Portando Una Corona [PAUSADA]

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Capítulo 2. “¿¡Qué demonios está pasando!?”

Marinette.

¿¡Qué demonios está pasando!? Quien lo diría, de simple chica normal pase a una "supuesta princesa" y ahora estoy afuera de una escuela que ya no es la mía, pero hay algo que no me queda claro... ¿Quién es esa señora loca?

—¡Rápido sube al auto! —me dijo la secretaria pelirroja, ¿quién se cree para mandarme?

—No... Yo no hablo con extraños —dije yo de la manera más vergonzosa, obviamente todos me veían y me gritaban «¡Sube ya! ¿Qué esperas para subir?» incluso alcance a escuchar como alguien me grito «¿Qué esperas estúpida? ¡Sube ahora!»... Lo admito, soy muy miedosa... Pero no me pueden culpar después de ver tantas películas de suspenso... Que tal si es una loca psicópata... O peor... ¡Una asesina en serie!... ¡Ayuda!

—¿Vas a subir o no? —dijo el guarda espaldas dándole un teléfono a la secretaria, vaya... La secretaria tiene secretario... Lo acepto, ¡Soy mala con los chistes! También soy infantil, pero como dice el señor Dupaing, "nacimos para ser felices, no perfectos" o al menos eso me dijo mi supuesto padre antes de que me dijera que soy una maldita princesa.

—Ya se los dije, no salgo con extraños —dije yo con la misma idea... ¡Son asesinos en serie!

La secretaria recibió una llamada e inmediatamente contesto sacando una carpeta—. Hola Richart, me esperas un segundo —dijo la secretaria tapando el sonido—. ¡Sube ya niña malcriada! ¡Vas a hacer que me despidan! ¡Se nota que apenas te dijeron que eres princesa! —dijo enojada la amargada de la secretaria.

Con lo que me acababa de decir menos iba a subir... Hasta que observé como Alya venía hacia mi corriendo como loca gritando por toda la escuela «Marinette Dupaing Cheng, ¡ven para acá! ¿porqué no me contaste nada?» al ver su rostro de furia decidí subir y enfrentarme con la amargada de la secretaria que con la loca de Alya.

Ya había subido al coche, era espantoso pasar por la típica regañada que te da tu amiga, después de que le ocultas algo ya nada es igual. Bueno, era más espantoso el increíble silencio que existía en aquel auto... Hasta que decidí exterminarlo desde la raíz.

—¿Porqué tan calladitos? —dije yo volviendo a ser infantil.

—Esto es algo serio —dijo la secretaria sin ningún gesto en su rostro.

—¿A qué te refieres con serio? No me has explicado nada _dije yo tratando de aparentar seriedad... Es algo que no se me da.

—Mira, iré al grano —dijo la secretaria suspirando—. El día de hoy vamos a presentarte a tus padres, ósea los reyes de Francia, a ellos les llegó el rumor de que sabes la verdad y es forzoso llevarte de vuelta al castillo pues... Puede que algún corrupto político trate de asesinarte —dijo la secretaria muy normal, como si fuera igual mi muerte.

—¿Y qué pasara ahora? —dije yo y por fin me salió de puro milagro una expresión seria.

—Desde ahora en adelante vivirás en el castillo.... Bueno, eso será temporal —dijo la secretaria alertándome.

—¿¡Cómo que temporal!? ¿A dónde me llevarán! —dije yo perdiendo mi seriedad... ¡Estúpida, mi seriedad, idiota!

—Si, desde ahora en adelante te tendremos que preparar para que dentro de unos años seas coronada tú y no tu prima Elizabeth... Es por eso que desde ahora irás a un internado exclusivamente para princesas llamado "Hijas de la Luna" y tendrás que competir mucho con Elizabeth, la que tenga mayor actitud de princesa será la futura reina de Francia, ¿Entiendes lo que significa eso? —dijo la secretaria viéndome directo a los ojos.... ¿Qué tanto me ve? ¡No puede ser!... De seguro me volvió a salir otro grano en la punta de la nariz.