Capítulo extra

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Advertencia

Este capítulo puede provocar sobredosis de ternura y deseos de vomitar arcoíris y corazones, como también dudas existenciales del por qué no existe un Michaell para cada una. Se recomienda discreción.

La primera cita no se olvida

Michaell

La espero fuera de su casa con un globo de corazón y un ramo de rosas rojas, estoy nervioso, sólo espero que todo salga bien.

Aunque con mi mala suerte no sé qué esperar, sólo deseo que los ovnis no nos secuestren...

De seguro me veo como el típico chico adolescente enamorado que espera a su chica, en una escena súper cliché.

Bueno, así es, la verdad.

La veo salir de su casa y aproximarse a mí con su hermosa sonrisa la cual le devuelvo. Se abalanza sobre mí en un abrazo el cual no dudo en recibir, la rodeo con mis brazos lo que puedo, ya que con las cosas no lo puedo hacer como me gustaría, y aspiro su aroma a fresa que me encanta.

¿Por qué es tan jodidamente perfecta?

Nos quedamos así durante unos minutos mientras la gente que pasa se nos queda viendo asqueada, las chicas con envidia y las ancianas con ternura.

Nos separamos y me acerco a su rostro lentamente mientras observo cada detalle de ella para guardarlo en mi carpeta mental de cosas únicas y perfectas que amo.

Junto mis labios con los suyos, al principio es un suave roce que hace que sus mejillas se enciendan, lo cual me encanta ya que hace que se vea más hermosa de lo que ya es, me causa ternura que su cuerpo reaccione de la misma manera siempre que la beso, muevo mis labios sobre los suyos con delicadeza transmitiéndole en ellos todo lo que no se puede decir con palabras. Sus manos se dirigen a mi torso y las deja ahí mientras me abraza, nos separamos y junto mi frente con la suya.

Todos los nervios se disiparon al momento de besarla.

Muchas noches en el pasado había soñado con momentos así, pero nada se iguala a la realidad.

—Esto es para tí, Ángel.—digo mientras le entrego las cosas de modo que nuestra burbuja se rompe, me hubiera quedado más tiempo de esa manera de no ser porque quiero llevarla a un lugar que sé que le encantará.

—Gracias, princeso.—responde de una manera que tengo que contenerme para no llenarle de besos todo el rostro.

—Esto merece una foto—saco mi celular con el fondo de pantalla de ella y yo disfrazados de unicornios, mi foto favorita.

Hacemos caras graciosas y aprieto para sacar la foto.

—Que sensuales nosotros—comenta y nos reímos.

Quiero su risa de tono de llamada.

—¿Y dónde vamos?—pregunta sacandome del trance en el que me encontraba embobado mirándola.

Quédate con quien te mire como Michaell mira a Angela.

—Es sorpresa—respondo mientras tomo su mano y la dirijo hasta mi moto.

Oye Angela pasa el packDonde viven las historias. Descúbrelo ahora