Era el cumpleaños de Jimin, y estaba que me moría de nervios, por no saber que comprarle, a pesar de que mas de cinco veces le ofrecí pagarle el tinte para su cabello se nego rotundamente, diciendo que ya bastante hacía yo con organizarle una pequeña cena donde conociera a mis amigos.
Solo espere que Jimin se fuera, para salir de mi casa e irme al centro a buscar el regalo, al llegar miles de tiendas llamaron mi atención pero no encontraba por mas que buscaba nada que le pudiera gustar, había tiendas de ropa, zapatos, accesorios, y hasta una tienda de color crema, con las cortinas tapando la vista, mire treinta veces en dos minutos mi celular mirando si no tenía ningún mensaje o llamada de Jimin.
Cuando estaba a punto de rendirme, vi lo que sería mi salvación,eran dos tiendas una aun lado de la otra me adentré a ella abriendo la puerta para que dejara sonar el típico sonido de la campana, que anuncia cuando alguien entra o sale de dicha tienda.
-Buenas tardes bienvenido a Beatiful Wings ¿Qué va a llevar Joven?
-Buenas, tardes......................
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Regrese justo antes de las cuatro de la tarde, aun tenía que bañarme y arreglarme para preparar mi casa, para cuando llegaran Jimin y los demás, aparque con cuidado de que no se me cayera el regalo de mi Jiminie, apenas puse un pie adentro de la casa me llego un mensaje de Jimin.
Mochi <3
-Llegare como a las seis de la tarde Kookie, cuídate no quiero que te lastimes.
En ese momento una boba sonrisa apareció en mi cara al leer el mensaje, de Jimin.
-No te preocupes, no me lastimare, cuídate.
Dejé, con cuidado el regalo de Jimin, en la mesa de noche que tenía en mi habitación, abrí mi armario para buscar mi ropa, bufe al mirar que la mayoría era ropa blanca, no quería verme como un vagabundo en la cena de hoy, era el cumpleaños de Jimin, osea una fecha especial, me tenía que ver bien, no como si fuera un día común y corriente.
-Pero como no se me ocurrió usar eso antes.
Agarre una camisa negra, ajustada, unos pantalones de cuero del mismo color, junto con una chaqueta negra.
-Espero me quede bien, y no me vea como para ir a un funeral.
Me metí a bañar, me talle con esmero la espalda, y todo mi cuerpo en general, disfrutando de la sensación de alivió y tranquilidad, que me daba el agua mientras recorría mi cuerpo, quitando el jabón de por medio.
Salí de mi baño, con una toalla en la cintura, y otra en mis manos con la que me secaba el cabello, agarré la ropa que estaba en la cama.
-Uff, bien que falta ahora, !oh¡ las bebidas.
Agarré las llaves de mi auto, y salí a la tienda mas cercana, a comprar las bebidas, llegué a la tienda, fui directamente a la sección de vinos, y escogí dos botellas de vino tinto y otras dos de vino blanco, también escogí un refresco de manzana de tres litros, me acerque a la caja registradora.
