PROLOGO

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Bitácoras, 14 de agosto 2015, 19.53hs :  Es el sexto día de observación, desde entonces no se ha observado ningún movimiento. Stella, la general acargo de la misión, cree que hay otra entrada, una secreta. Mañana saldré a explorar.

-¡Maldita sea! -gritó Toto.

Nuestro principal sospechoso salió corriendo luego de disparar. Mire a Toto, la bala impactó en su pierna, no parecía grave. Estaba por auxiliarlo, pero me gritó que vaya tras el tipo.

No lo dudé, salí corriendo pero era tarde, no estaba. Las calles de Gold Coast estaban apestada de turistas, no había manera de hallarlo. Pregunté a un hombre con un puesto de salchichas si había visto a un hombre corriendo por allí, me dijo que no.

Volví con Toto, la ambulancia, que supuse llamó él, ya había llegado y lo estaban subiendo en una camilla. Escuché como se quejaba, diciendo que era una simple bala y que podía caminar perfectamente. Por suerte los enfermeros no le hicieron caso y lo llevaron a la guardia de la división. Yo los seguí en la patrulla y cuando llegamos Jay nos estaba esperando en la entrada. No parecía muy contento. Esperé en el auto a que entraran a Toto y la ambulancia se fuera. Jay no hizo ademán de no verme, fue poco sutil cuando me hizo gesto para que lo siguiera. Bajé del auto y lo seguí a la parte trasera del estacionamiento, subimos al ascensor sin dirigirnos la palabra, se lo notaba enojado.

-Me gustaría saber cómo es que estropearon una investigación de dos meses en tan solo una hora -suspiró.- Pero antes, La general Stella acaba de llegar de Chile y quiere hablar contigo.

-¿crees que sea sobre mi hermano?

-Lo dudo, eso fue hace cuatro años. -Miró su reloj, impaciente. El general Jay odiaba el ascensor porque decía que era poco práctico.- Se rumorea que está trabajando en una nueva misión para desenmascarar una división corrupta,

- ¿Cree que nosotros somos corruptos?

-Quizás, no lo sé -las puerta del ascensor se abrió en el piso quinto, el de Toto y el mio.- Creo que esta haciendo entrevista a todos los agentes.

-¿Y dónde está? -No terminé de hablar, el general Jay me hizo gesto con la cabeza.

Sentada en mi escritorio, con una sonrisa radiante, se encontraba Stella Gordia, la ex general de mi hermano. La última vez que la había visto fue en el 2015, en el entierro de Luc. Jaymen, como lo llamábamos con Toto cuando no estábamos en servicio, se despidió de nosotras y volvió al ascensor.

-Me da mucho gusto verte, Africa -La general se levantó y me abrazo. Fue sorpresivo e informal, me incomodó su atrevimiento.- Me alegra saber que seguiste los pasos de tu hermano, él estaría orgulloso de ti.

No lo mencionabamos, mi familia se encontraba reacia a la idea de no volver a verlo. Hacíamos de cuenta que estaba en una misión, una muy larga. En las reuniones familiares, dejabamos un asiento libre. Yo nunca dije nada, fingía no notar que mamá se estaba volviendo loca y que papá estaba más sombrío. No había escuchado su nombre en los últimos cuatro años, se sentía extraño, como si estuviese hablando de un desconocido.

-¿A qué debo el honor de su visita, general Gordia?

-Estoy reclutando oficiales para una nueva misión. Pensé en ti y Toto para la brigada. Se habla muy bien de ustedes durante las reuniones oficiales, y creo que son perfectos para el trabajo.

-Bueno, Toto ahora mismo está en la enfermería con una bala en la pierna, creo que podríamos esperarlo para hablar de esta nueva misión.

-Por supuesto, -sacó una tarjeta de su bolsillo y me la extendió.- Hoy parto para Madrid a una reunión, pero la semana que viene estaré aquí. Llámame el sábado para acordar un día y horario.

-Por supuesto General Gordia. -Extendí mi mano para despedirme. No planeaba llamarla, ella era una conexión con un pasado que no quería recordar. 

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