Don't say anything. SEBAEK ~OneShot~

Capitulo unico.

Se movía de forma rítmica sobre su entrepierna. Como si bailara sobre su cuerpo.
Sus gemidos y jadeos creaban una melodía erótica, que lo perdía por completo.
Él lo hacía perderse, lo desconectaba de todo. Baekhyun era su perdición.

Le habían advertido sobre ese chico. Aquel que solo buscaba aventuras, solo deseaba sexo.
Pero no quiso escuchar nada.

¿Qué fue lo que pensó entonces? Tal vez creyó que lograría que el chico lo amara. Que fuera solo suyo y se entregará por completo a él.
Tal vez lo sobre estimó. Tal vez no debió meterse en su camino e intentar jugar su juego. Tal vez debió parar cuando aún podía. Tal vez.

Pero no quiso hacerlo y el pequeño de cabellos negros tampoco lo hizo.

Si tan solo no se hubiese enredado tanto, no estaría en esa situación. Si tan solo se hubiera alejado, si hubiera salido antes y se hubiera olvidado de él.
Si no se hubiera enamorado de él.

Pero era demasiado tarde para arrepentirse. Estaba perdido, encerrado en una burbuja, atado a Baekhyun.
Y la verdad era que tampoco quería salir de allí.

Estaba dispuesto a todo por él, a cualquier cosa que el chico pidiera.
Sólo le hacía falta pedir y lo recibiría. No importaba nada más que complacer al pelinegro. Solo eso le importaba a Sehun. Nada más.

Y eso era lo peligroso de Baekhyun. Por qué Sehun nuca debió enredarse con él. Porque Baekhyun podría recibir todo, lo que deseara y lo que no, pero jamás sería capaz de dar nada. Ni de amar a nadie.

Y Sehun no estaba hecho para eso, su corazón no lograría soportarlo.

Por ello todos le advirtieron, por eso nadie lo apoyo cuando se enamoro. Y nadie lo apoyaría ahora. Él no tenía amigos, los había perdido cuando decidió pelear por un minuto más a lado del pelinegro; tampoco tenía familia, sus padres habían muerto años antes en un accidente de avión; y mucho menos tenía a Baekhyun, a el nunca sería capaz de tenerlo.

Pero Baekhyun lo tenía a él.

El pelinegro sonrío, satisfecho de lo que causaba en el cuerpo del más alto. Bajo sus manos hasta los anchos hombros del rubio y recorrió con lentitud su abdomen. Ambos cuerpos estaban bañados en sudor brillando por el choque de la tenue luz blanca que se colaba por las cortinas.

Sehun giro sobre la cama, quedando de rodillas con el pequeño cuerpo de Baekhyun bajo el suyo. Bajo hasta el cuello del chico y ahí enterró la nariz, aspirando el olor que desprendía y lamiendo las gotas de sudor.

Comenzó a mover sus caderas fuertemente. Arrancándole gemidos desesperados al pelinegro, que enterraba las uñas en la blanca piel de sus brazos y espalda dejando marcas rojas y arañazos.

Jadeo, amaba sentirse envuelto por Baekhyun, amaba penetrar salvajemente su entrada y escucharlo deshacerse en gemidos y gritos.
Dio una fuerte y profunda estocada, golpeando la próstata del pelinegro, haciéndolo gritar y ver estrellas blancas.

Cerró los ojos, disfrutando de Baekhyun, dejándose llevar enteramente por el placer.

Lo envolvían los sonidos obscenos que sus cuerpos y bocas hacían. Se inclinó y atrapo los labios del pelinegro, callando los lloriqueos que soltaba.
Bajo una vez más a su cuello y lo mordisqueo, mientras su miembro golpeaba una y otra vez la próstata de Baekhyun.

Tomo con una mano la erección del pelinegro, dándole la atención que tanto necesitaba mientras con la otra sostenía la cadera de Baek.

—Ah Sehun. —gimió Baekhyun en su oído. Sintió una descarga recorrerle el cuerpo y terminar en su pelvis. Amaba escucharlo gemir su nombre, simplemente le encantaba oírlo gemir.