Ishna witca
Me vestí rápidamente y me dirigí hacia la cama de ella.
La contemplé nuevamente y me volví a hacer la misma pregunta ¿por qué regresaba noche tras noche donde ella?
— ¿no dormirás? — suspiré desde el día que la conocí no había podido conciliar el sueño. Me acosté con sumo cuidado junto a ella.
Ella se giró y sentía su mirada en mi.
— ¿dónde estabas? — suspiré por que esta situación me parecía irreal. Solo una persona se preocupaba por mi pero ya no estaba en este mundo. Por ese motivo cuando ella me pidió que me quedara por que temía que algo me pasara, sentí que estaba en otro lugar y no pude negarme.
— por ahí — giré mi rostro para verla y me quede sin aliento. Siempre que la veía me pasaba eso. Pasé una mano por mi cabello húmedo y ese instante Zulema aprovecho para acercarse más a mi. Sentí el calor de su cuerpo y ella sólo sonrió.
No sé cuanto tiempo pase contemplandola ni de cuando me quedé dormido.
Aspire el delicioso olor, abrí los ojos al darme cuenta que tenía prisionera a Zulema entre mis brazos. Mi nariz estaba sobre su cuello y mis brazos alrededor de su suave cuerpo.
Levanté el rostro y ya la mañana había llegado. Me incorporé atónito por que me había quedado dormido. Quizás los días que ni había podido pegar ojo me habían cobrado factura.
Me levanté y la contemplé, su camisón se había caído de un hombro y la piel cremosa de ella estaba expuesta... está mujer me estaba volviendo loco.
Ella se movió para girarse y extendió su mano hacia donde yo yacía hace unos minutos, al no encontrarme abrió los ojos y me busco.
— Ishna witca — su voz ronca por el sueño aún me sonó sexy — puedo traerte desayuno.
Negué y busqué mis botas.
— no puedes irte con el estómago vacío — me quedé quieto por un momento y estaba luchando conmigo mismo. Su preocupación por mi me conmovía hasta los huesos. También está extraña relación que había entre nosotros. Nos acabábamos de conocer pero yo la sentía tan mía. Me sentía tan cómodo a su lado...la prueba era que al fin había podido dormir.
— no es correcto que este aquí y lo sabes — ella se levantó y me quede sin aliento por que la luz hacia transparente su camisón blanco.
— haré que suban agua para que te laves y conseguiré desayuno. Luego puedes... irte — desvió la mirada y su bello rostro adquirió tristeza.
Me acerqué sin pensar por que me mente se quedaba en blanco ante ella.
Sujeté su rostro y la miré a los ojos.
— aunque no lo desee se que volveré — para que negarlo más. Era una fuerza mayor a mi que me hacía volver aunque luchará.
— ¿prometes que volverás? — asentí y bajé mi rostro para besarla...moría por probar su boca que sabía sólo mis labios la habían besado. La atraje hacia mi cuerpo y la besé con pasión.
Cuando me separé de ella me pregunté nuevamente que magia oscura estaba a nuestro alrededor que hacia que sintiera que no tenia suficiente de ella.
Bajé mi cabeza y besé su hombro cremoso, ella soltó un jadeó mientras yo seguía un camino de besos desde su hombro hasta su mandíbula. Escuché pasos y me puse alerta.
La solté y miré hacia todos lados. Cogi mis botas y corrí detrás del cambiador de Zulema.
Llegué justo a tiempo cuando la puerta se abrió.
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Mi Destino©
RomanceZulema Arévalo, ha crecido en una familia única, hija de Harry y Sounya Arévalo, ella escucha la más fantástica historia de amor que vivió su padre, su madre y por supuesto su adorado tío Jared. Su bisabuela Tshilaba la ha preparado al contarle que...