✧1

10K 582 31
                                    

Aquel domingo por la mañanita, ya casi al caer del día en la ciudad de New York observaba la nieve caer, perdiéndose mi ser entre los pensamientos, hace tiempo que no veía a mi amiga Alice Cullen y me extrañaba no saber de ella, comúnmente ella era quién me buscaba o avisaba de ciertas cosas. Pero estos 10 años ya ni siquiera me visita. Esa pitufa...

【¿Qué habrá pasado con ella?

【¿Dónde estará?】

¿Estará bien?

Por cierto, Soy Runa Tinkle tengo 270 años pero aparento de 21 años, se estarán preguntando: ¿por qué esa edad? Soy de la familia antigua de la raza servamp, un familiar sobrenatural vampírico más explícitamente hablando o detallando, soy descendiente de dos pecados capitales.

Ira y Pereza, una extraña combinación, lo sé. Aquel hombre que me creó, luego de haber perdido ambas especies en una batalla, fusionó dos esencias puras de ambos pecados, haciendo de ellos, la combinación perfecta según él.

Bueno, como iba diciendo hace unos cuantos años dejé de saber de mi mejor amiga Alice, lo cual me empezaba a preocupar. Aubque se han de preguntar: ¿Por qué luego de diez recién me extraña?

Tenía una reverenda flojera mía, por lo que mi búsqueda de información por medio de mis subclases, y una siesta bien merecida conseguí cerca de unos meses saber dónde exactamente se encontraba.

Conociendo la verdad, aparentemente esa pitufa se había establecido en Forks, con un pequeño Clan de vampiros, y una humana. Como no tengo nada mejor que hacer, aunque seguir durmiendo una decada mas, no sería mala idea.

Nah, no quiero que crea que se puede olvidar tan fácil de mí, la visitaré o más bien le daré una sorpresa. Oh~, dirán que me verá llegar pero no, hahaha. Se podría decir que solo logrará ver por momentos y otros no.

¿Por qué? Hace tiempo he estado practicando con mi escudo protector así logrando que no me podáis ver venir, aunque aun no sea un dominio completo de esta habilidad.

~℘~

Una vez que él sol radiante se oculta y la noche se hace presente, agarro mis maletas, pero ojo solo llevo alrededor de dos, lo necesario. Sin falta mas tarde me compraría lo que fuese necesario, no soporto cargarme con cosas.

Al salir veo mi autillo, que es un modelo viejo pero útil, un escarabajo. Abro sus puertas traseras tirando con pereza las maletas, justo cuando voy a cerrar la puerta de la casa que alquilaba escucho un ruido atrás de mi, me giro y observo una cosa peluda.

Suspiro y bostezo con sueño.
¡Ay que pereza! Con mi último esfuerzo fui acercándome a los arbustos de los provenía un leve movimiento y gruñido animal.

De una mirada de pura pereza plasmada en mi, pasó a estar mis ojos bien despiertos y sorprendidos ante lo observado.

El gruñido casi gimoteo de una cría animal, provenía de un cachorro de lobo, era una pequeña bola de pelos, a lo sumo debería de tener unos dos meses, lo alzo en brazos y me sorprendo al no sentir mucha pesadez.

-¿Y tu madre?

Agudizo mis sentidos súper desarrollados, en busca de alguna ser más a nuestro alrededor, pero solo logro escuchar movimientos de ardilla u pájaros. Ningún rastro de su manada, nada, bajo la mirada hacia el cachorro.

Su cuerpo peludo tiembla, pongo mi mano en su cabecita y se lo acaricio. Conmigo no lograría entrar en calor, pero con unas mantas sí.

Vuelvo a ingresar a la casa, busco entre los cajones encontrando rápidamente un cobertor viejo, junto a mucha comida. Realmente parecía que mi visita al final sería una real aventura.

Torbellino De Amor (1)》Emmett CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora