Ayuda: Rescate

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Todos entraron en pánico, los secuestradores se distribuyeron dos adelante y uno en la parte posterior del aula acorralando a los alumnos quienes seguían en shock haciendo que los malhechores se impacientaran y volvieran a gritar ordenes – ¡Mocosos les dijimos que al suelo!- Los alumnos, temerosos comenzaron a sentarse en el suelo mientras que los tres secuestradores tomaban control de la clase Yukio pensaba rápidamente

-¡¿Qué hago?! no puedo dejar que se apoderen de la clase, además de que no sé cuántos sean sería imprudente moverme por mi cuenta...-su hilo de pensamientos fue interrumpido por los secuestradores de la parte frontal

-¡Te dije que sería fácil apoderarnos del salón!, ahora esperemos como salen las negociaciones con del jefe con el director, no creo que tarden después de todo ellos son sus valiosos estudiantes

-entonces solo ellos son los subordinados, no creo que haya nadie mes porque no vi pasar a nadie y esta aula esta por el ingreso principal y ya hay alguien con Mephisto, creo que con esto ya puedo hacer algo.

-Deme mis armas- le susurro el castaño al prefecto que estaba a su costado

-¿para que las quieres?, no los iras a matar ¿verdad?

-no, solo los asustare un poco, cuando...

-¡silencio!, ¡nadie les dio permiso de hablar!- les grito el secuestrador de la parte posterior –mira que tenemos aquí, pensé que no tenían permiso de traer armas a la escuela, pero bueno hay un amigo que no tiene, así que si fueran tan amables de dármelas- dijo amenazando al prefecto con una navaja, quien no dudo y en un instante se las entrego

-y ahí va nuestra oportunidad de escapar

-mira lo que te conseguí, son dos, apuesto a que al jefe le gustaran, y están en un excelente estado...- dijo acercándose a sus compañeros

-Eso no les pertenece, son mías- dijo Yukio fríamente mientras se levantaba

-No recuerdo haberte dado permiso de levantarte- dijo el más grande de los secuestradores

-Yo no recuerdo haber autorizado que tomen mis armas

-Mira que interesante, pensé que eran de ese profesor pero resulta que un muchachito lleva dos armas a la escuela, ¿no te dijeron tus padres que es peligroso ir armados a la escuela?

-A ti no te incumbe eso- dijo mientras se acercaba a los secuestradores en la parte frontal del aula -ahora entrégamelas-

-no te las daré tan fácil, no te acerques más o morirás por tus preciosas armas- dijo mientras apuntaba una de las pistolas a Yukio y colocaba su dedo en el gatillo

-Okumura kun, por favor detente, no vayas a hacer una tontería que termine con tu vida- le dijo el prefecto

-se perfectamente lo que estoy haciendo, no me vencerán unos secuestradores inútiles-

-repite eso mocoso

-secuestradores inútiles...

-enserio ansias morir verdad

-no más que ustedes

-y que piensas hacer tu, no estas armado, eres un simple estudiante debilucho cuatro ojos, apuesto que te estas muriendo de miedo tras tu mascara de chico fuerte

-¡oh vaya! acabas de hacer un autoanálisis completo- le dijo burlón el castaño

-¡es suficiente!- grito el secuestrador que tenía la otra pistola -has agotado mi paciencia, ¡ahora pagaras por tu insolencia!- dijo mientras jalaba el gatillo, el tiempo parecía pasar lentamente todos seguían con la mirada la bala que salió del arma y cuando se acercaba al castaño este la esquivo y la bala se fue a impactar en la parte posterior del aula

-qué mala puntería tienes-

-piensas que puedes burlarte de mí- dijo mientras hacia otros cuatro disparos más hasta que uno se impactó de lleno en el pecho del joven profesor

-¡Okumura kun!- gritaron varios de los alumnos y el profesor, Yukio no se cayó al suelo pero si se tambaleo

-has caído en mi trampa-

-¿Cuál trampa?, ¿Qué te dispare? No me hagas reír

-has hecho mucho más que dispararme- dijo tomando un bisturí de su saco y haciendo un corte rápido en su mano la apretó y la coloco en su pecho

-¡¿que estas tonto?! Te disparan y luego tu solo te cortas la mano...-le reclamo el prefecto

-Es un pequeño precio a pagar- dijo mientras unos complejos círculos de invocación aparecen en los lugares donde impactaron las balas -KORYUKIA MERAINA KUREODORA KUREOKAREIA BITEA DOROSEA SORAIA BERIBOIA!- recito rápidamente

-¡¿Qué es eso?!- dijeron todos asustados (incluyendo a los secuestradores)

-Dejen los presento, ellas son las naiads en la mitología griega ninfas del agua- dijo señalándolas –ahora chicas ellos son la razón por la que las llame, ya saben que hacer- las naiads solo asintieron y se lanzaron velozmente hacia los secuestradores

-¡pero qué demonios...!- alcanzaron a decir los malhechores antes de ser capturados en la prisión de agua de las naiads, en cuanto fueron capturados Yukio se fue hacia la puerta de la parte trasera introdujo una de sus llaves y la abrió

-¡Todos! ¡Por aquí!

-pero si viene su jefe...-dijeron algunos temerosos

-Es imposible que llegue aquí, así que vamos-

-¡Hey cuatro ojos! ¿Qué está pasando?- dijo cierta pelirroja

-¡Shura! ¿Qué haces en mi despacho?

-Te estaba buscado

-¿Para qué?

-Se infiltraron unos secuestradores a la escuela... y veo que ya manejaste la situación

-sí, solo falta el jefe

-Bien hecho cuatro ojos

-Shura llévalos a mi despacho mientras termino de lidiar con ellos

-Ok, todos por aquí- dijo llamando su atención, los alumnos pasaron por la puerta mientras que Yukio deshizo la prisión de agua antes de matarlos, pero lo suficiente para dejarlos inconscientes, llamo a seguridad y solo esperaba a que no llegara su jefe o algún otro subordinado, de repente la puerta se abrió de golpe dejando entrar a uno más de los secuestradores

-El jefe quiere saber si... ¡¿qué rayos paso aquí?! ¿Dónde están los alumnos?- el secuestrador alcanzo a ver como el último de los chicos entraba al despacho

-¡Shura! Cierra la puerta, en cuanto termine iré por ustedes

-entendido- dijo cerrando la puerta

-Así que estas con ellos, será mejor que te rindas si no quieres terminar como ellos- le amenazo el castaño

-jamás- dijo levantando su arma y apuntando a Yukio, mientras que este también levantaba su arma -Eso no lo esperaba, veamos quien es más rápido- dijo lanzando el primer disparo, Yukio la esquivo y disparo dándole directamente en la yugular haciendo que caiga directamente al piso –eso fue más rápido de lo esperado...

-¡Ya llegamos!- llegaron los guardias de seguridad -Shura nos llamó, Okumura kun ¡¿Qué paso?!

-¡Ah!, esos tipos trataron de tomar como rehenes toda mi clase

-¿y dónde están?

-Utilice una llave y los mande a mi despacho

-Bueno- dijo uno de los guardias encogiéndose de hombros –tomaremos a estos sujetos en custodia

-Sí, será mejor que lo hagan, por cierto su jefe esta con el director, aunque no creo que haya que preocuparnos por eso- dijo tranquilo -bueno los dejo, tengo que ir a buscar a mi clase- Yukio tomo sus cosas y salió del aula, fue a buscar un lugar con poca gente, habiéndolo encontrado saco una de sus llaves la introdujo en la puerta y con un suspiro la abrió

-bueno, es la hora


La ley de MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora