[EN EDICIÓN] La Competencia 【Ciel Phantomhive y Tú】

Capítulo VI

"LA COMPETENCIA"

CIEL PHANTOMHIVE Y TÚ

KUROSHITSUJI
BLACK BUTLER
MAYORDOMO NEGRO

Capítulo 6: Esa condesa, investiga.

"Te escucharé atentamente".

NARRA ____

—Undertaker —dijo Ciel cruzándose de brazos.

—¿Qué es este lugar? —preguntó Lau sonriendo.

—¡¿Porqué los dos familiarizados con este lugar?! —gritó Madame Red.

—Tranquila, madame... —trato de calmarla su mayordomo, ¿Grell?

—La persona que la señorita conoce trabaja de sepultero para ocultar su identidad —indicó Andrés.

—Ya lo conocía... —volteó a verme él conde, arqueando una ceja.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Te aplaudo? —entré al lugar conteniendo la risa al ver la cara del conde.

—Undertaker, ¿estas aquí...? —preguntamos los dos a la vez.

—¿Qué mier...

—Hola~ sabía que vendrían conde y condesa~ -se escucho una voz —. Bienvenidos~ —UnderTaker salió de un ataud

—¡Qué demonios..! —grite saltando hacia atras, asustada. Él y sus apariciones sorpresivas.

—¿Quieren ver como se siente dormir en mi ataúd personalizado~?

—...No gracias... —respondí dando media vuelta, mientras silbaba.

—No vine para jugar hoy.

—No necesitas decirme, ya se a que viniste~ —dijo sonriendo —. Con solo una mirada, puedo saberlo~

—Bien, ¿conoces algo sobre el caso de las prostitutas asesinadas? —pregunte cruzando losbrazos.

—Tal vez si, tal vez no~ —se sentó en la silla que había detrás de un escritorio —. Vamos, tomen asiento~ iré a preparar té~

—¿Sentarnos? ¿Dónde? —miramos el lugar y solo había unos ataúdes.

—¿Quieren saber acerca de "Jack Él Destripador"? Todos han estado asustados debido a este disturbio. Pero está no es la primera vez que manejo este tipo de cosas~

Vimos las supuestas tazas de té que teníamos en manos, y era un recipiente medio raro.

—¿No es esta la primera vez? ¿Que quieres decir? —preguntó Madame Red.

—Ha pasado antes, un caso donde prostitutas fueron asesinadas —nos extendió un frasco de galletas con forma de huesos —. ¿Quieren algunas? —nos preguntó al conde y a mí, ya que nos encontrábamos sentados en el mismo lugar.

—No quiero ninguna —contesté asqueada.

—De hecho, fueron asesinadas de la misma forma... Pero al principio, la policía no le tomo mucha importancia, aunque las prostitutas asesinadas tenían algo en común.

—¿Algo en común?

—¿Qué es? —pregunto Sebastian.

—Bueno, ¿ahora me pregunto que es lo que esta molestadoles?

—Eres muy persuasivo, sepultero —rió Lau —. ¿Cuánto dinero quieres por esta información?

—¿Cuánto quiero? —se acercó a él tomándolo de la camisa —¡No quiero ningún dinero de la reina! Ahora, entonces conde... —sonrió malévolamente.