✧13

5.2K 285 3
                                    

El recien llegado era nada mas ni nada menos que el querido Edward, su entrada me había dejado una apertura para mi contraataque dejándome que casi pudiese ahorcar a Emmett.

-Pues... -empezamos ambos a decir.

Pero Edward ve entre los pensamientos de Emmett para empezar a sonreír picaro.

-No te atrevas...

Alice mira a Edward después a nosotros, buscando una respuesta muy confundida, preguntando curiosa:

-¿Qué pasa Eddy?

Me levanto de aquel trozo de músculos, sacudiendo mi ropa para luego bosteza y tener una postura bien orgullosa de haber ganado. Al ser una servamp de pereza, mis habilidades tienen un largo alcance y otro de ellos es el poder mutar los labios, dejando a la víctima bien entumecida su boca, imposibilizando la acción de hablar.

Aunque en parte también se le duerme las cuerdas vocales, efecto secundario, y cuando uso ese don mis ojos se tornan casi de un color cyan puro.

Y como mi postura es relajada, nadie se percata que al usarlo en Edward, la inquietud en mí, se calma.

-Bien, di lo que quieras.

Contesto en tono de "rendición", con una voz pesada y derrota hacia Edward. Sonríe burlón e intenta hablar pero grande es su sorpresa cuando mueve sus labios con dificultad y ni una palabra sale de su boca. Quién ríe último, ríe mejor.

【¿Qué me hiciste?】

Pregunta mentalmente con suave helo de su voz muda e inquisidor, ya que mirada se conecta seriamente en mi, aunque su sonrisa va decayendo a ser una tensa.

-¿No dirás nada?

Pregunto con suficiencia, burlandome abiertamente del lector de mentes, doy un paso hacia él, haciendo que baje la mirada un poco, en sumisión.

Los métodos antiguos nunca fallan, el respeto se gana a través de acciones, y yo nunca he sido una de las que más emoción le de una pelea. Uno, por que siempre tengo sueño y dos, por que prácticamente domino la situación, y se vuelve aburrido.

【Está bien, no objetaré nada ante lo sucedido, ni lo que escuché en los pensamientos de Emmett, esta vez. Ahora... ¿Qué me has hecho?】

Al escuchar su rendición a regañadientes, y visto que no era ningun truco malo, me acaricio la nuca y bostezo deshaciendo la mudez. Claro, que si simulando ante todo, uff, el lío que me daría.

-¿Qué fue eso, Runa?

Alice casi nunca dejaba pasar ningun detalle o movimiento mío, y esta vez había sido como la segunda vez que usaba esta habilidad. Por lo que me encojo de hombros haciendome la inocente, sonriéndole con simpleza.

-Tan solo una broma entre nosotros, ¿no es así, Eddy?-preguntó mirandolo y mira a Alice con una sonrisa asintiendo.

Aunque claro que le costará tiempo entender el respeto a mi persona. No siempre puedo estar silenciando sus acciones, salvándome mi trasero.

-Aunque la cuestión no es esa en este momento, ya que debemos ingeniar una forma para calmar a Edward con los chuchos. El pequeño se ha liado con uno, casi a pelea.

Comento mientras me recuesto contra la superficie de una pared, intentando no bostezar de nuevo. Edward me observa entre expectante y sorprendido.

-¿Cómo sabes eso?

-Todo tiene ojos y oídos en este mundo, pequeñajo. Por lo que cuida tus decisiones y asume tus consecuencias, Edward.

Mis subclases siempre están al tanto con toda clase de chismes, son pelotitas peludas y adorable, que tienen la capacidad de estar pegadas o flotando en diversos lugares, sin que ningun ser se dé cuenta de su presencia. A pesar que a veces sean demasiado juguetones para mi.

Torbellino De Amor (1)》Emmett CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora