N°1

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Bitacora 2, 15 de agosto 2015, 07.05hs: Me desperté temprano para merodear la zona. No había movimiento, no encontré ninguna entrada secreta. Me llamó la atención una luz prendida del lado opuesto a mi escondite.

El doctor de la división aseguró que la bala que impactó a Toto era inofensiva, de nuestro lado. Nuestro sospechoso usaba armas de nuestra línea temporal.

Nos encontrábamos desempacando en nuestro nuevo hogar temporal. Toto llevaba un bastón, la pierna no le dolía, o al menos eso decía, el bastón no era más que parte de su nuevo personaje.

Nos encontrábamos en una nueva misión, el general Jay le había dado el caso de tráfico de armas ultrasónicas a otro equipo de la división. Éramos Bonnie Terra y Thomas Walls, una pareja universitaria que quería experimentar con los hongos violeta; una nueva droga recién lanzada al mercado.

-¿Qué te parece mi look universitario, cariño? ¿parezco un novio atractivo y popular por el que todas las chicas se mueren, pero que solo tiene ojos para su dulce nerd?

-Toto, llevas un bastón y unos jeans ajustados. Pareces mi papá atravesando la crisis de los cuarenta. -contesté con voz dulce, como lo haría Bonnie.

-Thomas, Bonnie, mi nombre es Thomas -pasó su brazo por mis hombros y caminamos hasta nuestro nuevo comedor.- Y llevo un bastón porque me lastime jugando al béisbol y no puedo jugar durante una temporada. Así es, tu novio es deportista.

-Mi novio -contradije- es idiota y se cayó por las escaleras. Punto, ya lo discutimos.

Me serví café y volví a estudiar los archivos. Por lo visto el caso le pertenecía a la división N3 pero tuvieron contratiempos. Lo poco que teníamos eran unas imágenes de un hombre con ropa deportiva y la placa de un audi. En los archivos, uno de los agentes dice haberlo visto usar magia para cambiar el color del semáforo. Toto se sentó a mi lado, me daba mucha pena que le hayan disparado por mi culpa y que no habló de ello con Jaymen.

-Deja de mirarme como si fuese un moribundo.

-¡No hago eso!

-Si, lo haces. -giró su dorso para mirarme a los ojos.- Africa, solo me dieron en la pierna. Voy a vivir, lo prometo.

Le pegué juguetonamente en el brazo.

-Es solo que -suspiré- si no me hubiese emocionado por la gira de Taylor swift, podríamos haber seguido con la vigilancia y entrar a la fábrica por la noche, como lo teníamos planeado.

-Entonces, me dispararon en la pierna ¿Y solo te preocupa no haberlos atrapado? -le pegué en el hombro.- Está bien, digo, los malos son los malos. Pero me dispararon, ¿recuerdas? ¡Podría haber muerto!

Me dispuse a ignorarlo y seguí leyendo el informe. Hoy por la noche iríamos a una fiesta en la playa, debajo del muelle de los turistas. Nuestro informante, envió esta mañana un mensaje diciendo que Hongis, así le llamaba Toto al narco, mandaría a uno de sus allegados a vender un poco del nuevo producto.

-Voy a decir algo muy corrupto. -Dije, interrumpiendo mi lectura y la de él.- Me apetece probar esos hongos... -Toto levantó una ceja y dejó su informe sobre la mesa.- No es que lo vaya a hacer, pero, no sabemos qué hace, y yo tengo un fuerte impulso de idiotez...

-Oh, no te juzgo. Este es un lado tuyo que jamás había visto -hizo una pausa extremadamente larga, mientras estiraba los brazos, para luego formar un semicírculo mientras decía:- Africa, la drogadicta.

La música estaba muy alta. Nos sorprendió el equipamiento del muelle y la cantidad de parlantes y luces que habían logrado colocar, mi mayor duda, fue dónde habían conectado todos los equipos. Cogimos un par de latas de cerveza para mezclarnos con los universitarios y nos fuimos al centro de la pista.

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⏰ Última actualización: May 27, 2020 ⏰

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