El lobo blanco

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Hola mi nombre es July y tengo 16 años, siempre fuí una chica normal con una vida normal pero un terrible suceso cambió mi vida para siempre.

Todo empezó una noche, yo estaba destrozada pues nos había llegado una llamada donde nos habían dicho a mi prima Lhea y a mi que mis padres habían muerto en un accidente automovilístico.

<<Los padres de mi prima fallecieron cuando yo tenía 6 y desde entonces ella vive con nosotros>>

Yo recibí la llamada, al principio nadie habló y cuando estaba a punto de colgar oí la voz de un hombre, cuando oí la noticia deje caer el teléfono y salí corriendo, mi prima corrió detrás de mi pero cuando vio que me adentre en el bosque se detuvo, pues nadie nunca entraba en ese bosque ya que se decía que ocurrían cosas muy extrañas y que todo aquel que entrara sufría una horrible muerte; ya se habían encontrado varios cuerpos en la cerca que marca el límite del bosque.

Mi prima, aunque estaba muy preocupada por mi, por más que lo intentó, no logro vencer su temor al bosque.

Yo sin hacerle caso a las consecuencias, me adentre más y más en el bosque hasta que mientras corría me tropecé con una roca y caí sobre mi rodilla en un charco de lodo; a pesar del dolor la luna estaba llena y brillante, era hermosa y en cuanto dirigí mis ojos hacia ella sentí como si mi dolor desapareciera por un segundo.

Logré salir del charco para seguir mi caminó cada vez con más lentitud; cuando llegue a lo que parecía ser el centro del bosque había un árbol enorme más grande que cualquiera que haya visto, tenía un aura tan nostálgica, como si hubiera visto las cosas más tristes pero también las más hermosas. Pasé un buen rato mirándolo hasta que el dolor de mi rodilla volvió; caí y lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin alguna razón aparente; llore y llore por lo que pudieron ser varias horas hasta que no me quedo ni una lágrima más.

Cuando estaba a punto de cerrar los ojos, un dolor invadió mi cuerpo como si apretara mi pecho, era un dolor tan fuerte que pensé que estaba a punto de morir, que este era mi fin, que sino moría por culpa del dolor y las caídas, mi cuerpo solo se apagaría, pero cuando estaba apunto perder el conocimiento ví una luz, una extraña luz blanca que por alguna razón me hizo sentir más tranquila, pero cuando la observe bien, pude distinguir que en realidad era un lobo, un lobo de pelaje blanco y hermoso; sin embargo, antes de poder ver algo más cerré mis ojos.

Desperté aún en el bosque aunque me sentía diferente, cuando me paré noté que mi rodilla estaba bien como sí no hubiera pasado nada y ya no tenía rasguños ni ninguna otra herida, estaba como sí solo hubiera ido a una tranquila caminata por el bosque y luego recordé lo que pasó, lo tomé como un sueño extraño y regresé a mi casa, pero por alguna razón ya no tenía esa sensación de tristeza y dolor, me sentía bien.

Salí del bosque para dirigirme a casa porque de seguro Lhea ya debía de estar llamando a la policía; llegue a casa y en cuanto ella me vio soltó su teléfono y corrió a abrazarme.

—¿Estás bien? —Lhea me apretó fuertemente.

—Si, no te preocupes —respondí mintiendo. En realidad me sentía algo mareada

—¡Me tenías preocupada tonta! —me dio una bofetada.

—Lo siento —dije bajando la mirada mientras tocaba mi cachete con la mano temblorosa.

—Ven, entra —suspiro y me miró suavemente.

—Si.

El lobo blanco [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora