Capitulo siete.

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Taehyung se estremeció mientras el azabache se inclinaba y lamía su cuello, un zumbido profundo y satisfecho vibraba en su pecho. Estaba ridículamente agradecido del hecho de que aún lo estuviera sosteniendo, la presión de su brazo a través de su pecho era una presencia que le daba seguridad y consuelo... raro, considerando que él era la causa de su actual estado de desorientación.

Los dedos de su interior se flexionaron lentamente, haciendo que se tensara, los escalofríos le recorrían todo el cuello y espalda. Recordó la última vez que habían tenía sexo y todas las veces que le había provocado un orgasmo, y se aterrorizó ante el pensamiento de repetir eso en frente de la gente del club.

Gracias a Dios, sus ojos estaban agachados, y no tenía que mostrar lo humillado que se sentía ante los espectadores.

— Levanta la cabeza, Taehyung—, susurró Jungkook en su oído, parando de lamerle—. Estabas tan orgulloso de enseñarle a todo el mundo cuánto te pertenecía. Ahora no me decepciones.

Su barbilla se alzó, y estiró el cuello para poder mirarle.

— Mejor—, aprobó, sonriendo, mostrando un destello blanco—. Nunca te avergüences de lo que te haga. Nunca te daré una razón para que te sientas así.

Taehyung no sabía qué decir a eso. ¿No era exactamente eso lo que le había hecho el azabache? ¿No era eso a lo que su vida se había reducido?

La sonrisa del azabache se atenuó mientras leía sus pensamientos a través de su rostro, incluso aunque el moreno se hubiera asegurado de sellarlos en su interior.

— Hay una diferencia entre los juegos que practicamos en mi habitación y la forma con la que te trato normalmente, Taehyung. ¿Crees que por aquí alguien te mira con desprecio por lo que te he hecho? ¿Qué de alguna forma encuentro tu comportamiento algo... divertido?

¿Qué se suponía que tenía que decir a eso? ¡Aún notaba los dedos del otro en el culo! Toda la gente del club podría haber visto algo... o todo... ¿Y Jungkook se atrevía a decirle que no tendría que estar molesto por lo que había pasado?

El brazo del azabache se apretó contra su pecho, y apenas pudo contener un jadeo mientras se pegaba contra el otro, los dedos de su interior ajustándose por el movimiento.

— Mira a tu alrededor—, le ordenó—. Mira a tu alrededor y luego dime que tendrías que estar avergonzado.

Era casi... imposible girar la cabeza para mirar a la gente del club. El orgullo lo era todo... no importaba en qué se hubiera convertido, siempre llevaría el orgullo de su nombre, y eso significaba que no mantendría la cabeza agachada más tiempo del necesario.

Así que levantó su mentón y devolvió la mirada a todos esos ojos que sentía cómo repasaban su cuerpo... todos esos celosos y aturdidos ojos.

Era algo... Realmente no sabía qué pensar. Por lo que sabía, la gente lo estaba mirando, mucha gente, demasiada. Pero en lugar de mirarlo con desdén, la mayoría lo hacían con celos. Oh, también había mucha lujuria, y algo de sorpresa. Adrian lo miraba completamente en estado de shock desde el sofá, con la ropa puesta de forma desordenada, sus ojos algo perdidos. En algunas personas la furia era completamente palpable, y algunos se estaban divirtiendo con todo lo que estaba pasando.

Pero más que nada, la gente lo miraba con ojos celosos.

— ¿Lo ves? ¿Ves cuánto te quieren?—, le susurró—. ¿Cuánto me envidian? No tienes razón para sentirte avergonzado, Taehyung. No aquí.

Eso era todo lo que podía hacer para no reírse histéricamente. Idiota. ¿No podía entender que la gente no estaba celosa de él? Estaban celosos de Taehyung. Y el estúpido hombre que estaba tras él no se daba cuenta de ello.

Taehyung, mi mascota.. (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora