Mala madre/historia real.

Capitulo 1.-Recuerdos.

Hace muchos años yo creí tener la peor madre del mundo.

Creo que todo comenzó cuando tenía 16 años, tuvimos que cambiarnos de casa por problemas con los vecinos y por ende también tuve que cambiarme de colegio, pues el anterior me quedaba muy lejos.

Conocí a muchos amigos nuevos y tuve varias citas pero el problema realmente comenzó un viernes por la tarde.

Ese día salí 3 horas más tarde de la hora en que terminan las clases, estuvimos junto a unos amigos probando un ron que según un compañero era licor hecho en casa.

Llegue muy mareado a mi casa, y apenas pude entrar en mi habitación pues un fuerte mareo acompañado de unas nauseas tremendas provocaban que cada paso se convirtiera en un verdadero desafío por no caerme, no vomitar e intentar entrar sin hacer ruido a mi habitación para dormir.

Mi plan habría tenido éxito de no ser por una muy mala costumbre mía, y era que antes de salir al colegio en la mañana si se me hacia tarde entraba a la ducha a lavar lo que más pudiera de mi cuerpo en unos escasos 5 minutos y entrar a cambiarme enseguida a mi habitación, eso sí, esparciendo las chanclas, la toalla y todo lo que estuviera en mi camino por el piso. Si tenía suerte lograba comer algo de lo que mi madre me traía a mi cuarto para ahorrarme un poco más de tiempo, esa mañana no pobre bocado alguno.

Cuando estaba entrando mis piernas se enredaron con la toalla y en la lucha por tratar de no desplomarme al suelo, me fui de frente contra el escritorio derramándome el plato con la sopa helada y la tasa de café encima, esto acompañado del sonido de platos rotos debió alterar a mi madre, pues a los pocos segundos ya estaba en mi alcoba.

-¿¡Que te paso, hijito?!.-entro gritando acompañada de una mirada de angustia.

Creo que el olor debió de ser muy fuerte a alcohol que casi de inmediato se dio cuenta de que estaba totalmente ebrio.

¿Estuviste tomando?.-hiso la pregunta sin muchas esperanzas de que respondiera, pero de inmediato estaba secándome el cuerpo embarrado de café y sopa, con la toalla.

No...no me suc...ede nada...ma...maaa...-.Yo trataba de hablar de la manera más tranquila para disimular, pero creo que termine hablando como un verdadero retrasado mental.

Mira nada más, apestas a licor, y creo que te rompiste la nariz-. Tomo una punta dela misma toalla con la que me resbale para parar la hemorragia. No me había dado cuenta pero mi nariz estaba sangrando.

Deja...me, no q...qq...quiero que me to...ques-. No recuerdo exactamente por qué le respondí de esta manera, por entonces discutíamos casi todos los días por cualquier cosa y no recuerdo el motivo de mi enojo aquel día.

Con un esfuerzo sobre humano mi madre arrastro mi pesado cuerpo hasta mi cama, y fue allí cuando comenzó a regañarme.

No pude escucharla bien pues mi mente estaba más concentrada en aguantarme el vómito que en prestar atención.

Pero los temas fueron desde mi irresponsabilidad en el nuevo colegio , mis bajas notas, mis frecuentes llamados de atención y mis nuevos compañeros que no le agradaban para nada a ella, pues según mi madre cuando empecé ajuntarme con ellos mis borracheras comenzaron y ellos eran los causantes de las perforaciones que aparecieron de repente en mi ceja y orejas.

<<En parte tenía razón pero lo que ella no sabía es que mis borracheras habían empezado desde mucho antes de cambiarme de colegio>>.

Luego fueron llantos, mi madre lloraba, lloraba amargamente y recuerdo que trajo un trapo húmedo para limpiarme la cara y siguió llorando después de terminar.

Me imploro que reflexioné, que no siga los pasos de mi padre quien se separó de nosotros por rendirse por completo al alcohol. <<Si claro, al alcohol, otra cosa que mi madre sabia a medias.>>

Recuerdo que en este punto me reincorpore muy enojado pues detestaba, odiaba con el corazón que tocara el tema de mi padre.

Lárgate de aquí mamá, no quiero que vuelvas a mencionarme a ese bastardo por ninguna razón nunca más-. después de mucho tiempo caí en cuenta que del puro enojo mi borrachera se había esfumado mágicamente.

Mi madre tuvo que dar un paso atrás dela sorpresa pero rápidamente reacciono, -Pero Juan Carlitos, hijito de mi vida, ya es hora de hablar de tu padre ya han pasado 6 meses desde que nos mudamos, y no es bueno que guardes toda esa ira en tu corazón, tu padre te ama, es esa maldita enfermedad la que no lo dejaba que te lo demuestre-

-¡¡¡¡MENTIRAAAAAAAAAAAA!!!!!!-grite con toda la fuerza que tuve y la comencé a sacar a empujones de mi habitación.

Ella trataba de mantenerse firme, pero mi furia pudo más y termine sacándola fuera no sin antes maltratarla mucho.

Cuando finalmente la saque mi madre se abalanzo contra la puerta y empezó a llorar aún con más fuerza y a decirme algunas cosas más, no pude ni quise escucharla, encendí mi equipo con Marylin Manson cantando sweet dreams a todo volumen.

Saque de mi armario la botella de licor de contrabando y me bebí media botella de un bocado, por lo general siempre que tomábamos ese licor con mis amigos lo teníamos que mesclar con refresco o guitig para que no nos quemase al tragarlo, esa tarde no me importo el ardor al tragarlo de golpe, e corazón e dolía más y no se podía comparar a ningún ardor.

Me senté a llorar , llore con todo el corazón, y a mi mente venían las imágenes de mi padre golpeando a mi madre cuando yo era pequeño, mi padre llegando ebrio a las 12 de la noche a patear las puertas para despertarnos, insultándonos de mil maneras o encendiendo su equipo a todo volumen con música de borrachos. Recordé toda la ira y la impotencia que sentía al ver su actitud y el odio que comencé a sentir ante ese hombre cuando a medida que iba creciendo me daba cuenta que el uniforme con el que iba a mi escuela era donado por compañeros o familiares que estudiaban en el mismo instituto pero que ya no les quedaban esas ropas, o simplemente ya estaban muy viejas para ellos, la humillación que sentía cuando se burlaban de mis ropas en la escuela y la ira cuando veía a mi padre en la cantina con barias botellas de los licores más caros acompañado de otros hombres.

El recuerdo que más me atormentaba era el de aquel sábado por la tarde, el sábado que dio inicio a la destrucción de la vida como la conocía.

Mi mamá tenía un trabajo a día completo los sábados y domingos en un supermercado, y yo iba dos veces el día a visitarla y para que me diera de comer, y dinero para pasar la tarde en los vídeo juegos hasta que ella saliera y me llevara a casa.

Recuerdo que Asia esto desde la escuela, pues mi padre o no aparecía o estaba en la casa ahogado de borracho durmiendo plácidamente, para despertarse en las noches y no dejarnos dormir tranquilos.

Un mes antes de mudarnos iba como de costumbre a ver a mi madre, y tenía planeado salir en la tarde con mis compañeros a una fiesta organizada por varios amigos, en lugar de ir a los video juegos como de costumbre, así que le iba a rogar que me diera un poco de dinero extra.

Luego de varias advertencias de cómo cuidarme malos amigo, y hasta gente que venda droga conseguí el permiso de mi madre y como 15 dólares, que planeaba invertir en Shirley una amiga con la que tenía muchas esperanzas de hacernos novios con un poco de insistencia y paciencia, la fiesta era a las afueras de la ciudad para no levantar sospecha con la policía de que varios menores de edad quizás estén sin supervisión de adultos, y teníamos que cruzar un hermoso parque llamado parque de los enamorados antes de llegar a la casa de Pedro donde iva a ser la fiesta.

No sabíamos a exactamente como llegar así que decidimos preguntarle a alguien, extrañamente no había más que una pareja en la mitad besándose muy apasionadamente, cuando caminamos en dirección a ellos por indicación, me di cuenta de que el hombre me parecía extrañamente familiar, el también precio reconocerme así que se apresuraron por salir del parque por la parte trasera. Un escalofrió me recorrió por el cuerpo al darme cuenta de quién era ese hombre.

Corrí para darles el encuentro hasta ponerme enfrente de ellos y efectivamente era él, mi padre estaba agarrado de la mano tratando de huir con una señora mucho más joven que mi madre, tal vez fuese hasta universitaria.