Nuestro departamento

28 2 0
                                    

Al amanecer me levanté con el primer sonido de mi alarma, me bañé y me cambié lo más rápido posible. Al bajar a desayunar me fijé que mis padres habían salido a trabajar más temprano de lo común, así que desayuné sola y fui a la casa de Mario. Al segundo toque Mario abrió, me abraza y me da un beso. Luego nos fuimos en su auto a ver nuestro departamento. Me gustaba mucho el auto de Mario, sus padres se lo regalaron cuando cumplió los 20, era un auto precioso de color plateado, súper cómodo y rápido. Mario quería ponerle un nombre, yo me reía de solo pensarlo. Llegamos en 40 minutos a nuestro departamento. Subimos por el ascensor y caminamos hacia la puerta del departamento. Mario me dijo que yo lo abriera, sonreí por eso, y lo abrí emocionada. Al ingresar pude notar que era bellísimo, tenía un espacio enorme, la cocina era hermosa, la sala preciosa con una biblioteca maravillosa, el baño lo suficientemente espacioso, y los cuartos ni que hablar, eran un sueño. Mario me abraza, me besa y me da muchas vueltas de la emoción.
– Nos mudamos aquí en tres días mi amor – me dice.
– Claro que sí cariño– le digo con la misma emoción.
Salimos del departamento y fuimos a la universidad dónde íbamos a estudiar, ya que queríamos ver nuestros horarios y familiarizarnos con nuestras facultades. Al llegar a la universidad buscamos un lugar donde aparcar el coche. Encontramos uno cerca de nuestras facultades y bajamos.
– Te veo aquí en 30 minutos linda.– me dice él. Asiento y nos separamos.
Mario se fue hacia la facultad de arquitectura y yo a mi facultad de enfermería.
Al entrar a mi facultad noté que era grande, fui directo a la dirección. Una señorita me dijo que entrara directo a la oficina del director, habló conmigo acerca de los horarios y de los cursos. Salí tranquila de ese lugar ya que los horarios eran muy flexibles así podría trabajar más adelante. Como aún faltaba un poco de tiempo para encontrarme con Mario decidí dar un paseo por la facultad. Encontré la biblioteca y obviamente los baños para alguna emergencia. Seguí andando por un momento hasta que me topé con una chica rubia de ojos claros mirando un panel, se da cuenta de mi presencia, me mira y me sonríe.
– Hola, mi nombre es Nathaly Horner– me estrecha la mano muy amable.
– Hola... – le digo tímidamente – Yo me llamo Luciana Echeverría– y le correspondo el saludo.
– Por lo visto también eres nueva, lo noté por tu timidez. – me dice.
– Ehmmm sí, soy nueva, andaba conociendo los pasillos y curioseando un poco – le digo y le sonrío.
– ¿ Pues que te parece si curioseamos juntas ? – me dice entusiasmada
– Claro – le digo con la misma emoción.
Ella me toma del brazo y andamos como si fuéramos las mejores amigas. Conversamos mucho acerca de nosotras, Nathaly trabaja en un hospital y sus horarios son iguales a los míos. Ella está soltera y vive sola con su perrito Lucky. Al salir de la facultad nos despedimos y acordamos en llegar temprano el primer día de clase, ella me da un abrazo y se va. Yo me voy a encontrarme con Mario. Subimos al auto y nos fuimos a nuestras casas.
– Hasta luego mi amor, te veo mañana para ver una película – me dice.
– Está bien cariño, yo llevo las palomitas – le digo y me despido con un dulce beso de mi amado.
Al entrar a mi casa voy directo a mi cuarto para poder descansar.
Al amanecer suena mi celular y noto que es un mensaje de Mario.
" Buenos días princesa ❤" - mensaje recibido.
" Buenos días amor ❤" - mensaje enviado.
Bajo en pillama a la cocina y veo a mi madre haciendo el desayuno.
– Buenos días Lu que tal les fue ayer– me pregunta.
– Buenos días – digo bostezando – pues bien, quedé maravillada con el departamento y con la universidad de igual manera.
– Que bueno cielo ¿y cuándo te mudas?
– En dos días– le digo y mi madre se agarra el pecho sorprendida.
–Eso es muy pronto Luciana ¿ estás segura?
– Si mamá, ya lo decidimos con Mario.
– Ay cielo – me dice ella con los ojos humedecidos.
–No mami, no te pongas triste. Vendré a visitarlos cada vez que pueda.
– Tranquila cielo, entiendo que ya estás mayorcita y tengo que aprender a aceptarlo.
Abrazo a mi madre casi llorando, ella me mira y me da muchos besos para romper ese momento melancólico. Sonrío por los besos que me da mi madre y logro calmarme. Me sirve el desayuno y ella nota que aún sigo en pillama, me mira, se ríe y me dice.
– ¡Luciana! – levanto la mirada – siempre serás mi niña. – le sonrío y termino mi desayuno.
Subí a mi cuarto y me bañé lo más rápido posible, me puse un vestido azul y ondulé mi cabello. Avisé a mi mamá que estaría en la casa de Mario toda la tarde, ella asintió y salí para la casa de mi amado. Al llegar Mario me abre y me mira embobado de pies a cabeza.
– Wao... ¿ Todo eso es mío? – pregunta y me sonrojo.
– Claro– le digo y le sonrío.
Preparo las palomitas y ponemos una película de terror "La noche del demonio". Pasé casi toda la película tapándome los ojos. Mario estuvo de lo más normal sin miedo. Terminó la película y él me besa. Primeramente fue un beso tierno, luego poco a poco se fue intensificando el beso volviéndose así un beso apasionado.
– Mario ... Tus padres pueden venir en cualquier momento– le digo casi gimiendo.
–Tranquila ... Están en un viaje de negocios– me dice besándome el cuello.
Mario me toma de la mano y me lleva a su cuarto. Me pone en su cama y me sigue besando, en cuestión de segundos estaba quitándole la camiseta y él mi vestido. Le desabroché el pantalón y ambos quedamos en ropa interior, Mario me la quita y yo a él, quedando así totalmente desnudos. Él coge un preservativo de su armario y se lo pone. Luego comienza a penetrarme lentamente y así seguimos casi toda la tarde. Cuándo desperté miré que mi amado estaba dormido, así que me levanté y me cambié para irme a casa ya que había anochecido. Desperté a Mario con un beso y él se cambia rápidamente para llevarme a casa.
Al llegar a mi casa ambos decimos al mismo tiempo...
–Gracias por la tarde– nos reímos por eso y nos despedimos con un beso.

Medicina para el amor 💉❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora