❀Origami❀

///PEACE///

Había pasado un mes desde ese pequeño "incidente". Tanto tú como yo no habíamos mencionado el tema, las cosas pasaban como si nada. Y eso estaba bien.
Mucho mejor que cualquier otra cosa, en mi opinión.

Cosas nuevas sucedieron, cambios radicales. Lo que creíamos una salvación, una séptima alma. Un humano.

Un humano había caído, los rumores se expandieron rápido. Yo lo enfrenté, pero no me pareció correcto matarlo si él no quería pelear siquiera. Me meteré en un montón de problemas con Undyne, pero vale la pena.
Por lo que sé, el humano ya llegó a la capital, no falta mucho para que muera en manos del rey...
Sentí pena por él, pero no había nada que pudiese hacer para prevenirlo.

Ahora mismo, estaba caminando por el bosque, e, inconscientemente, llegué a aquel lugar en donde había enterrado mis cartas... Mierda, odio este lugar.

Di la vuelta y te vi ahí, sentado en medio de la nieve con una bolsa negra a tu lado, por un instante me paralicé. Me asusté. Reconozco esa bolsa...
Corrí hacia ti y me detuve metros antes, estabas llorando. Te giraste a verme, con algunas cartas en tus manos. Te levantaste y las dejaste caer. —Tú, idiota... —Corriste hacía mí, no sabía qué hacer.

Te abalanzaste sobre mí y caímos al suelo. —Lo siento... ¡De verdad lo siento! —Oía tu voz rota contra mi pecho, yo aún no reaccionaba del todo.

—Sans... —No sabía que decir, pero necesitaba hablar. Incluso si fuesen meros sinsentidos, debía hablar. —Yo...

—No, por favor... No hables. No quiero hacerte daño con mis inútiles respuestas...

—Sans... Eres mi hermano, y te quiero demasiado... —Susurré y te abracé.

—Pero esa no es la relación que tú quieres ¿cierto... ? —Tu voz era tenue y poco audible, pero el silencio del bosque me permitía oír con claridad.

—No... Pero es la que me tocó. Y estoy bien con eso... —Sonreí, dejando mis lágrimas caer. Nos quedamos en silencio por un momento.

—Y si... ¿Y si esa no es la que te quiero dar... ? —Susurraste.

Mis lágrimas se detuvieron, así como mi respiración por un segundo. ¿Había escuchado bien?

—Y si... ¿Quiero darle una oportunidad...? Es decir, darte una oportunidad... —Suspiré.

—¿Y estás seguro de eso?

—Completamente. —Contestaste sin rastro de dudas.

—En ese caso, soy libre de decirlo... Te amo.  —Solté con sencillez.

—Lo sé. —Susurraste. —Y estoy bien con eso.