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Tras haberla detenido, miró fijamente el agrietado suelo, tratando así de encontrar una buena respuesta.

Ella giró a mirarlo. Le dio una sonrisa ladina y preguntó con esperanza:

—¿Sí, querido?

Tobe arrugó ambas cejas, a modo de procesar la situación en la que se encontraba ¿Ella le acaba de llamar "querido", justo después de que ÉL la haya rechazado? Realmente esta chica era un caso.

—Pues, no lo sé, Chief—se dio un palmazo en la cien por su tan "increíble respuesta"—. Quiero decir, ¿hay algo extraño entre nosotros? y si lo hay, ¿habría necesidad de reconocerlo y darle una aprobación?

La hermosa joven ladeó la cabeza. ¿Necesidad de reconocerlo?, pues vaya que sí la había.

—Estamos casados, Tobe— levantó la cabeza hacia a él, mientras se acercaba al rostro del azabache—. Es complicado,  porque yo siempre te amé y hasta ahora lo hago. Pero parecía que ese sentimiento nunca iba a aparecer dentro de ti y es justamente ahora, cuando al fin puedo amar y ser amada, aunque, dudo que me ames de la forma en la que yo lo hago, es que tú decides dar la espalda a estas sensaciones, sin que te importe como me siento.

—Es una tontería, Chief.—apretó inconscientemente los puños—Bien sabes que ese tema del amor, parejas y esas cursilerías, no son algo esencial para mí. No sé con qué intensidad me ames tú, no me importó pero ahora...¡Agh!—Tobe miró hacia el techo, buscando la fuerza para seguir en esta bochornosa situación. Juraba que en cualquier momento se iba a desmayar o algo por el remolino de esas extrañas emociones que ahora sentía—No recuerdo el porqué me casé contigo, fue algo sin mi consentimiento y tampoco logro entender como puedes seguir fiel a mí...—Tobe calló por unos segundos—Cómo es que a pesar de siempre decirte que no tienes porqué seguir viviendo conmigo, estás aquí,  preguntándome como me siento, si es que he comido o si al fin he derrotado al idiota de Garu.

—Bueno...—lo interrumpió—No tengo otro lugar en donde quedarme, Tobe.

—Es cierto...—suspiró pesadamente y continuó—Bueno, es eso...No puedo evitar el haberte dicho lo que siento, era algo que llevaba tiempo molestándome, ya sabes; realmente no quiero nada, si es que piensas que tendremos alguna relación, bueno, más alla de la relación "matrimonial" qué llevamos, llena de chocolates y rosas, estás muy equivocada. Solo he sido sincero contigo...Evitando una rotura de puerta, además.

—Me parece genial.—le sonrió ella, y pareciera que nuevamente el ambiente había recuperado color—Al menos sé que me amas, aunque sea un poco, eso hace mi vida de casada un poco menos miserable.

—¡No lo digas así!—exclamó, rodando los ojos. Aunque muy dentro suyo, esas palabras le habían realmente escuchar. ¿Era su culpa ser un mal "esposo"?—Me haces ver cómo el malo de la historia.

—Pues no es mucha sorpresa, eres el villano de Sooga.

—Y eso me enorgullece aún más...—dio una carcajada y miró con una sonrisa a Chief—Tú también eres mala, eso me gusta—. confesó con cierta timidez.

—Sí, lo soy.

—Eso es genial, ¿no crees?

—Definitivamente lo es, querido.—le sonrió.

—¡Hey! Nada de "querido"...—se cruzó de brazos, aprentando los ojos con indignación, haciéndose el interesante.

Chief se le acercó, y rodeó sus delgados brazos sobre el cuello de este. Dándole así un abrazo "menos cariñoso".

—Gracias, Tobe.

—Bueno, como quieras. Ya sabes mis condiciones.

—Igual ya estamos casados, la ley es la ley, y se respeta.

Tobe bufó, tratando de responder algo ante esa "provocación"—según él.

La chica le sorprendió con unos besos cálidos en la mejilla, que resbalaban hacia los labios del muchacho y que poco a poco, para sorpresa de ambos, fueron correspondidos por él.

En eso, uno de los tantos ninjas y secuaces de Tobe, apareció en la pequeña sala.

Ambos jóvenes enamorados se separaron al escuchar el eco de su sorpresa.

—J-Jefesito, quería decirle qué...—.

—¡Largo de aquí!—exclamó furioso Tobe, mientras corría hacia el pobre de ninja de la entrada, obligándole a cerrar la puerta.

Bufó aún más furioso y se sentó en ese viejo sillón.

—¡Dios, Tobe!—se acercó Chief con pasos firmes hacia él— No hemos hecho nada malo. ¡Es más! Se supone que estamos cas...

—Casados...—la interrumpió un tanto irritado—¡Ya lo sé! Si me pagaran por cuantas veces me lo repites, ya hubiera conseguido una mejor casa que esta horrenda guarida.

Con sus manos, tapó su rostro, mientras susurraba algunas maldiciones.

—Mira, Chief...—retiró sus manos de su rostro, mientras buscaba su mirada— Soy un villano: el villano de la aldea de Sooga. Es por eso que tengo que cuidar cierta "imagen"; inclusive aquí en la guarida. ¿Crees que mis ninjas harían caso a alguien que es voluble con respecto al am...— carraspeó su garganta para poder terminar aquella "molesta" palabra— mor?

—No lo sé, el día en que nos cas...—se detuvo al ver la cara enojada de su acompañante— Quiero decir, ese día; tú mantuviste una imagen de un completo enamorado y aún así, tus ninjas te "hacían caso"—hizo las comillas con los dedos—Pero, si de algo sirve, no seré cariñosa contigo, no al estilo "Pucca".

—¡Ay, no! ¡Esa chica Pucca es una pesadilla!—negó con la cabeza—Si te comportaras como ella lo es con el idiota de Garu, te juro que te sacaría de la guarida, junto a Shaman y Payaso.

—¡Já! No soy Pucca, Tobe, soy Chief. Y obviamente no nos "sacarías" de aquí.

—¿Ah, no?—se burló un poco. Se levantó y se cruzó de brazos— ¿Y por qué no lo haría?

—Sucede que...—de igual forma se cruzó de brazos— Dicho por tus propias palabras...—se acercó a él con una sonrisa—Nuevamente has sido flechado, pero esta vez, de verdad.

Tobe se quedó con las cejas arrugadas y con el corazón latiendo a mil.

La pequeña ladrona de Sooga, había logrado con su cometido, poner nervioso a su querido ninja. Feliz, salió de la habitación, dando pequeños brincos tal cual caperucita.

El villano de la aldea, negó con la cabeza , pero con una pequeña sonrisa en su rostro. Era verdad, quizá él ya estaba enamorado, precisamente de eso se trató su discusión de unos instantes. Aunque de todas formas, el que se le sea repetido a cada instante, lo ponía nervioso.

Tobe ya no consideraba a Chief como una simple secuaz, sino como alguien que no debía faltar en su hogar.
Le gustaba su forma de ser, como peleaba y sobre todo: la admiración y confianza que ella siempre le brindaba.

Esa noche no soñó con la clásica lucha en la cual vencía a Garu, sino, dentro de su sueño apareció ELLA, con una cálida sonrisa que le indicaba que estaba haciendo lo correcto. Y por un instante, recordó lo que Chief había dicho, ¿flecha?¿Acaso había sido flechado la vez en que se casó? ¡¿Por qué nadie se lo dijo?! Bueno, si no se hubiese casado, quizá no sería tan feliz como lo era ahora.

Fin.

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