La fiesta que habían decidido dar sus instructores en honor a su victoria era esa noche. Jihoon había pasado un montón de tiempo escogiendo su atuendo y arreglando su cabello, incluso pensó cuidadosamente en que perfume usar. No era que él pensara hacer algo especial, él simplemente quería lucir bien, él siempre quería lucir bien cada vez que iba a ver a Kuanlin.
Quería morirse, Kuanlin estaba justo frente a él, con un jean increíblemente ajustado, y una camisa cuello en v, haciendo notorias sus bonitas clavículas. Era la segunda vez que las veía, la primera fue cuando tuvo que verlo desnudo en ducha, y si era sincero había ansiado tener la oportunidad de volver a verlas. Se veía precioso, y aunque esto no era nuevo en él, Kuanlin siempre encontraba una forma de impresionarlo. Sus labios tenían algo distinto esa noche, algo que hacía que su vista no pudiera despegarse por mucho tiempo de ellos, y al parecer Seonho también lo había notado pues su ojos seguían cada movimiento que éstos hacían.
A Jihoon no le debió molestar tanto que Kuanlin no le hubiese dicho nada con respecto a su estilo, o a su olor, o que después de una pequeña conversación se haya ido a bailar con Seonho, a fin de cuentas ellos no eran nada. Sin embargo lo hizo, porque Kuanlin estaba sosteniendo a Seonho justo ahí, donde lo había estado sujetando la tarde que durmieron juntos en su sofá.
Es que era injusto, el chico le había hecho experimentar millones de sensaciones con un solo toque, lo había hecho sentir único, pero ahí estaba, demostrando que evidentemente no lo era, de nuevo Kuanlin se estaba enfocando solo en Seonho.
Apretó los puños cuando sintió que la distancia se estrechaba entre los dos chicos en la pista de baile, y Seonho estaba muy equivocado si pensaba que él iba a dejar que besara a su chico.
Había dos cosas en las que Jihoon era un experto: la primera era hacer berrinches. Por eso justo ahora iba dispuesto a interrumpir a esos dos y de paso, reclamarle a Kuanlin porque ahora que lo había ilusionado, tenía que hacerse cargo de sus sentimientos.
Caminó a paso decidido, golpeando con fuerza el piso con cada paso, causando un gran estruendo que de no ser por el alto volumen de la música el resto de los invitados habrían sido capaz de oír. Toda la valentía que había ganado a causa de la adrenalina se había esfumado al estar frente a los dos chicos, que lo miraban expectantes, el menor de los tres con un brillo de diversión en sus ojos.
Había pasado un largo rato desde que se observaban entre los tres, y aunque Jihoon no tenía ningún plan, lo que menos esperaba era hacer la segunda cosa que mejor se le daba hacer: llorar. Estaba llorando y ni él mismo sabía la razón. Pero no importaba, porque Kuanlin había tomado su mano y lo había sacado de ahí.
Jihoon había parado de llorar hacía un rato, pero seguía con su rostro escondido en el pecho del menor, estaba avergonzado, y mientras más intentara el chico separarlo para observarlo, más se aferraba él a su camisa. Pasaron unos largos minutos hasta que el mayor se mentalizó que no podía estar toda la vida pegado al menor, aunque a él no le disgustaba la idea.
Suspiró despegándose del alto, negándose a mirarlo, pero se rindió cuando éste lo tomó del mentón, logrando que lo mirara directo a los ojos, él estaba sonriéndole con ternura mientras que Jihoon apenas y podía sostenerle la mirada.
Hablaron durante un tiempo sobre lo mucho que al bajito le había molestado que lo dejara abandonado cada vez que su mejor amigo aparecía, sobre lo mucho que le había dolido que permitiese que Seonho lo llamase "amor"
Oh, así que si había escuchado.
Le contó lo mucho que había odiado que se fuera a bailar con el otro chico cuando perfectamente puso haberlo hecho con él.
Y por último lo culpó por de hacerse el desentendido con respecto a sus sentimientos cuando estaba claro que le gustaba. Aunque Kuanlin estaba bastante seguro de que él no sabía nada acerca de los sentimientos del mayor, salvo por las especulaciones de Seonho, que, oh, terminaron siendo ciertas.
Kuanlin estaba convencido de que Jihoon era lo más tierno que había conocido en toda su vida, oliendo a fresas, con un bonito sweater rosa que le hacía parecer incluso más lindo, si es que era posible, más el color carmesí en sus mejillas mientras se le declaraba de forma inesperada, hasta que...
-Espera, ¿te gusto?
-Como a nadie.
Habían vuelto a la fiesta, sólo porque Jihoon quería bailar con él, mientras lo hacían Kuanlin divisó a lo lejos a su mejor amigo, levantando su dedo pulgar en señal de que había hecho un buen trabajo, aunque él no hubiese hecho nada más que seguirle la corriente, después de todo él nunca pensó que éste tuviese la razón.
Pero que más daba, Jihoon también lo quería de la forma en lo hacía él.
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like me | panwink
Short StoryTres situaciones en las que Jihoon recalca que nadie quiere a Kuanlin como él + una situación en la que por fin Kuanlin puede notarlo. ▹ like me ▹ lai kuanlin x park jihoon ft. seonho ▹ fluff ▹ 3.1k Palabras