Caminaba por los pasillos, ansiosa por salir de la escuela. Había estado en detención por culpa de una compañera y tuve que quedarme después de clases.
A lo lejos escuche una bella melodía, que la acompañaba una hermosa voz.
Ignorando mis agujetas sueltas apresure el paso, queriendo saber quien era el dueño de esa voz, pues, ya la había escuchado antes y me cautivo por completo. La melodía paró y supuse que el chico ya se iba a ir así que comencé a correr, necesitaba saber quien era el y justo para llegar al aula, pisé las cintas y caí al suelo.
--¿Estás bien? --me pregunto una voz familiar--
--Si --agache la cabeza--
--Déjame ayudarte --una mano apareció frente a mi--
Dudosa la tomé, sentí como mi corazón se aceleraba, ya estando de pie vi quien fue el que me ayudó. Won Pil, un chico tímido de mi clase.
--Gracias
--Deberías abrochar tus agujetas --me dijo--
Yo asentí.
--¿Tu eras quien tocaba el piano?
--Si --me dijo avergonzado--
--Cantas hermoso, a veces me toca escucharte cantar o tocar el piano y me encanta, suena tan maravilloso y...- deje de hablar y me sonrojé al instante.--Lo siento, yo ya me voy- dije
Di la vuelta para alejarme, olvide abrochar mis cintas e iba a caer de nuevo, hasta que unos brazos me sujetaron.
--Tus agujetas _____.
El se agachó y las abrochó.
--Gracias, no tenías porque hacerlo.
El me sonrió.
--Te veo luego.
Lo vi alejarse mientras me quedaba como tonta parada en el pasillo, con mis emociones al cien.
