THESE GIRLS / WHY DON'T WE

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You could like me / Podrías gustarme

NARRA CORBYN

Era nuestra primera cita y Madison se me perdió, estuve buscándola por todo el centro comercial. No contestaba su celular, así que me cansé y fui a comer algo en la plaza de comida.

Comencé hacer la fila en KFC, cuando siento unas manos suaves tapando mis ojos.

—¿Quién soy?—preguntó la voz de Madison.

—¿Madi?—pregunté sonriendo.

—¿Cómo adivinaste?—cuestionó dejando de tapar mis ojos.

—Es otro de mis súper poderes—respondí mirando sus ojos azules.

—Otro de los mío es huir de la muerte—comentó mirando el menú.

—Querrás decir de Kiiara—corregí mientras avanzábamos en la fila.

—Por eso—alargó y nos reímos.

Cuando por fin pedimos nuestros almuerzos, yo pagué y nos fuimos a sentar. Madison me gustaba, era una chica divertida, un poco loca y sobre todo hermosa.

NARRA BETHANY

Estaba trotando mientras escuchaba EXO. Hoy traía mi outfit de ejercicio color negro, mi cabello recogido en una coleta alta,una gorra de ejercicio y sólo traía bloqueador solar en la cara. Llevaba trotando media manzana cuando un chico practicando skateboarding me pasó por un lado. Tenía un gorro negro tapando su cabello, su rostro me era conocido, nos miramos unos segundos hasta que desapareció a mis espaldas. ¿Era Jack? Me giré a verlo y sentí algo raro en el estómago cuando él también estaba mirándome. ¿Estaba nerviosa?

—Hey—exclamó acercándose a mí.

—Hola—dije sonriendo incomoda, se veía tan diferente sin sus rizos a la vista.

—¿Cómo estás? Es lindo verte por aquí—me dijo sonriendo amigable.

—Muy bien ¿Y que hay de ti?—pregunté mirando su gorro.

—Estoy bien, eh ¿Tengo algo en mi gorro?—preguntó y se lo quitó para revisarlo.

Ahí estaban sus rizos perfectos.

—Me gusta tu cabello—confesé tocándolo.

Jack se rió.

—Gracias, a mi me gusta el tuyo—me dijo divertido.

—Gracias—dije con las mejillas ardiendo—Y tú...ammh ¿Vives por aquí?—pregunté sonriendo.

—Sí, vivo a un par de calles de aquí. ¿Y tú?—Jack hablaba tan tranquilo, mientras yo estaba pasando por un trance, en el que era difícil programar cerebro, cuerdas vocales, voz y sonrisa.

—Sí, qué casualidad—le dije tratando de ser simpática.

—Sí, bueno. Fue lindo verte—tomó su skate y me sonrió.

¿Se estaba despidiendo? Debía inventar algo rápido. No quería que se fuera.

—¿Eso es todo?—pregunté cuando estaba a punto de subirse en su skate.

¿Yo había dicho eso? Jack me miró confundido.

—¿Qué quieres decir?—cuestionó curioso.

¿Ahora que se suponía que debía decir? ¡Madre mía, me estaba mirando a los ojos!

—Saludarnos y ya ¿Eso es todo?—mi voz era firme y divertida. Pero por dentro estaba tan nerviosa y encantada. Jack me parecía la perfección.