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—No entiendo—Hable confundida.

Observe a mi padre el cual no dejaba de acomodar papeles dentro de mi maleta.

—Acantha no hagas que lo repita una vez más —suspiro cansado.

—Es que no puedes llegar simplemente diciendo que nos tenemos que ir —Observe como dejaba caer los papeles molesto—dejando todo atrás —Reclamé.

—Acantha, tengo obligaciones que atender y debo llevarte conm—interrumpi

—Siempre dices lo mismo, no sé porque quieres llevarme contigo si de igual manera, ¡estoy sola! —Le grite.

—¡Por que es mi deber !—Retrocedi con temor—No comiences una discusión que no ganarás —se limitó a caminar a la puerta y antes de salir hablo—baja tus cosas en cinco minutos salimos.

—¡Agh!—Avente una almohada a la puerta—¡te odio!, ¡No sé por qué mamá murió! —Grité, mientras mis ojos se humedecian y trataba de acomodar mis cosas.

—¡Acantha!, ¡Nos vamos! —me gritó desde a bajo.

Baje la maleta por las escaleras, evitando tener contacto visual.

—¿Dirás algo más? —Me observo con atención

—¿Qué puedo decir?, si no he tenido ni tiempo para despedirme de mis amigos—Hable molesta saliendo de la casa.

Hubo un gran silencio en el camino, la verdad es que no me sorprendía, papá era de la marina y desde que murió mamá por un accidente automovilístico,  el se hizo cargo de mi y muy raras veces lo veía, hace trece años que todo había cambiado, el siempre salía y yo podía salir a dónde quisiera, me costó adaptarme pero finalmente lo había logrado y ahora todo se había ido a la basura, pensé que podría vivir una especie de romance como el de los libros.

—Ten tu boleto— Me saco de mis pensamientos

—Gracias —Observe el boleto— ¿¡Es el 346!? —Termine gritando ¿cuál es el tuyo?

—227, camina porque el avión nos deja por tus berrinches —tomo mi brazo y camino casi arrastrandome por todo el aeropuerto.

Subí al avión y enseguida busque mí asiento.

Sentí un alivio al observar que era junto a la ventana.

>>No todo es tan malo hoy<<

Me coloqué mis audífonos

—¡Hey!, ¿te molesto? —Una chico alto señalo mi asiento

—¿Perdón? —Me saque el audífono para confirmar lo que había dicho

—Es que me gusta ir a lado de la ventana, ¿me cambiarias el lugar?—Me sonrió

>>¿Qué? <<

—No, me gusta este lugar —asegure y me  coloqué de nuevo los audífonos.

—¿Estás molesta?—Frunció el seño— Te noto tensa.

—No estoy tensa — Acorte la plática

—¿A dónde irás? —Inicio de nuevo la conversación

—No lo se, solo sigo a mi padre—Me saque mis audífonos rendida.

— y ¿viene contigo? — entrecerro los ojos

—Si —Me límite a contestar.

>>¿Esto es un interrogatorio?<<

—¿Por qué no se sienta contigo?— Se giro para interactuar más.

—No lo se, buena pregunta— Evite el contacto visual

—¿Murió?—Se mantuvo en la misma posición.

—No—Señale un poco por dónde estaba su asiento —Esta por allá

—Lo siento, es solo que es extraño que un padre deje a su hija.

>>Para mí padre no es extraño<<

—Si, en unos días seré mayor de edad así que...

Me interrumpió de manera descortés.

— ¿Quieres saber a dónde iré?—Brinco emocionado en su asiento

—No—imite su gesto.

—Bien, iré a Chernigov, Ucrania

—¿Cómo? Este vuelo va a Ucrania?—Brinque de sorpresa en mi asiento

—Si—sonrió mostrando unos dientes demasiado blanco y unos colmillos muy puntiagudos.

Enseguida me aleje y mantuve distancia

—¿Qué le ocurre? —Hable entre dientes.

— ¿Cómo?—Se acercó

No acostumbraba hablarle de mis problemas a mis amigos, y por supuesto, menos a un extraño.

—Nada, lo siento y ¿tu eres?—Lo regrese a su asiento.

—Jordan Davis, ¡un gusto!—Me tomo la mano y la beso— Pero claro que mis amigos me dicen dan— Me guiñó un ojo.

—Okey jordan—Sonreí.

—Sabes, siento que te conozco— me miro analizando cada parte de mi cara— tal vez si me dices tu nombre

—Ah sí, lo siento soy Acantha Zhang.

—No —suspiro cerrando los ojos — ¡no! ¡No te recuerdo! ¡Pero te pareces a un chico!

—Pues...—Me aleje al escuchar sus gritos, ya que toda la gente nos observo.

—Es que hay un chico que se parece a ti pensé tal vez sean primos o algo se llama Scott Moore, ¿Lo conoces?— Entrecerró sus ojos.

—No, pero espero conocerlo —Sonrei falsamente.

La Descendencia De Acantha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora