Cap: 4 La manzana de la lujuría

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•°•°•°Eat me•°•°•°

Narra Yumeki:

Entonces sería esto. Sebastián es un mayordomo desde pequeño, o así es como parece al ver su trajecito de gala. Chander, él es tan pasivo,  o así es como lo veo. Y no quiero ni pensar sobre Traynor...él sólo me quiere por interés. Vaya comienzo Yumeki, vas a graduarte y ser felíz.

Caminaba a paso lento por los pasillos que parecía que caminaba por una pasarela de tan finos que se veían. Pisos de piedras muy caras y bonitas me pregunto ¿que hizo el director y dueño de este lugar para llegar a construir esta escuela?

Coloqué mis manos frías en los bolcillos de mi uniforme y suspiré extrañada.

Ellos no son asquerosos, ni desorganizados y tienen modales. Sólo tienen un sólo error.

Son unos malditos perversos.

Apreté mi mandibula y bajé la vista mientras seguía caminando. Sabía que esto era demasiado perfecto para ser verdad, sabía que tendrían alguna falla.

Al menos eso explica porque estaban tan nerviosos al estar conmigo. Las preguntas que me dio Sebastián en mi escritorio y el porno. Era tan obvio.

-¡Yumeki! ¡Yumeki!-alcé la vista al escuchar mi nombre, el cual había interrumpido mis pensamientos respecto a esta escuela y sus estudiantes.

Sebastián estaba casi corriendo hacia a mi algo rápido. Su traje estaba algo sucio pero pasable y su cabello impecable.

-¿Si?-pregunté algo decepcionada y seria.

-Es hora de almorzar, tenemos que ir al comedor-sacó su reloj de bolsillo al estar al frente de mi y sonrió aliviado, creo que había estado todo este tiempo buscandome.

-No quiero comer-le dí la espalda algo enfadada y grosera para caminar lejos de él.

-Yumeki ¿ocurre algo? ¿te trataron mal algunos de los estudiantes? Puedo resolverlo de inmediato-sentí una mano en mi hombro cubierta por unos guantes que al parecer eran blancos.

-Se lo que son...todos ustedes-me volteé a ver sus ojos confudidos, mientras  alejaba su mano de mi hombro y la atraía a su pecho sorprendido.

Sonrió satisfecho-Bueno, no lo podíamos esconder así de fácil. Me sorprende que una chica como tu lo descubriera así de rápido-me guiñó un ojo.

-¡Son unos perversos adictos al porno!-grité dando un brinco infantíl-Nadie me dijo que esto era parte del la escuela-gruñí.

-Entonces ¿porque crees que la escuela se llama "escuela de chicos pervertidos" era obvio linda-entonces eso es lo que verdaderamente ECP significa-Seamos sinceros Yumeki, no podrás salir de aquí por un buen tiempo. Yo sólo te quiero ayudar...no te haré daño no te tocaré pero, te pido que vayas a comer al menos una manzana-pareció preocupado al decir eso.

-Bien, pero no te prometo comer algo-

(...)

Estaba siguiendo a Sebastián hasta una puerta de cristal. Cuando estuvimos al frente de ella, él la abrió cuidadosamente y me dejó ver hacia el otro lado.

Había un gran tipo de bosque o patio hermoso con muchos arboles de manzanas. Las mesas eran gigantes y estaban bien a comodadas con los estudiantes y sus almuerzos.

Caminé hacía la mesa principal mientras llamaba la atención de todos los chicos. Tambien pude observar que habían vajillas para el té y sus comidas. ¿Como pueden ser tan finos y esconder sus verdaderas personalidades? Deben ser inteligentes o unos expertos.

Sebastián tomó una silla y la halo para que me sentara comodamente. Pusé una pequeña sonrisa al por lo menos pensar que aún seguía bueno conmigo. Eso, hasta que miré quienes estaban alrededor mío sentados.

-Al fin llegas Yumeki-Chander estaba a mi lado izquierdo con una taza llena de té y algunos pastelitos de chocolates ¿que clase de almuerzo es este?-Te estabanos esperando con ansias-él parecía estar a gusto conmigo, sobre todo con su pequeño sonrojo. Pero Traynor, que permaneció a mi dereche estaba serio y pensativo.

-¿no comerás nada más Traynor?-preguntó Sebastián quien estaba parado a su lado-Te puedo traer otra cosa si gustas-susurró.

Traynor alzó su mirada hacía a mi y sonrió-Quiero una manzana, la mejor que tengas Sebas-mordió su labio y yo me estremecí al verlo. De verdad Traynor me está dando alguito de preocupación, tendría que dormir bajo llave esta noche.

(...)

Permanecí encerrada en mi cuarto después de el almuerzo, que de hecho no pude comer nada. Habían muchas cosas deliciosas pero, no pude comer nada. Sentí la mirada de Traynor en mi todo el tiempo.

Me acosté en mi cama rendida, ¿porque dejarían a una chica en una escuela sólo de chicos perversos? ¿quieren que me muera o que?

*Toc* *Toc* alguien tocó la puerta de mi habiatación y me tensé al escuchar.

-¿Qu-quien es?-pregunté con miedo.

-Abre la puerta...y no preguntes tonta-obviamente era un hombre y no pude detectar su actitud por su forma de hablar. Me levanté de mi cama y arreglé mi uniforme ¿quien estaría despierto a las 11:00 de la noche?

Abrí la puerta lentamente tan lento que el chico impaciente, la abrió violentamente, me tomó de mis muñecas y me tiró a mi cama. Se colocó encima de mi y mostró su rostro.

-¡Tr-Traynor! ¿¡Que mierda haces!?-pregunté tratado de soltar su agarre pero él sólo me miraba con una suave sonrisa en su rostro.

-No te atrevas a moverte, te arrepentiras-parecía disfrutar esto.

-explicame ¿porque estás aquí?-fruncí el ceño levemente. Ahora puedo ver lo que puede ser capaz el chiquillo más rico de todos.

-Sebastián me contó que sea bueno contigo. Eso significa que ya sabes sobre la escuela ¿cierto?-levantó una ceja y me miró fijamente.

No dije nada ¿para eso era este escándalo? ¿es en serio?

-Escucha niño creído, sólo quiero salir de aquí sin hacer ningún tipo de problemas...no fue mi elección entrar a esta escuela-bufé molesta.

-Al principio no parecía eso-abrí mi boca ofendida ¿como se atreve? Justamente cuando la iba a cerrar Traynor puso su dedo en mis labios y los acarició. Me quedé en shock al ver como estudiaba mi cuerpo y mis labios.

Se acercó y rozó su boca con la mía y justo cuando pensé que me iba a besar, sacó una manzana y la pusó entre mis dientes. ¿como puedo ser tan estúpida y manipulante?

-Hablaremos después...-me guiñó un ojo y se salió de encima de mi, dejando mi habitación.

Escuela de pervertidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora