¿El amor tocó la puerta?

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Anais se levantó, se coloco la bata y fue directamente hacia la puerta de forma silenciosa, primero debía comprobar quien era la misteriosa persona detrás de esta, asi que hecho un vistazo por la mirilla de la puerta, al ver quien estaba pensó tres cosas, tirarse por la ventana, hacerse la sorda o simplemente enfrentar la inesperada visita de Andrés. Anais no quería ser una cobarde asi que abrió la puerta, vio que Andrés traía una botella de vino y una sonrisa gigante en el rostro.

-Hola Karla, he traído un poco de vino, espero que no te moleste tomar un poco conmigo.

-Andres ¡pero que sorpresa!-dijo entre dientes con una sonrisa cínica-. Adelante pasa, toma asiento.

Andres se queda en el comedor, mientras Anais corre a ponerse algo decente, se pone un vestido negro, el cual acentuaba muy bien su figura. 

-Vaya ese vestido de queda muy bien-dijo Andrés encantado. 

-Bien Andrés me temo que estoy un poco cansada y este dia ha sido una basura asi que solo 3 copas- dijo Anais de forma fría.

-claro claro, soy un hombre de palabra.

Anais dijo en su mente, claro, de palabra, eso dicen todos.

-Andres debo decirte algo -bebe la copa de un solo sorbo.

-¿Qué debes decirme?-la sigue y hace lo mismo.

-Yo no me llamo Karla, me llamo Anais, siento haberte mentido.

-¿y por qué has mentido sobre tu nombre?

-Bueno, la verdad... no lo se, solo me dieron ganas de no decir el mio y pues... bueno.- se sirve mas vino.

-Anais... es un lindo nombre, creo que no hay ningún problema-dijo con una dulce mirada.

Anais se dio cuenta de algo en ese momento, ¿por qué rayos esta él aquí? ¿ por qué ella le sigue el juego? pues ¡esta claro que quiere conquistarla! como no lo había pensado antes, ¿solo quiere engañarla? como ha sido tan tonta, ¿y ahora que? se decía así misma.

-Creo que es muy tarde, lo mejor es que te vayas-coge el vino se lo entrega y lo guia hasta la puerta.

-Pero, ¡si ni siquiera han pasado 10 minutos! anda Anais pasemos un poco mas de tiempo juntos, no seas amargada, solo serán unos minutos.

-Lo siento -dice un poco molesta lo empuja fuera y le cierra la puerta, inmediatamente la abre y le dice - Ah y para la próxima no vengas por tu cuenta sin decir nada- la cierra- imbécil...

Anais apaga las luces, se vuelve a poner pijama, y se va a dormir.

Al día siguiente suena la alarma, pero Anais esta profundamente dormida, 20 minutos mas tarde, despierta por si misma, algo que nunca había ocurrido, sorprendente...

-¡Oh Dios! ¡me he quedado dormida! rayos.

Sale corriendo, se pone lo primero que ve, ni siquiera coge algo para comer. Al llegar encuentra a su jefa Julia.

-Vaya, creo que te había dicho que no llegaras tarde... espero que tengas buenas ideas, toma asiento- dijo enojada.

Anais toma asiento muy silenciosamente.

-Bueno, como estaba diciendo, necesitamos nuevas ideas para pod...

Aparece Andrés, el Señor Rivas y dos tipos mas e interrumpen con la reunión.

-Señor Rivas ¿qué hace acá?-Dijo Julia sorprendida.

El señor Rivas es un empresario dueño de la revista Plod, la revista en la que trabaja Anais, mejor dicho él es como el jefe de Julia y de todos los que trabajan ahí.

-He oído lo que esta pasando, es por eso que estos 3 tipos de acá nos han traído muy buenas ideas, desde ahora ellos nos guiaran y nos ayudaran a reinventar la revista, demos la bienvenida a Andrés, Juan y José.

-¿¡Qué!?- dijo Anais rápidamente sin pensar, no podía creer que ahora trabajaría con Andrés, la persona que mas quería evitar.

-¿sucede algo malo señorita Moya? -dice el señor Rivas mirándola fijamente.

-¡Que maravilla! eso es lo que quise decir-riendo nerviosa.

-¡Esa es la actitud que hay que tener!- Dice el Señor Rivas con una gran sonrisa.

Andrés mira fijamente a Anais con la misma sonrisa de siempre.

-Es un placer poder trabajar con ustedes- Dice Andres encantadoramente.

Claro, las chicas del trabajo, no tardan en fijar la mirada de inmediato en el apuesto y encantador Andres. Se escuchan los susurros y las risitas de aquellas mujeres que se derretían por el.

Anais estaba fastidiada, estaba segura de que ese muchacho tan encantador le haría la vida imposible.

-Bueno, solo serán tres parejas que trabajaran juntas por un mes,bien, ahora vamos a asignar a las parejas-dijo el empresario sonriente-Juan, tu deberás trabajar con Camila, José tu con Roberta, y Andrés tu deberás trabajar con...-en este momento Anais rezaba para que no le tocara con ella- Anais.

Andrés la miro con una sonrisa, le beso la mano y le dijo:

-Sera un placer trabajar con usted señorita Moya.

Anais no podía creerlo, ¿¡por qué ella!? ¿qué había hecho? Se dijo así misma:

-Bien, tranquila, solo sera un mes, mantén la calma, eso no es tanto ¿verdad? no, eso es poco, puedo aguantar, ahora solo hay que tener cuidado y no caer en la trampa de el lobo con piel de oveja.
















Contra el viento del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora