Era una fría noche en la aldea de Sooga. Y a lo lejos se podía distinguir las figuras de dos ninjas luchando arduamente.
— Garu prepárate para mí...—su voz fue detenida por una patada que el otro ninja le ofrecía.
El de coletas ya estaba cansado de: "Venganza, venganza" ¡Solo que ataque de una buena vez!
—¡Demonios, Garu!— gruñó Tobe — Déjame terminar mi frase.
Garu rodó los ojos, ¿acaso no se cansaba de lo mismo?
—¡A ver si esquivas esta!— exclamó con furia, para a continuación lanzar una gran patada al aire con destino al rostro de su enemigo.
Y cómo si el mundo estuviese hoy en contra suya, su estómago soltó un rugido—vaya, como el de un león—casi animal.
—Me muero de hambre— atinó a decir avergonzado—. La batalla queda...¡Pospuesta!
Y como estrella fugaz, salió corriendo del escenario.
Garu guardo su espada, ya que la había sacado para defenderse. Se dio media vuelta y empezó a caminar rumbo a su casa, él también tenía hambre.
Estaba tranquilo, esa chica empalagosa no había llegado para interrumpir con su clásica ronda de besos de la que él siempre trataba de escapar.
Pero su tranquilidad no duro mucho, escuchó en ese mismo instante una risilla muy familiar.
¡¿Tenía que invocarla?!—pensó.
Cerró con fuerza los ojos, preparándose para lo que venía. La chica, apenas lo tuvo cerca, se lanzó a él, dándole besos como de costumbre.
Y para sorpresa de ambos, Garu no salió huyendo despavorido, más bien, dio un gran suspiro y dejó que la chica continuara.
Si nadie los estaba viendo, no habría problema, ¿cierto?
Sin embargo, eso no evitó un notable sonrojo en él.
( . . . )
Con fuertes pasos, Tobe se dirigía a su guarida y maldecía en murmuros el no haber comido antes de su "casi ganada" pelea.
Abrió la puerta con desdén, encontrándose con alguien que no hacía más que seguir "arruinando" su día; o mejor dicho, lo que quedaba de él.
—¡Oh, querido, regresaste! — saludó Chief, corriendo a darle un cálido abrazo de bienvenida.
Tobe sintió un ligero cosquilleo en su vientre. Siempre le pasaba cada qué estaba con ella, ¡estaba empezando a odiar eso!
—¡¿Qué demonios crees que haces?!—preguntó acalorado, alejándola de él en un movimiento brusco.
—Pues, te estoy dando un abrazo, duh—ironizó, algo molesta por su actitud.
—Deja de hacerlo.
Ambos desviaron la mirada hacia los pies del otro. El ambiente pasó a estar en un completo e incómodo silencio.
—¿Acaso me estabas esperando? —cuestionó él.
—Payaso y Shaman salieron a robar—. Respondió, cómo si tratara de algo super trivial y correcto.— Y los ninjas están trabajando en eso para derrotar a Garu.
—Ya veo.
Otro silencio incómodo apareció y de nuevo, Tobe lo rompió.
—Por cierto, Chief, me muero de hambre, ¿mis ninjas hicieron algo de comida?