Humanidad

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La vida me ha enseñado a ser fuerte, a dejar las lágrimas más duras para cuando nadie mira, a dejar de preocuparme por lo incierto, a reírme escandalosamente y hacerlo casi siempre.

Mi padre solía decirme que la peor batalla es la que no se intenta y mi madre que la mejor guerra es la que se evita, pero cuando los acontecimientos son contrarios y es una batalla que llega sola y una guerra que difícilmente podría evitarse, no queda de otra que cementar el miedo, ponerse firme y luchar de frente.

Soy una llorona muchas veces pero si lo comparo con las veces que he aguantado de lo amargo y convertido la sal en dulces mieles, decir que he sido fuerte es poco, pues ser llorona no es sinónimo de ser débil, tampoco de tristeza, yo también conozco lágrimas de felicidad, yo diría que soy más humana que extraterrestre y que aprendí del guerrero más valiente.

A ti papá, capaz de aguantar mucho peso sobre tus hombros, que te quitas de la boca para darle a otros, que ante todo conservas tu buen sentido del humor y que siempre ves por nosotras.

Aquel día que te ví llorar por primera vez, comprendí más que nunca que llorar es una acto de humanidad, que hasta los más rudos lloran y hasta los más llorones tragan grueso con el nudo en la garganta y no ser capaces de botar ni una sola lágrima.

Por eso quiero hacerte un homenaje papá, caballero sin armadura, que tus lecciones son las que me han formado, ya puedes estar seguro de que estoy lista. Que por tu fortaleza, tus valores y tu dignidad bien puesta es que estoy de ti orgullosa, porque lo que vieron mis ojos en uno de los sitios donde se conocen los verdaderos amigos, me hicieron saber que eres un hombre de verdad, de esos que no se pueden chantajear, de esos inocentes y nobles que si saben de humanidad.

Humanidad que herede completa de ti, que eres mi héroe, mi padre, mi peleón favorito, el que me lleva la contraria y que aun así me deja ser, porque quizás ya lo sabes, un verdadero guerrero no renuncia nunca a sus convicciones, no da la razón a quien no la tiene, ni deja de defender sus derechos y aunque nos quieran callar gritamos la verdad.

Te veré libre como águila al viento para que me veas alzar vuelo, Gracias por ser el mejor maestro, mi modelo a seguir, y mi ejemplo de valentía y humanidad, para nunca dejar de luchar porque el mundo tenga sabor a libertad y ver en las miradas el brillo de las almas, que como la tuya solo queremos paz.

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