Capítulo 1

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—¡Buenos días! —fueron las primeras palabras que un pequeño dio a su padre, un joven que a sus recién cumplidos veinte años podía pasar más por su hermano mayor que por su padre.

—Buenos días, Shinnosuke —le devolvió el saludo el mayor mientras terminaba de preparar el desayuno.

Shinnosuke a sus escasos ocho años se siente inmerso en una gran confusión, desde que puede recordar el afecto que siente hacia su padre es distinto al que los demás niños llegan a sentir por sus padres, por extrañas razones su corazón siempre se acelera cuando se halla en los brazos de su padre o cuando este le hace caricias en su cabeza, aquellas acciones sin falta suelen suponerle una gran alegría al recibir elogios y felicitaciones por parte de su padre.

Durante el desayuno ninguno intercambio palabras con el contrario, una situación normal en su día a día. Una vez terminaron de comer se pusieron en marcha hacia la primaria de Shinnosuke. Siendo primavera eran dichosos por poder apreciar los arboles Sakura florecer. Mientras caminaban Shinnosuke se sentía un tanto nervioso, ir tomado de la mano de su padre le resultaba distinto al recordar una película en la cual contempló a los protagonistas hacer exactamente lo mismo con un escenario similar al que cruzaban en ese instante.

—¿Shinnosuke te ocurre algo? —preguntó el mayor repentinamente—. No pareces estar del ánimo de siempre.

Veloz como el rayo Shinnosuke dibujó en sus pequeños labios la sonrisa más alegre y tierna que pudo—. Estoy bien, solo... los arboles sakura me atraparon.

Yuuichi en ocasiones no lograba entender al menor y sus reacciones, desde el nacimiento de su pequeño se vio obligado a aprender a comportarse como un padre sin estar siquiera mentalmente preparado para ello, entre sus planes nunca tuvo contemplado asumir tal responsabilidad a tan corta edad, sin embargo, todo ocurrió por querer complacer a su primera novia. Basto una noche y un pequeño capricho para convertirse en adulto. Cuando comunicó a su familia que se hallaba en espera de ser padre, fue corrido de su hogar con tan solo doce años, desde ese día se vio obligado a asumir responsabilidades y obligaciones que la mayoría obtenía con la mayoría de edad. Sus primeros días como padre tuvo momentos en los cuales deseo poder renunciar, pero siempre que contemplaba las sonrisas que su pequeño le brindaba lograba juntar fuerzas necesarias para seguir adelante.

Al llegar al colegio de Shinnosuke, Yuuichi lo llevó hasta la entrada donde una maestra recibió al pequeño. Para el mayor no eran extrañas las miradas de desagrado con las que los demás adultos tendían a dirigirle, era fácil saber el tipo de juzgamiento al que lo sometían, todos hablaban a sus espaldas criticándolo duramente, inclusive existían personas quienes lo hacían directamente, pese a ello Yuuichi guardaba todo para si mismo y fingía no darle importancia. Tras despedirse Shinnosuke se quedó junto a su maestra viendo como su padre se iba a trabajar.

Al estar en su salón poco tardo en comenzar a escuchar como algunos niños susurraban cosas entre ellos mientras lo miraban, Shinnosuke pese a su corta edad sabía la opinión que la gente tenía sobre su padre, para todos Yuuichi no era más que un jovenzuelo el cual para haberlo tenido debió ser un irresponsable, del tipo de chico que era un completo ignorante. Sin embargo, aquello sólo era lo que la gente especulaba sin conocer el otro lado de la moneda, Shinnosuke día a día era testigo de la realidad, pese a su joven edad su padre era un padre mucho más responsable y trabajador que muchos otros adultos. Yuuichi aun cuando debía trabajar duro para poder costear los estudios de ambos, jamás se le escuchaba quejarse o lamentarse por ello, al contrario, siempre se le veía con una gran sonrisa en sus labios.

Finalizada la escuela fue recogido a tiempo por su padre quien iba vistiendo su uniforme del trabajo de ese día. Teniendo dos trabajos a de medio tiempo, Yuuichi había tenido la fortuna de tener jefes comprensivos que le permitían dejarlo salir a recoger a Shinnosuke y comer junto a él.

—Papá, mira, hoy la maestra nos dio las notas.

Yuuichi al tomar la hoja donde se hallaban impresas las notas de su hijo quedó sorprendido ante las excelentes calificaciones que llenaban los espacios—. Ese es mi pequeño —dijo con gran alegría en su voz—. Como premio, comeremos hoy lo que quieras.

Shinnosuke se sintió enormemente complacido con el simple hecho de haber sido elogiado, ese era su mejor premio, pero claramente su padre no se quedaría conforme con ello—. Quiero las hamburguesas especiales de papá.

—Shinnosuke, esas te las puedo preparar cualquier día, ¿Seguro que no quieres otra cosa?

—Yo quiero las hamburguesas especiales hechas por papá.

Tener un padre capaz de preparar comida tan deliciosa alejaba las ganas por comer algo fuera de casa. Yuuichi debido a algunos factores causados por volverse padre, debió aprender a realizar todas las tareas domésticas; desde cocinar hasta remendar la ropa, le tomo tiempo aprender, pero sin notarlo termino volviéndose experto en cada ámbito, tanto que era capaz de confeccionar ropa a Shinnosuke siempre terminaba siendo envidia.

Al estar en casa se puso a preparar la comida mientras el menor realizaba su tarea. Shinnosuke pese a tener problema con algunas materias, procuraba esforzaba el doble o el triple con el único fin de poder sacar notas perfectas que le pudieran brindar cosas llamadas becas con las cuales podía quitarle pesos de encima a Yuuichi quien al igual que su hijo se esforzaba mucho en su trabajo y en sus estudios. Eso quedaba más en evidencia con solo ver cómo mientras preparaba la comida realizaba tareas o estudiaba para sus exámenes.

—Papá, ¿Puedes decirme como se resuelve esta operación?

Yuuichi antes de dirigirse hacia donde estaba su pequeño, confirmó el estado de la comida, mirando un poco el libro pudo saber que debía hacer—. Tienes que restar estos números y luego debes sumarlos por el resultado de estos dos.

—¡Papá qué inteligente eres! —exclamó el pequeño eufórico mientras resolvía el problema tal y como se lo había indicado Yuuichi quien esbozó una pequeña sonrisa ante la reacción del pequeño.

—Anda, vamos a comer.

Mientras degustabán su comida Shinnosuke comenzó a pensar en cómo sería cuando fuera él quien preparará las comidas, ¿Podría darles el mismo sabor que su padre? ¿Podría hacerlo igual de feliz? ¿Lo haría enamorarse de él?, quizás fueran tiernos e ingenuos pensamientos de niño, pero realmente deseaba poder ser tan especial como lo eran las parejas que aparecían en los programas que solía ver en televisión.

—Recuerda que no debes abrirles la puerta a extraños, llamas si ocurre algo y no te acuestes tarde.

Yuuichi siempre, luego de darle algunas indicaciones pasaba a irse al colegio, el uniforme de la universidad a la que asistía le daban un aire muy maduro y elegante, lo cual seguramente le debían dar cierta popularidad con las mujeres, cosa que ante los ojos de Shinnosuke no era nada agradable.

—Espero que ninguna serpiente intente quitarme a mi papá.

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Hasta aquí llega el cap, espero les haya gustado.

Pero nada más miren a este pequeño, y eso que solo tiene 8 años XD

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Nos escribimos y nos leemos en el próximo capítulo.

¡SAYONARA!

¡SAYONARA!

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Amando a mi... ¿Padre? (YAOI)Where stories live. Discover now