... soy una estúpida.

Al mirar la figura de Andrés alejandose, el corazón de Anais comienza a latir rápido, de sus ojos comienzan a salir lágrimas.

-No puedo, no puedo seguir siendo asi, no puedo escapar de esto, yo... ya no quiero seguir escapando.

Anais comienza a correr en dirección a Andrés, bastante decidida, hoy nace una nueva Anais, hoy se dejan atrás los miedos, hoy se va por un sólo camino, hoy, no hay vuelta atrás.

-¡Andrés!

Andrés se voltea y Anais lo abraza fuertemente. Andrés sorprendido la mira, ella lo hace también, lo agarra de las mejillas y le da un largo beso, Andrés le corresponde. Al terminar se quedan mirando sonrientes y se marchan a su hogar tomados de las manos.



-


Contra el viento del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora