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El universo se ha movido por nosotros,
no hubo ni el más mínimo error.
Estábamos destinados a ser felices,
porque tú me quieres y yo te quiero.


( 🌷 )


A esta parte de su vida la había llamado "el fondo" porque no existía luz ni esperanza que pudiese divisar a su alrededor. Tenía bastante claro que tras todos los sucesos desfavorables que se fueron dando durante su corta existencia en este planeta, aquel era la cúspide de todo y no tenía la más mínima idea de como manejar las cosas para mejorar la situación. ¿Qué se hacía cuando ni siquiera tu mismo eras capaz de seguir intentando que  las piezas de tu vida funcionaran? ¿Qué sucedía cuando solo quieres rendirte y dejar de existir en ese mismo instante? Su cabeza estaba llena de dudas y de reproches que solo podía hacerse a si mismo.

Debió haber sido más cuidadoso, más silencioso y menos idiota. Si ahora estaba en ese aprieto era porque la estupidez le consumió el cerebro más de dos segundos y finalmente debía pagar el precio por sus actos. De todas maneras y aunque el escenario se veía bastante oscuro para él hizo un último esfuerzo, un pequeño intento. Trató de zafarse del agarre que lo mantenía preso moviéndose de un lado hacia el otro repetidamente y haciendo fuerza hacia el lado contrario, pero a pesar de sus múltiples quejidos y súplicas su captor era mucho más fuerte que él... O simplemente Jimin no representaba amenaza alguna ni siquiera para el ser vivo más pequeño y definitivamente se inclinaba más hacia la segunda opción.

— ¡Maldito mocoso ladrón! —Le gritaron en la oreja casi hiriendo su tímpano— ¡Tienes el descaro de venir a robar aquí otra vez!

Y todo ese embrollo por unas malditas flores, vaya suerte la suya.

Porque claro, los ladrones reales, esos que mostraban en la televisión cuando daban reportajes policiales, robaban cosas mucho más valiosas, cosas que significarían un montón de dinero para el bolsillo. Se decía a si mismo que debería seguir ese camino, que si iba a condenar su alma al infierno por cometer uno de los pecados más graves, que al menos fuese por algo que le diese algún tipo de ganancia para comprar comida, la cual nunca le había sobrado y era una necesidad de primera categoría para el ser humano.

En cambio, a él, que nunca se consideró de lo más brillante, se le ocurría robar esas estúpidas flores que luego se marchitaban dejándole como obligación ir a robar más. De verdad se sentía muy idiota, un triste idiota amante de las flores bonitas.

— L-lo siento —tartamudeaba a modo de disculpa—, n-no lo volveré a ha-hacer...

— ¡Claro que no lo volverás a hacer! —Le contesto el hombre que lo sostenía por el brazo con rudeza— ¡Llamaré a la policía para deshacerme de ti de una puta vez!

Oh no, ahora si estaba en problemas.

Porque claro, para un chico normal de 18 años, como él los tenía, aquello no hubiese significado mucho. Probablemente lo llevarían a la comisaría hasta que sus padres o familiares lo fuesen a buscar, luego se pagaría algún tipo de fianza para dejarlo en libertad si fuese necesario o en el mejor de los casos simplemente saldría con una advertencia de parte de los oficiales para no volver a repetir su comportamiento. Luego de todo eso sus progenitores le darían una charla de lo importante que es madurar y tomarse las cosas enserio, tendría que conformarse con ir en el asiento trasero asintiendo a todo lo que ellos dicen sin chistar mientras se pregunta si esto afectaría sus aplicaciones a la universidad. Para cualquiera aquello sería un infierno, pero para Park Jimin, el chico que fue atrapado robando un ramo de flores, era todo un lujo.

¿Y eso por qué?

Pues de partida el no tenía padres, no tenía familia, ni siquiera una casa... Jimin no tenía nada más que a si mismo... Y el maldito ramo de flores que había robado.

talking with flowers ☆ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora