You look tense (Sungwoon x Woojin)

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Advertencia: Smut

Woojin estaba afirmando del muro mirando a la lejanía desde lo alto del instituto. El sol se ocultaba detrás de nubes un tanto oscuras. Una pequeña brisa desordenaba su flequillo.

A su lado la risa tenue de Sungwoon se escuchó en sus oídos. Lo miraba concentrado, mientras el menor intentaba ignorarlo sin éxito alguno.

—Me aburro —murmuró el rubio volviendo la vista al amplio cielo sobre ellos.

El mayor se acercó y lo abrazó de la cintura sintiendo las manos temblorosas de Woojin enredarse en su espalda correspondiéndole. Sungwoon sonrió pareciéndole tierna la reacción del peli-castaño.

Levantó su cabeza mirando al menor que era unos centímetros más alto que él. La mandíbula de Woojin temblaba y sus ojos viajaban por el cielo.

El mayor se estiró y depositó un beso en la comisura de sus labios. Woojin lo miró alejándose un poco.

Siempre era tan tímido con él, pero cuando estaba con sus amigos era un ser completamente diferente sin miedo al ridículo. Eso era una de las cosas que más adoraba Sungwoon de su novio.

Riendo lo empujó contra la vieja mesa de ping pong en mal estado que habían llevado a escondida entre sus amigos hacia la azotea para poder despejarse entre clases tediosas.

Woojin desconcertado se afirmó con sus manos sobre la vieja madera de verde gastado.

—Te ves tenso, Woojinie —dijo el rubio acercándose al rostro colorado del susodicho.

Woojin tragó pesadamente cuando Sungwoon se agachó frente a él y sus manos hábilmente se dirigieron al cinturón de su pantalón.

—N-no, no aquí, h-hyung —tartamudeo intentando alejar las manos del otro, pero de un manotazo Sungwoon las apartó y Woojin se quedó quieto ante la atenta mirada del rubio que por fin había soltado del cinturón y se había quedado quieto mirando el cierre del su pantalón.

Levantó la mirada y Woojin otra vez tragaba saliva mirando hacia todos los alrededores.

—Nadie nos verá —intentó calmarlo, pero Woojin no lo miraba.

Sungwoon se levantó y atrajo con fuerza desde el cuello de la camisa al castaño comiéndose sus labios sensualmente. Woojin tardó unos segundos en encontrarle el ritmo frenético y desesperado del mayor. Su lengua explorando cada rincón de su boca y sus manos arrugando el cuello de su camisa blanca. La mano de Woojin se detuvo en su hombro y lo apretó con fuerza.

Sungwoon sólo podía pensar en lo tierno que seguía siendo aún en aquella situación.

Se separó con un sonoro sonido y se relamió sus labios con su lengua. Su mano derecha estaba tanteando la entrepierna del menor, sin que este lo hubiera notado. Podía sentir lo duro que se estaba poniendo.

Sonriendo y levantándole una ceja volvió a agacharse y por fin bajó la cremallera de éste.

Hábilmente había sacado su hombría y la acariciaba lentamente. El menor sintiendo la brisa chocarle en aquella zona tan íntima, apreciando la excitación quemarle en el vientre. Desesperado, no poder hacer nada, miró a su alrededor por milésima vez y comprobar que nadie estaba a la vista, con los nervios comiéndolo por dentro, pero las ganas de aquella adrenalina corriéndole por las venas le impedía detenerlo.

Una sensación húmeda y caliente lo recorrió como electricidad cuando el mayor había dejado de jugar con sus manos y ahora su boca ocupaba aquel lugar. Woojin dejó caer su cabeza hacia atrás reprimiendo un gemido que intentaba escapar de sus labios.

Las manos del mayor ahora tocaban su abdomen y arañaban, dejándolo aún más extasiado; tanto que sus manos se dirigieron al cabello rubio del mayor y se enredaron en él.

Sungwoon suspiró contra su miembro cuando sintió las manos del menor tironearle el cabello para indicarle el ritmo el cual gustoso siguió.

Woojin estaba a punto de acabar cuando Sungwoon retiró su boca y masajeando con sus manos el menor se venía con un quejido ronco.

Su mirada febril lo miró a los ojos, su pecho subía y bajaban velozmente.

—Tan tímido, pero aun así terminas en esta condición —se burló el rubio poniéndose de pie.

El castaño recobraba su respiración cuando lo sujetó de la cintura y lo aprisionó con la mesa. Sungwoon sonreía abiertamente mirándolo a los ojos.

—¿Ahora qué? —cuestionó y tuvo que afirmarse de sus codos cuando Woojin se le abalanzó como un lobo a su presa para saborear sus labios como desesperado por comida.

Woojin había separado sus piernas, posicionando la de él entre medio y Sungwoon no aguantó el roce que provocó aquello, incluso, sobre las telas. Un pequeño quejido salió de sus labios mientras era besado. Las manos de Woojin se había colado bajo su camisa y acariciaban su espalda en un toque delicado, totalmente diferente al de sus labios.

El mayor se frotaba siendo un total descontrol de gemidos y suspiros, hasta que afirmándose fuertemente del menor sintió el estallido del orgasmo aún con los labios de Woojin sobre su piel, haciendo trazos en su cuello.

Sungwoon se recargó con toda la espalda sobre la mesa, recobrando sus fuerzas. Sus ojos se había comenzado a adormecer, habían estado todo el día con clases y ya sólo quedaba la última para que la jornada terminara. Sus manos sobre su pecho con la camisa desordenada, la corbata había perdido su nudo y sus cabellos alocados hacían juego con sus mejillas sonrojadas y sus labios hinchados.

El menor se estaba arreglando la ropa y el cinturón mientras el mayor parecía que ya se había marchado con Morfeo.

—Hyung —murmuró roncamente sobre su oído sacándole una sonrisa adormilada.

—¿Mm? —cuestionó abriendo levemente los ojos.

Woojin lo miraba inquieto, nervioso. Su miraba bajó de sus rostro a sus ropas hechas un desastre. Su pantalón, el cuál no recordaba desabotonar, estaba abierto y su ropa interior húmeda.

Volvió a mirar al castaño y le sonrió despreocupadamente, para luego bajarse de la mesa y simplemente bajarse la camisa que se le había subido. Sus pasos dirigiéndose hacia las escaleras para bajar a los salones.

Woojin lo miró confuso y en un segundo estaba a su lado deteniéndolo de bajar en aquellas condiciones a clases. Lo volteó y Sungwoon que le sonreía desvergonzadamente se dejó hacer.

El castaño ordenó sus cabello, su camisa, volvió a hacer el nudo de su corbata y subió el cierre de sus pantalones ante la mirada atenta del mayor.

—Eres demasiado bueno para mí, Woojinie —murmuró el mayor. Sus ojos reflejando sinceridad y su mano acariciando la mejilla del castaño.

Woojin, por mucho que el mayor fuera tan descarado y atrevido, lo quería así. Porque luego de todo el fervor, el rubio podía ser muy adorable a su lado, y ese lado de su personalidad, sólo lo mostraba ante él.

Sungwoon lo tomó de la mano fuertemente, olvidándose de que el timbre había sonado ya, y recargó su frente en su pecho. Sus ojos cerrándose y sintiendo el corazón del mayor retumbar con fuerza. Aquello lo calmaba. Podría mostrarse como un sinvergüenza, pero el menor lo entendía. Entendía que él sólo necesitaba un minuto de silencio, en donde las palabras están de más y el sólo tenerlo cerca calmaba sus ansias.

Sólo lo necesitaba a él a su lado para sentirse bien.

Can you keep a secret?  ▶ P101 Season 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora