Como cirujanos, vivimos en un mundo con lo peor de los casos. Nos desesperanzamos de lo mejor, porque lo mejor no ocurre demasiadas veces. Pero de vez en cuando, ocurre algo extraordinario. Y repentinamente el mejor de los casos parece posible. Y de vez en cuando, ocurre algo asombroso... Y en contra de nuestro mejor criterio... comenzamos a tener esperanza.
Como doctores, estamos entrenados en dar a los pacientes sólo los hechos. Pero lo que nuestros pacientes realmente quieren saber es... ¿Se me pasará el dolor? ¿Me sentiré mejor? ¿Estoy curado? Lo que nuestros pacientes quieren saber realmente es ¿Hay esperanza? Pero inevitablemente, hay ocasiones en las que te encuentras en los peores casos... Cuando el cuerpo del paciente le traiciona, y toda la ciencia que podemos ofrecer ha fallado. Cuando el peor de los casos se hace realidad, aferrarse a la esperanza es todo lo que nos queda.
Corríamos porque de la nada hubo código azul, sabemos que eso significa demasiado, que podríamos perder un paciente, que una familiar se quedaría sin su hijo, hermano, tío, primo, esposo o incluso un amigo, pero tendríamos una oportunidad de hacer algo antes de que todo acabe, luchar junto con esa persona y rogar porque sobreviva.
Nos entrenamos para salvar vidas, nunca para perderles, entonces cuando ves a tu paciente en la camilla luchando contra todo pronostico, tienes que tomar las riendas y hacer algo antes de que sea demasiado tarde.
-Descargue, fuera-Escuchaba como la Dr. Shepherd des fibrilaba a Camila, no había pulso no se cuanto tiempo lleva de esa forma, pero había que intentar-Cargue otra vez, vamos-La desesperación a este punto puede ganarnos por eso nunca dejan que nos involucremos en un caso de algún familiar, pero sin embargo dolía, porque conocíamos a la persona, tratábamos con ello y seria doloroso perderle-Descargue, fuera-Y entonces escuchas el pitido ese que te dice que ya no hay mas que todo se acabo-Vamos Camila no puedes rendirte no ahora, vamos joder
-Amelia, por favor para-Nadie sabia que hacer ella estaba ahí intentándolo todo, no iba a rendirse la conocía, sabia que ella seguiría luchando-Para por favor
-No joder que ella no se puede morir, afuera esta sus amigos, familia, no me voy a rendir y ustedes tampoco-Vuelvan a cargar, Wilson Carga otra vez-Mire a Jo y asentí para que hiciera lo que se le estaba pidiendo-Descargue, fuera.....................
En la ciencia existen las desapariciones. De repente, los males pueden apagarse lentamente, y los tumores desaparecer. Abrimos a alguien y descubrimos que su cáncer se ha ido. No tiene explicación, es raro, pero ocurre. Lo llamamos diagnóstico equivocado. Digamos que no lo vimos al principio... Ninguna explicación excepto la verdad. La vida está llena de actos que desaparecen. Si hay algo que no sabemos que tenemos desaparece, ¿lo echaremos de menos?
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-Amelia-Ella negó
-Ahora no por favor Owen solo déjame un momento a solas-Me acerque a ella
-Pero ellos necesitan saber
-Y se los diré, pero dame un momento-Asentí y me marche
Los cirujanos siempre tienen un plan. Dónde cortar, dónde pinzar, dónde suturar. Pero incluso con los mejores planes... pueden presentarse complicaciones. Las cosas pueden ir mal. Y repentinamente, te pillan con las bragas bajadas.
Lo curioso de los planes es que no tienen en cuenta lo inesperado. Así que cuando nos tiran la pelota, tenemos que improvisar. Por supuesto, algunos de nosotros somos mejores en ello que otros. Algunos tenemos que llevar a cabo el plan B... y hacerlo lo mejor que podamos. Y a veces... Lo que queremos es exactamente lo que necesitamos. Pero a veces lo que necesitamos es un nuevo plan.
Como ya dije, las desapariciones existen. El dolor se hace fantasma. La sangre deja de correr. Y la gente... la gente se va apagando lentamente. Tengo mucho más que decir. Mucho más. Pero... he desaparecido.
Todo estaban ahí, cuando salimos del cuarto de Camila, las caras de todos mostraban nerviosismo, miedo, unos llenos de lagrimas, algunos en Shock, todos con un sentimiento diferente.
