Cuando uno menciona el nombre "Sherlock Holmes" inevitablemente piensa en John Watson y viceversa. Parecieran haber nacido el uno para el otro; donde va el primero, sigue el segundo. Por ello, Sherlock cree que John siempre estará a su lado para sop...
Bueno...quizá este no es el fic que esperaban que actualizara pero ando en proceso de escribir el otro (cuando mis roles me dejen en paz :v), pero mientras tanto, aquí les dejo una limonada 7u7 Gracias por votar y comentar 💕
El anillo de Sherlock
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P.S: El video que añadí es la canción que inspiró esto c: (y obvio, el título del two-shot xD)
II
El suave frío acarició su rostro tan pronto salió de su piso. John había abandonado Baker street sin esperar a que el pelinegro se arrepintiera de sus acciones porque, bueno, así era como Sherlock funcionaba: Decía o hacía cosas que al resto de las personas con un poco de moral (muchas gracias) les incomodaban (algo normal) y él tenía que educar al detective sobre lo que era incorrecto y porqué. Por lo tanto, no podía esperar que el menor de los Holmes comprendiera lo que había dicho sin que John le explicara.
Caminó por varios minutos sin notar su ruta hasta que se detuvo frente a un café. ¿Qué iba a hacer? No podía ir a un hotel: No llevaba cambios de ropa y se arriesgaba a quedarse en el bar del lugar (y no podía, ni debía hacerlo. El amor al alcohol era un fantasma peligroso para la familia Watson), odiaba no contar con muchos amigos en la ciudad para pedir resguardo y definitivamente no le placía volver a casa y pasar la noche en cama junto a Sherlock... ¿Pero en qué estaba pensando? Mike seguía viviendo en la ciudad, ¿porqué no pedirle asilo? Sólo sería una noche y a su esposa Anne no le parecería mala idea. Ambos se agradaban.
Así que, un taxi y varias horas después se encontraba descansando en la única habitación para huéspedes en casa de Mike; por suerte sus sueños habían decidido ser vacíos aquella noche y cuando su móvil vibró con un mensaje, le despertó con facilidad.
"¿Donde está el té?" Leyó en voz baja con la mirada entrecerrada por la luz del teléfono y respiró hondo para contener la naciente molestia. Sherlock realmente era increíble: Bien podría encontrarse secuestrado, muerto en un callejón o hasta perdido y lo que al detective le preocupaba era saber donde tenían el jodido té.
Volvió a respirar hondo y a contar hasta diez, recordándose a sí mismo que Sherlock era la persona a la que él había decidido amar. Pasó varios minutos meditando: Aquella era una oportunidad para enseñar a su pareja que no podía violentar a las personas como le venía en gana y esperar que tiempo después éstas acudirían a su llamado como si nada... pero la gravedad Holmes volvió a atacar y tuvo que rendirse. Durante el intercambio de mensajes, el enojo de John fluctuaba drásticamente hasta que llegó el punto de la invitación por parte del pelinegro; entonces sintió una pequeña chispa recorrer sus nervios con rapidez. ¿Sherlock Holmes no podía aprender nada nuevo? Y un carajo.
El médico se levantó con rapidez de su lecho para calzarse los zapatos y cinco minutos después ya se encontraba bajando por las escaleras con la misma velocidad, sorprendiendo a su amigo, quien se encontraba en la cocina preparando un bocado nocturno. "Lo siento, Mike. Lamento el escándalo pero debo salir. Gracias por el alojamiento." Atinó a avisar mientras tomaba su chaqueta colgada en el perchero de la entrada.
