capitulo I

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 Estaba afuera, en el patio, saltándome las clases como de costumbre, era un día normal de clases, aunque hacia un calor horroroso para mi gusto, que me había hecho beber ya dos botellas de agua, y estaba por terminar con la tercera.

Leía algunas historias que me había descargado, es una de mis pasiones secretas, soy un escritor, es decir, no hago novelas ni cosas muy complicadas, pero tengo un trabajo importante como un miembro oficial del periódico escolar como columnista, y eso me vuelve un escritor.

Mi columna es poesía, de todo tipo, romántica, triste, dramática. No es la más popular de todas, y de hecho, es algo secreto, sólo mis amigos y mi familia saben que amo la poesía y las novelas dramáticas. 

Por cierto, cuando digo familia, me refiero a mi madre, no tengo papá, bueno, claro que debe estar por alguna parte del mundo con su nueva vida. Pero ese hombre abandonó a mi madre cuando supo que estaba embarazada de mí. 

Y por esa razón, ella ha tenido que lidiar conmigo sola desde un inicio. 

No pienses mal de ella. Mi madre es la mejor del mundo, una mujer de negocios que salió de la Universidad con honores, mientras que trabajaba medio tiempo para cuidar a su hijo.

Que de hecho, soy yo. Me llamo Kae, tengo 18 años, y soy gay. Sí, no es la presentación más normal del mundo, pero es lo que soy, y sinceramente no me da vergüenza.   

Ví que faltaban pocos minutos para que dieran el toque de salida. Me levanté para estirarme. Mire a algunos otros estudiantes caminar por la escuela, ahora que no había tanta gente por los pasillos necesitaba aprovechar e ir al sanitario. 

Después de 3 botellas de agua, no esperaba menos. Camine tranquilo hacia los sanitarios, se escuchaban algunas charlas en el pasillo, pero en general había silencio.

Hice lo mío y justo a tiempo, pues al salir, el timbre de la campaña sonó, perturbando mi adorado silencio. Los corredores comenzaron a saturarse de gente, y yo estaba a punto de huir por la puesta principal, y lo hubiese hecho sin problemas pero...

Justo en ese momento...

Lo ví. Por primera vez. 

Yo conozco chicos hermosos, no me subestimen, soy popular entre los míos y de buen gusto, pero a lo que voy, es que él era hermoso, el chico más hermoso que jamás había visto.

Delgado, parecía frágil, y con  ojos brillantes color verde, y tenía además una hermosa sonrisa. Era pequeño, quizá un chico de primer año.

Para ser honestos no era el típico chico con el que yo solía salir, siempre me había inclinado más por los chicos de aspecto rudo, toscos, malos... ¿Me explico?

Pero cuando lo vi a él, fue como si un remolino naciera entre mi estómago y mi corazón, me lleno de escalofríos y me dejó congelado. Así de complicado.  

Los golpes de mochilas y algunos codos me recordaron que estaba parado como un maldito estorbo en medio del pasillo. Me moví rapidamente hasta el patio de la puerta principal, donde por más que trate de buscar, no logre encontrar al chico lindo. 

Suspiré con decepción mientras miraba el césped, seco por este horrible sol.  

¿Ese chico tendría novia? O puede que ... tenga... Novio?... Me di un par de palmadas en la cara para dejar de soñar, claro. Es duro de asimilar, pero el que  yo sea gay no significa que todos lo sean.

Pero eso no impidió que esa sensación en el estómago se detuviera.  

Y yo soñaba con tener en mis brazos a ese enano, cuando un golpe en la cabeza me hizo volver a la realidad. 

El hombre de mi vida [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora