I n e s t a b l e.

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 Una mañana cálida, un reloj despertador sonando sin parar y un pequeño niño despierto eran parte de esta escena.

 Frisk ya tenía un par de años de haber expulsado a todos del subsuelo. Todos eran felices desde entonces: Undyne y Alphys ya tenían un año de casadas, Sans y Papyrus seguían siendo los mismos esqueletos tan divertidos de siempre, aunque Papyrus  ya era Guardia del Rey Asgore, incluyendo a Undyne y los antiguos guardias; estos se encargaban de proteger al Rey de cualquier peligro. Toriel continuaba con su despotismo hacia su ex pareja, pero esta vez era un tanto más tolerante con él; y en algunas ocasiones, aceptó asistir a algunos eventos como acompañante. 

 Todo marchaba perfectamente bien; todos lucían felices, no había ningún problema entre ambas razas. Salvo algún que otro pleito muy mínimo. Por fin había paz.

 Pero no la había para Frisk.

   Asriel había sido salvado gracias a un trato entre Chara y nuestro protagonista, del cual nadie tenía conocimiento. Como se debía suponer: Chara ansiaba el alma de Frisk tanto como este anhelaba el que Asriel regresara. La demonio aprovechándose de su situación, ofreció interesada el darle a Asriel un cuerpo físico a cambio de su alma. Sin poder tener otras opciones, Frisk se vio obligado a aceptar aquella oferta, pues él llegó a encariñarse y sentir empatía hacia este a lo largo del tiempo. Llegó a verlo como su hermano. Hecho ya lo que Chara prometió, Asriel regresó a la vida, ya no como Flowey, si no como fue en el pasado. Y Frisk también tenía que cumplir. 

"Nadie se dará cuenta". Pensó. Al mirarse al espejo observó en su rostro una lagrima de sangre seca; producto de una pesadilla que se presentó por la noche. Al parecer, cierta persona estaba tomando el control de su cuerpo; Frisk sabía que esa era la consecuencia por haber aceptado aquel trato. Chara era una traicionera y el más que nadie lo sabía. No logró conocerla desde  un inicio, pues escuchó hablar de ella cuando a Sans se le escapó de la boca. ¿Como es que aquel esqueleto le conocía? Nadie tenía idea. 

 La curiosidad lo orilló a buscar respuestas y para su desgracia, meterse en situaciones que no entendía. Ver a Chara le cambió la vida de golpe; estuvo a punto de matar a todos por culpa de ella. Pero se negó. Hasta ese momento en el que se dio cuenta de que la única persona que no sería feliz sería Asriel. Desesperado hizo lo que Chara quiso y se apoderó de su cuerpo. Después de una  ruta genocida  exitosa; Chara pidió que volviese a hacer una pacifista para así poder llevar a cabo el acuerdo. Hecho ya todo esto la flor se convirtió en Asriel para volver con su familia y con Frisk. Pero Chara ya tenía un pase para destruir a la humanidad. 

 — Acaso ¿No estás satisfecho? — escuchó a lado de él — Todos son felices ahora, pero es momento de  hacer lo que hemos negociado, Frisk.

— Pensé que solo querías tenerme de recipiente para hacer tus fechorías.

— No es suficiente — miró a su victima — aún no has completado el plan.

— ¡Ya te dije que no lo haré! — gritó — ¡El trato nunca incluyo a monstruos!

— Sans no es un monstruo — alegó — es un simple esqueleto, nadie lo va a extrañar. Además, el nos está siguiendo los pasos y yo no puedo permitir que este imbécil me arruine.

— Pero que siga en pie esa parte del trato — dijo cediendo ante la propuesta de Chara — no lastimes a ningún monstruo. Y tampoco lastimes a los Dreemurr.

— Ten por seguro que nadie se acercará a ellos. 

 Por la noche Chara tomaba el control del cuerpo de Frisk, por medio de ese collar que usó con Asriel alguna vez, el cual permitía que ambas entidades quedaran estables entre sí. Modificando su vestimenta y cubriendo su rostro con una mascara que creó para usarla y evitar que reconocieran el rostro de Frisk se aventuraba para llevar a cabo su ritual. La misión de Chara era asesinar a todas las personas que se le atravesaran en el camino. Las autoridades ya la reconocían, y estaban en constante vigilancia, pues las muertes siempre se daban de 9:00 de la noche a  3:30 de la mañana, siempre con el mismo patrón: Siete muertes. Los policías la tenían catalogada como "El vengador de La Tierra". 

 Preparada para otra ronda de masacre, Chara se dirigió a la puerta trasera de la casa de los Dreemurr. Con todos sus materiales se fue a la ciudad principal a buscar presas que satisficieran su apetito de sangre. Oculta entre sus prendas, encontró a una persona quien estaba a segundos de herir a otra. Ambas fueron victimas de la brutalidad de la demonio. 

  Ya era tiempo de regresar a casa, pero un pequeño postre se apareció ante sus ojos: un hombre mayor, quien parecía estar ebrio, rondaba por un callejón, el cual estaba completamente abandonado. Una presa fácil. Descendió decidida a desmembrar a ese sujeto; pero al abalanzarse se dio cuenta de que ese hombre era su peor enemigo.

— Saco de huesos — murmuró. Aquel esqueleto se teletransportó hacia la parte trasera de esta.

— Sabía que eras tú — dijo apuntando con su brazo izquierdo a la tipa — no tengo idea de como lo hiciste, pero aquí estás...

— Ay, Sans — canturreó luego de una leve carcajada — si que te tardaste en descubrirme. No sabes cuantas vidas he tomado desde hace un año.

— Sí, casi un millón — respondió aún sin bajar la defensa.

— Vaya que eres un flojo, de no haber sido por tu pecado, habría menos cadáveres.

— Dejé que lo hicieras — giño  una cuenca — ¿Acaso olvidaste como fue que te detuve por tanto tiempo? Entre más matas, más fácil es para mi hacerte daño.

— Olvidaste que siempre soy yo quien termina ganando — arqueó la ceja.

— Eso fue antes... Ahora es momento de pagar por cada uno de tus crímenes, Chara.

— Veamos lo que tienes. — una nueva batalla comenzó en ese momento.

La chica logró esquivar todos los ataques del esqueleto, parecía poder quedar invicta esta vez, pues el saco de huesos se estaba cansando y ella seguía igual de determinada. Todo iba bien, Sans ya estaba dando los últimos ataques. Cuando por fin terminó, Chara se acerco a su oponente mirandolo con lástima.

— Ya estás algo viejo, huesudo — alzó su brazo con un cuchillo en el — creo que debería acabar contigo de una vez por todas — dejando caer con toda su fuerza el miembro con el artefacto, hubiese sido un golpe certero, pero Sans no lo permitió. Arrancando de su cuello el amuleto y dando un empujón que provocó su caída. Las convulsiones se hicieron presentes, y el contrario aprovechandose de la situación arrebató la máscara para saber quien estaba detrás de Chara. Su sorpresa no fue nada agradable al descubrir que la persona de la cual se apoderó la demonio fue Frisk.

  Ese cuerpo no aguantó lo suficiente, el poder de Chara dominaba a Frisk, pero Frisk estaba Determinado a no ceder su cuerpo creando así un ser que no podía controlarse. El bueno, con miedo a lastimar a Sans escapó con la poca fuerza que tenía, alejándose de él, mientras por dentro Chara intentaba escapar, pero ambas almas contaban con mucha perseverancia y sin darse cuenta ambos perdían y ganaban el control. Pero nadie lo logró. El cuerpo ya no era físico, el cuerpo ya no estaba en condiciones. Todo ese sacrificio no sirvió de nada, pues Frisk y Chara estaban en una fase inestable. 


INESTABLEWhere stories live. Discover now