•°•°•°•°Guys my age don't know how to love•°•°•°•°
Narra Yumeki:
Esto parecía un sueño, chicos asiáticos como yo (guapos), una escuela de lujo y soy la única chica. Nunca me quejaré de mi madre de nuevo.
Mis pensamientos habían cambiado desde que Sebastián me tomo de mi mano para llevarme a ver mi cuarto. Me pareció raro que mi cuarto estuviera en la parte más alta y grande del edificio.
Pasamos muchos pasillos con puertas, creo que esas eran las otras habitaciones de los otros compañeros de clase. Lamentablemente no me encontré con ningún estudiante de camino a mi habitación.
S-Sebastián...¿adónde se encuentran los otros estudiantes además de mi?-pregunté mientras seguíamos caminando hacia arriba del edificio.
En esta hora-saco un reloj de bolsillo para ver la hora, me apreció muy elegante y atractivo ese accesorio-Ellos deben estar en su descanso matutino de 2 horas...desde las 10:30 hasta 12:30 que después van a almorzar y empezar sus clases próximas, pero no te preocupes, tu horario oficial comienza mañana...hoy es para que explores la escuela a tu gusto y conozcas a algunos amigos-me quede boquiabierta al analizar todo lo que me había dicho, además de puntual...es muy organizado.
Llegamos al final del pasillo y me señalo una puerta enorme- Esta es tu habitación-abrió la puerta y me dejo entrar primero, la habitación estaba diseñada de algunos colores pasteles y muchas cosas Kawaiis. En una parte habían un escritorio con libros, una computadora y algunos papeles.
El director la mando a organizar y diseñar el mismo, en el escritorio hay unos documentos que debes llenar, por favor tomate tu tiempo en eso-hizo una pausa-Cuando quieras puedes salir y visitar a tus dos vecinos que están al lado de tu habitación, estoy seguro de que estarán muy a gusto de conocerte-me sonrió amablemente-¿alguna pregunta señorita?-preguntó.
Ammm si-dije sonriendo.
Dígame-contesto algo preocupado.
¿Acaso ahora somos amigos?-su expresión se tornó seria pero luego sonrió de lado.
Bu-bueno...creo que si, ahora si me lo permite me retiraré-camino hacia la puerta y se fue dejándome sola en este paraíso.
De verdad me han tomado de sorpresa
(...)
Había terminado de empacar mis cosas, sólo me quedaba llenar esos documentos extraños que le dejaron en mi escritorio.
Me senté en mi silla y tomé un bolígrafo para comenzar a llenar.
Nombre: Yumeki North
Edad: 18
Pasatiempos: Tocar el piano, escuchar música y leer.
Nivel de educación: Media
Personalidad: Energética, Curiosa y Cariñosa.
Pero...hubieron unas preguntas que me llamaron la atención...
Eres virgen: Si
Alguna fantasía sexual: Ninguna
Acaso tiene mucha actividad de placer (masturbación): Jamás nunca en mi vida.
Termine de llenar los papeles y los organicé muy bien para Sebastián, al principio me aprecio extraño las últimas preguntas...pero es una de las escuela más famosas así que lo deje pasar.
Y...¿ahora que hago?-me pregunté a mi misma, hasta que recordé que Sebastián me había dicho que podía visitar a mis "vecinos"
Me levanté un poco animada y camine hacia mi puerta para salir y llegar al pasillo. Habían dos puertas por las cuales podía escoger pero, me di cuenta de que había una entré abierta. Me acerque a esa puerta y rápidamente pude escuchar una voz.
A-aaahhh...-alguien había gritado eso de manera extraña, y se escuchaba como algo raro, era como escuchar a alguien frotar algo mojado sobre algo...era extraño.
Toque la puerta dos veces, no quería entrar y ser un estorbo a mi vecino. Los ruidos pararon de la nada y una voz ronca habló.
¡Sebastián si eres tu de nuevo estoy ocupado!-parecía agitado y molesto.
A-amm...soy tu nueva vecina-dije algo tímida sin abrir la puerta.
Escuché como unos pasos se acercaban y habrían la puerta lentamente.
Un chico algo despeinado apareció, tenía sus mejillas rojas y parecía estar agitado.
Ho-hola tu debes ser la chica...soy Chander es un gusto-me dio su mano para saludarme y al sentirla, pude notar que estaba algo llena de un líquido raro y pegajoso, pero no dije nada.
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Yo soy Yumeki...espero que nos llevemos bien y ser amigos-sonreí.
Jejeje-parecía estar con su respiración algo mal.
¿Estas bien?-pregunté preocupada.
S-si...oye cuando se acabe el descanso...¿te gustaría almorzar juntos? Así estarás más segura conmigo...-sonreía sin parar, parecía un sol de lo bello que era.
C-claro, nos vemos pronto-sonreí y él cerró la puerta suavemente.
