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Y en la quietud, el zumbido incesante

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La peor enfermedad de todas es el aburrimiento.

Y el peor y más intolerable de todos los ruidos es el que hacen los insectos.

Por eso eran muchas la veces en las que Sasuke odiaba el silencio. Porque podía oírlos a ellos, y eso le disgustaba más que cualquier cosa.

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_ Sabes, Sasuke...

_¿Hn?

_ Estaban los chicos hablando sobre algo el otro día...Hehe, como para probar o algo así...con qué persona se irían a una isla desierta, y qué cosa se llevarían.

_ Hm. Y supongo que tú te llevarías ramen.

_ Hehe, claro!... Pero, ¿sabes? La persona a quien me llevaría...

_...¿Hn?

_...Serías tú. Tú, Sasuke.

El vodka ya había hecho su trabajo. Porque Sasuke estaba desinhibido, y por eso la sorpresa y la emoción que le creaba lo que ese rubio acababa de decir se mostró en su rostro. Sonrojado, conmovido, sorprendido.

_ ¿En serio?

Naruto asintió lentamente.

_ Sí. – afirmó, como para que no quedaran dudas.

Sasuke sonrió, y levantó su vaso al aire. Naruto lo imitó y ambos hicieron un brindis.

_ Yo también te llevaría conmigo.

_ ¿De verdad?

_ De verdad.

Naruto sonrió de verdad esta vez.

_Feliz cumpleaños, Naruto.

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Sasuke iba todos los días al templo. Estaba en un punto bastante alto del pueblo, rodeado por las partes del bosque que no habían sido invadidas por la civilización. Una alta escalinata de piedra lo recibía todas las tardes. Y al acabar sus tareas se iba dos horas después, descendiendo por esos mismos escalones. Los insectos vibraban sobre las hojas de los árboles y en los huecos que había entre las paredes de piedra.

Naruto pasaba todos los días. Cuando Sasuke pisaba el último escalón, veía su sonrisa. Entonces los dos se irían caminando a sus casas, hasta que llegara la hora en la que tenían que tomar rumbos diferentes. Sasuke vivía en otra parte de la ciudad, una que no era llamada suburbio. Naruto vivía en un apartamento barato que se pagaba el mismo. Era independiente, fuerte, y no dejaba que nada lo desanimara.

Sasuke lo admiraba, pero nunca se lo diría.

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El rubio era la causa de toda su crisis existencial.

Porque Sasuke se había dado cuenta de que a pesar de que sus problemas parecieran grandes, había personas que lo tenían peor. Naruto era fuerte e independiente. No tenía padres, nadie a quien impresionar, nadie que lo recibiera al llegar a casa, nadie que le reclamara que debía estudiar para asegurar su futuro.

Y en la quietud, el zumbido incesanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora