For You.

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¿Qué no hice por el?

Le di todo mi corazón, no me importaba si llovía si el deseaba un pastel yo me iba corriendo a dárselo, yo sabía que era muy reservado y eso me gustaba de el, que no era muy platicador y yo lo respetaba, que prefiriera descansar a salir se volvió habitual para mi, pero poco a poco empezó a cambiar ya no me decía por mi apodo ahora solo me hablaba por mi nombre, o por mi apellido, yo no me quejaba lo amaba lo suficiente para pensar que mi nombre y apellido sonaba hermoso en sus labios.

¿Qué hizo por mi? Nada.

Pero no me quejaba, para mi el era muy tímido como para decirme con total seguridad te amo, o para darme algún detalle yo sabía que el no estaba acostumbrado a dar cariño a los demas así que yo me encargaba de demostrar el amor por los dos, le compre todo lo que el quiso y deseo, al principio fueron simples detalles, como chocolates ,flores, salidas a sus lugares favoritos, pero todo empezó con el favor que me pidió, había salido un set de ropa de su peluche favorito, le faltaba la mitad del dinero y me pidió si le prestaba algo, mi respuesta, fue que le compre todo el set, junto con un peluche y se lo regale su sonrisa fue mi mejor pago, pero mi condena fue decirle.

-Todo lo que quieras tratare de dártelo.

Al principio no pedía mucho, pero conforme pasaban las peticiones se volvía mas confiado en pedir las cosas, en las mañanas lo despertaba despacio para que no se enojara, y le llevaba el desayuno a la cama, mis amigos, me decían que era un mandilon, por dejar que el eligiera por mi, y yo les respondía que solo lo quería ver feliz, debí haberle hecho caso a mi primo.

-Jungguk, no lo mimes tanto, esta bien que le quieras hacer feliz, a mi me encanta cuando Nam me mima, pero también debes estar en una relación en la cual, tu también seas mimado aunque sea un poco.

Solo le dije que si para que no siguiera hablando, pero no le hice caso, mime cada día mas a Yoongi, el era mi todo, y pensaba que yo era su todo, se volvió mas frío mas inexpresivo, menos cariñoso, ni cuando nos conocimos me hablaba tan cortante, yo pensé que se le pasaría que solo era temporal, que había hecho algo que lo hizo enojar como para que no me hablara, pero al parecer su enojo era grave por que no me hablo por cuatro días, cuando creí que el me había perdonado por que me llamo, solo lo hizo por que necesitaba un favor, o como el dijo ese día.

-Quiero, que me traigas mi capuccino.

Yo corrí como loco ese día a la cafeteria mas cercana para llevarle lo mas rápido posible su capuccino.

Al llegar lo único que me dijo fue.

-¿No me trajiste mi pastel?

Se me había olvidado por completo que a el le gustaba el capuccino junto a un pastel de vainilla, el nunca se tomaba su capuccino sin ese pastel, y ese día me tiró el capuccino a los pies mientras me gritaba furioso que era un mal novio, por haber olvidado algo tan pequeño.

Mi corazón se rompió en varios pedazos, siempre había sido alguien muy orgulloso, pero por el todo mi orgullo, y toda mi seguridad se fue a la basura, me agache a recoger el vaso de café, y levante la mirada para pedirle disculpas.

-Claro que es tu culpa, ¿de quien iba a ser si no?.

Le pedí a la señora de alado un trapeador, ella me lo dio junto a una mirada llena de lastima aun recuerdo perfectamente lo que me dijo.

-Es una pendejada por la que esta enojado, no tienes la culpa, el tiene dos piernas en perfecto estado, el pudo haber ido a comprarse el café, y su tan adorado pastel, ya bastante hiciste con traérselo hasta su casa.

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