Confesiones

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La presencia de Aknandin, y el hecho de que Bakura ubicara los artículos del milenio que tenía en su poder opacaron por completo mi traición hacia el rey...

- ¿Aknadin? ¿Qué significa esto? – Dijo el faraón, mientras volteábamos a observar la entrada.

- Faraón, Soy el responsable de la creación de los artículos del milenio y yo decido su destino. – Confeso Aknadin, quedamos perplejos ¿Se había vuelto el momento de las confesiones?

- ¡Él tiene la llave!- Exclamo Isis; dirigimos nuestros ojos a su mano derecha.

- El Artículo que le pertenece a Shada.- Dijo Asombrado Seto. - ¿Qué has hecho con él?

- Lo importante que a su artículo del milenio – empezó a bajar las escaleras de la entrada, dirigiéndose a nosotros. – se le dará buen uso ¡Igual que a lo de ustedes!

- Has perdido la razón. – Agrego el Rey.

- ¡ESTA LLEVANDOME! ¡¡AYUDENME!! – El cuerpo de Bakura se desvaneció, quedando completamente hecho polvo.

- ¡Faraón, debe detenerlo!- Shada había aparecido en la entrada, apenas si podía mantenerse de pie, camino hasta llegar a nosotros.- Cuidado Faraón... Aknadin es un traidor... Ahora... - se dirigió a Aknadin que estaba más adelante. - ¡Devuélveme mi llave! – el maestro solo lo empujo al piso, y Shada cayo.

- ¡Suéltame! – Exclamo Aknadin. - ¿Alguien más?

- Tu Bastardo...

- Aknandin ¿Qué significa todo esto? ¿Te has vuelto loco? – Pregunto Shimon, quien socorrió a Shada.

- No sé quién controla tu mente, pero esto se acabó.- Aseguro Atem.

- ¡Un nuevo rey surgirá pronto!

- ¡Cierra tus labios! ¡Cómo te atreves a pronunciar tal venenosas palabras! Además en presencia del gran faraón. – Dijo Seto, aun jurándote lealtad a su rey.

- ¡Silencio! – Grito Aknadin, quien levanto su brazo izquierdo haciendo que Seto quedara inmóvil.


- Seto... ¿Qué le hiciste? – Pregunte...

- Es como si estuviera... - Agrego Mana.

- ¡Congelado en el tiempo! – Levanto de nuevo su brazo izquierdo y nos dejó inmóviles a todos. - ¡Igual que todos ustedes! Esto los detendrá un buen rato por lo menos lo suficiente para concluir lo que Bakura no pudo. ¡Lo hice! – Gritaba victorioso Aknadin. – Tan pronto como ponga los artículos en la roca el oscuro surgirá ¡Y juntos anunciaremos una nueva era! Y tu imperio Sucumbirá. ¿Todo es un círculo, no es así? – comenzó a acercarse a Seto, y tomo el cetro del milenio de su mano- Por ahora regresare los 7 artículos de donde llegaron – Rápidamente se inclinó dónde estaba Isis y tomo su collar. - ¡El collar es el numero 6! Y ahora... ¡La pieza final! ¡Mi ojo del milenio! – llevo su mano a su ojo derecho, y sin dudarlo se lo arranco. – Ahora, a concluir lo que inicie hace años. ¡Maestro Zork, Escúchame! Ahora te ofrezco los 7 artículos, mi único deseo es que se nombre a nuevo faraón, deberá ser mi querido y amado hijo, Seto. .- ¿Qué? ¿SETO ES SU HIJO? No podíamos expresar nada, su hechizo inmovilizador no nos permitía hablar... ¿Seto sabia de esto? Entonces eso lo convertiría a un... candidato al trono... ¡Es el primo de Atem! Sin duda, este escenario se había convertido en un confesionario. Era cierto que Aknadin pasaba tiempo con Seto, le ayudaba, era su maestro... y ahora tiene sentido... mientras mis pensamientos divagaban, una luz violeta se tornaba por encima de la lápida, se veía la sombra de una mano y esa mano, se dirigió a Aknadin envolviéndolo en cintas oscuras para darle una forma maligna, al Mago de las Tinieblas.

Yo Renuncio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora